Dos acontecimientos ponen bajo la lupa de la sospecha lo que podría ser un intento por manipular el proceso electoral del domingo pasado en Solidaridad, donde mantienen reñida disputa por el triunfo en la Presidencia Municipal la alcaldesa con licencia, Cristina Torres y la candidata de Morena, Laura Beristain.
El primero, la negativa de los funcionarios del Ieqroo en Playa del Carmen por permitir anoche el acceso a los representantes de Morena y PT a sus instalaciones, donde se mantienen resguardadas las boletas que habrán de revisarse de aquí al domingo para emitir un fallo sobre quién ganó la elección. El bloqueo, que generó un zafarrancho entre los funcionarios electorales y los simpatizantes de ambos partidos, contó con el apoyo de la Policía Municipal que, sospechosamente, sigue bajo las órdenes directamente indirectas de Cristina Torres.
El segundo suceso que prende las alertas en el ‘búnker’ de la Beristain es la revelación de un posible conflicto de intereses entre la consejera del Ieqroo, Claudia Carrillo y la alcaldesa con aspiraciones de reelección, pues ha trascendido que su padre es trabajador de Cristina y eso, en definitiva, es un fuerte factor de presión para que la consejera pudiera tomar una decisión ajena a su ética y responsabilidad como supuesta garante de la imparcialidad electoral.
Anoche mismo trascendió también en el equipo de Laura Beristain que habiendo contabilizado todas sus actas y verificando que los números concuerdan en datos y cifras con los de los otros tres partidos, el resultado de las elecciones habrían arrojado 44,421 votos a Beristain y 35,531 a Torres (casi 9 mil votos de incuestionable diferencia), lo que de confirmarse alejaría aún más todavía a ésta última de la morenista, de acuerdo al último conteo que hizo el PREP antes de mandarse para el domingo próximo el anuncio del resultado oficial final.
Y mientras Cristina sigue moviendo todos los recursos a su alcance para quedarse otros tres años en la Alcaldía solidarense, donde dicen los enterados que algunas cuentas no le cuadran y de ahí su desesperación por reelegirse, la Beristain sostiene su triunfo en redes sociales y convoca al Gobierno municipal a dialogar e iniciar una transición ordenada, en la que asegura no habrá venganzas ni revanchas políticas.
Dice la morenista que está igual de segura de que el Ieqroo le reconocerá su triunfo, como del carácter democrático de Cristina Torres al aceptar que la población no la quiso de regreso en una administración que, cabe decir, estuvo marcada por el flagelo de la corrupción y los compromisos incumplidos, lo que le generó el rechazo social expresado en las urnas el pasado 1 de julio.
Y cuando el pueblo dice “ya basta”, es que ya bastó. Fue suficiente y a lo que viene.