EL BESTIARIO
La España corrupta libera a la presa Isabel Pantoja, viuda del torero Paquirri, ‘lavó’ varios millones de euros robados por Julián Muñoz, alcalde de Marbella, folklóricas y políticos son el último esperpento posvalleinclanesco
SANTIAGO J. SANTAMARÍA
La folklórica es algo así como la superespañola, y por eso los españoles machos aman a las folklóricas. Peineta loca, cara crispada, pechos violentos, piernas de araña furiosa con bata de cola, brazos serpiente y manos neomudéjar. Eso es una folklórica. La voz va por donde quiere. La folklórica, naturalmente, no es la monja de clausura del jondo, la cantante pura, la cantaora de minorías. La folklórica es todo eso vuelto del revés. La última soberana de la canción andaluza es Isabel Pantoja. Juró guardar amor eterno a su torero Paquirri, muerto al ser empitonado por un toro en una plaza sin quirófano. ‘La Pantoja’ falló por unos millones de euros malversados. Está presa por lavar dinero de otro amor de su vida, Julián Muñoz. La lana procedía de las arcas municipales de la turística de Marbella, la Cancún de España. ‘Cachuli’ para los amigos, era el alcalde y el presupuesto lo manejaba a su antojo, “era lógico” llegó a decir el hoy recluso, con la complicidad y asesoramiento de la última folklórica ibérica.
El próximo 26 de mayo saldrá Isabel de la cárcel y darse un garbeo por la Romería del Rocío, donde por cierto conoció a quien “arruinó mi vida”, quien por cierto llevaba sus pantalones hasta la altura de sus tetillas, caso único en el elitista marbellí Puerto Banús. Esta es la noticia que destaca entre las crónicas periodísticas de la mangancia en una España de desasosiego como lo hubiese escrito el portugués Fernando Pessoa. El país que fue capaz de superar el franquismo con un modelo ejemplo para el mundo, está estos días en plena ‘transición postdemocrática’, donde la corrupción es el nuevo modelo político ‘fashion’.
La folklórica es la supermujer de España, la más racial, la más total, la menos original. Andalucía folkloriza a sus Vírgenes y sacraliza a sus folklóricas. Andalucía y toda España, incluida mi Euskadi natal, donde viví el declive de muchos grupos folklóricos vascos ante la invasión de academias de baile de sevillanas. El misterio raigal de las folklóricas es como el misterio cretense de los toros y los toreros. Algo que uno no acierta a ver por parte alguna. Las folklóricas, como los toreros, no son más que un exceso. Exceso de tragedia, exceso de hombría, exceso de mujer, exceso de pasión, exceso excesivo para expresar excesos. Desconfiemos de las excesividades. El exceso siempre está supliendo una verdad inexistente. No se puede una folklórica desmelenar por unos miles de euros, tarde y noche, poniendo en juego su identidad y sus miocardios. Las folklóricas son unas infartadas de oficio.
Las folklóricas son unas hiperestésicas que se estimulan a sí mismas para darnos en el tablado o en la discoteca un arte pasional cuyos índices de pasión se especifican en el contrato con la empresa. El turista es más sincero en su entusiasmo ante la folklórica, porque está viendo lo nunca visto, aquello que para él es único, aunque para la folklórica sea repetitivo. Pero los nacionales tenemos que simplificarnos un poco por dentro, como el que se aniña para ver una película cómica, y así entramos gustosos en el engaño de la folklórica que vive en el tablado una pasión, un vendaval de diez minutos, y en cuanto vuelve al camerino, pide un bocata, una torta mexicana.
Todo el rato les salen un hijo como ‘Paquirrín’, el ‘nini’ de la ‘España industrial’, Santiago Segura le hizo trabajar en la película ‘Torrente’
La verdad y su doble. La verdad y su sombra. Las grandes folklóricas no eran sino el doble y la sombra de un sentimiento musical y social, personal y pasional, que alienta en el pueblo andaluz a la hora de la recolección de la aceituna. Lo definió Federico García Lorca, gran definidor de lo andaluz: “La tristeza que tuvo tu valiente alegría”. La tristeza es una de las cuerdas de la guitarra andaluza, pero esa tristeza se torna valiente a fuerza de alegría, o se torna alegre a fuerza de valor. Se ha pasado la moda de asistir a un flamenco después de la cena cara, generalmente con invitados extranjeros. Los tablaos ya no son el corazón la tiente de la noche madrileña o sevillana, salvo para japoneses y señoras Nancy vestidas extemporáneamente de largo.
Las folklóricas son de derechas porque vienen del inmanentismo ibérico, del fundamentalismo. Las folklóricas son fundamentalistas porque creen que su arte les nace entre los ovarios y lo inmanente irremediable de la raza. Las folklóricas se creen auténticas, siendo como son la falsificación de una autenticidad que duerme y canta en los pueblos y los campos de Andalucía.
Las flamencas, las flamenconas, las folklóricas, siguen reinando en la vida española, más por su vida que por su arte. Todo el rato les salen hijas geniales; o un hijo como ‘Paquirrín’, el ‘nini’ de la ‘España industrial’, a quien solo logró hacerle trabajar el director de cine Santiago Segura, en una de sus películas de la saga interminable de ‘Torrente’; se les mueren toreros en exclusiva; se les van o se les vienen los maridos y los amantes; se les acumulan los visones y las joyas. Qué tías. Las folklóricas, como los toreros, acabarán siendo exclusivamente un número turístico. Sólo los ejecutivos de Dakota del Sur y las porteras se emocionan ya con las emociones folklóricas.
Juan Gabriel le invitó a vivir a México, con la intención de relanzar su carrera desde Quintana Roo, Isabel Pantoja prefiere resurgir en España
Cuando la noche del pasado 24 de abril se estrenó ‘Hoy quiero confesar’, un “espectáculo tributo” a Isabel Pantoja, la tonadillera seguía en la celda que ocupa desde el pasado noviembre en el Módulo I de la cárcel de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Su repertorio musical volvió a escucharse en directo sobre el escenario del teatro Arlequín de Madrid y a ella le falta todavía un mes para disfrutar de su primer permiso penitenciario. Para entonces habrá cumplido la cuarta parte de su condena (18 meses) por un delito de blanqueo de capitales. Durante los cinco o seis días que le concede la ley para estar fuera de la prisión, la última gran folclórica se irá a Cantora, la finca gaditana que heredó de Paquirri, y ahí, rodeada de su familia, amigos íntimos y sus abogados, pondrá en marcha la hoja de ruta diseñada para su regreso a la vida pública.
Del día a día en la cárcel de Isabel Pantoja ha trascendido que, gracias a la ayuda de los asistentes sociales y los psicólogos, la cantante ha tenido tiempo para reflexionar y ya es consciente de que, cuando todo esto termine, tendrá que empezar de cero. Tiene un público fiel desde hace varias décadas y lo más probable es que las entradas comiencen a venderse con rapidez cuando ella anuncie las fechas de sus conciertos. Venderá su casa de La Moraleja (Madrid), como ya vendió la que tenía en la urbanización marbellí La Pera, y tal vez no dude en hacer un reacomodo de su círculo más cercano, cuyas directrices ahora las marca su hermano menor Agustín.
Aunque en su momento agradeció la invitación del cantante y compositor Juan Gabriel para irse a vivir a México, con la intención de relanzar su carrera desde el país norteamericano, Isabel Pantoja pretende resurgir en España. La última semana de mayo aparcará sus labores en el taller de cerámica al que se apuntó tras su ingreso en prisión e intentará sortear con entereza a los periodistas que la esperen en la puerta de la cárcel. Llegará a su casa y se reencontrará con su madre doña Ana, de 84 años, tan delicada de salud que ni tan siquiera ha podido visitarla en la prisión. Los muebles y objetos que estaban en las propiedades podrá venderlos ahora, gracias a la autorización de Hacienda. Así terminaría de cubrir la multa de más de un millón de euros impuesta por la Audiencia de Málaga (que está pagando a plazos).
La parte más importante de este trago amargo de su vida se derramará sobre los escenarios y los programas ‘rosas’ de televisión
También conocerá de primera mano las repercusiones de lo que ha trascendido acerca de sus días entre reclusas y las intimidades familiares aireadas (y rentabilizadas) por sus hijos en los platós de televisión y en las revistas. Sus dos hijos no han dejado de estar presentes en este tiempo en los programas del corazón, los mismos que esperan con ansia llegar a un acuerdo (económico) con la cantante para obtener la primera entrevista con ella después de abandonar la cárcel. Quién sabe si la necesidad la lleve a someterse a los interrogatorios morbosos. Pero la parte más importante de este trago amargo de su vida será derramado sobre los escenarios. Como buena folclórica, ha convertido sus vivencias personales en coplas cargadas de experiencias con mensajes entre líneas. Lo hizo cuando murió Paquirri y lo ha repetido tras su ruptura con Julián Muñoz y sus problemas con la justicia.
Mientras eso sucede, la cantante mallorquina Nati Carrillo ha diseñado un concierto con los temas de la artista que más admira. “Su vida personal no me interesa. No soy juez para juzgar lo que haya hecho o dejado de hacer en su relación con un alcalde. Me interesa la artista y sus canciones”, dice la intérprete que durante los últimos tres años ha recorrido España con su espectáculo ‘Alma de copla’. “Cuando Isabel Pantoja entró en la cárcel, pensé que su carrera musical iba a verse opacada por ese hecho y me propuse contribuir a reivindicarla”.
Carrillo asegura que no conoce a su ídolo -“he ido a sus conciertos, pero jamás hemos hablado”-, con la que tiene cierto parecido físico y vocal, y niega cualquier implicación de la familia Pantoja en este espectáculo. “Es cosa mía, a sus hijos o hermanos ni siquiera los conozco. Por cortesía, les hemos informado a través de gente cercana a ellos, pero todavía no tenemos ninguna reacción. Iremos a Sevilla, los invitaremos y ojalá vayan a vernos”. ‘Hoy quiero confesar’ ya se presentó en Palma de Mallorca, Badalona y Córdoba. “Nos fue muy bien y por eso nos animamos a venir a Madrid, donde estaremos hasta el próximo 17 de mayo. Me acompañan 15 músicos, dirigidos por Toni Cuenca, y juntos interpretamos unos 17 temas clásicos de Isabel Pantoja. Es un tributo a ella y a sus compositores. Y una forma de que su figura regrese a los escenarios mientras ella atraviesa por este difícil momento”.
Rajoy se dedica exclusivamente a ‘lavar’ la cara a los golfos de Bárcenas y Rato, ‘colocaron’ millones de euros en Suiza y Cancún y Riviera Maya
Corrupción. El término está en las portadas de los periódicos de España y otros países de Latinoamérica. Sin duda que el virus en cuestión no es exclusivo de esta parte del mundo, pero la variedad endémica parecería ser resistente y estar en fase de propagación. Es materia de la epidemiología, y también sucede en la salud pública: los gobiernos que niegan la existencia del mal, al mismo tiempo, se presentan como los campeones de la lucha contra el mismo; en este caso, la tan maldita corrupción. Mariano Rajoy, el presidente ‘pepero’ español se dedica exclusivamente estos días a contestar a los ‘golfos’ de Luis Bárcenas y Rodrigo de Rato y Figaredo, ex tesorero del PP el primero, y ex presidente del Gobierno de España en el mando de José María Aznar, el ‘idéologo’ de la ‘casta’. Los dos se apropiaron de decenas de millones de euros, ‘colocados’ en Suiza y en otros ‘paraísos fiscales’ y en ‘especulaciones del ladrillo’ con inmuebles en Cancún y Riviera Maya, en nuestro Quintana Roo…
El problema no son solo las actividades criminales, que no son escasas, sino también la reproducción de conductas que ni siquiera se consideran ilegítimas, mucho menos delictivas. Es que, además de afectar el uso de los recursos públicos, esta epidemia ha modificado el marco cognitivo de la elite política latinoamericana. La noción de conflicto de interés, por ejemplo, les es ajena, tanto como la de tráfico de influencias. La corrupción se ha naturalizado, y la línea que separa la legalidad de la ilegalidad se ha hecho flexible y porosa. Quienes ocupan las alturas del poder se han eximido a sí mismos de la terrenal obligación de rendir cuentas, de responder por los actos de gobierno. Con el contagio se ha generalizado la impunidad.
Gobierno de España y Latinoamérica niegan la existencia de corruptelas, al mismo tiempo se presentan como los “campeones de la lucha”
El profesor de la Universidad de Georgetown, Héctor E. Schamis, quien es asimismo consejero académico del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), con sede en Buenos Aires, Argentina describía lo que está ocurriendo ahora en diversos países como Venezuela, Argentina, México, Brasil, Chile…
“En Venezuela, las cuentas de funcionarios en bancos de Suiza y de Andorra, y las cifras de las mismas, son leyenda. Representan varios puntos del producto interno. Cualquier denuncia al respecto es traducida por el aparato oficial de propaganda como una conspiración desestabilizadora. Por una vez tienen razón: la información pública sobre corrupción a veces puede generar inestabilidad política.
En Argentina, el oficialismo y sus testaferros acumulan decenas de denuncias por cuentas sin justificación, lavado y negocios ilegales diversos. El rechazo del gobierno a esas acusaciones es sistemático, como también lo es, año tras año, el aumento patrimonial que se ve en las propias declaraciones de impuestos de sus más encumbrados funcionarios. La disonancia legal es producto de la disonancia cognitiva, precisamente, la que se deriva del hecho que todos ellos se han enriquecido siendo funcionarios públicos. Difícil de explicar, pero ninguno se ruboriza.
En México, el gobierno ha castigado por corrupción a más de cien funcionarios en los últimos dos años con multas de más de 22 millones de dólares. Benigna la pena, multa en vez de cárcel, no obstante, nadie pagó un dólar. Ello subraya un problema más de fondo. Es difícil que un gobierno corrupto imponga sanciones por corrupción y que las mismas se cumplan. El presidente combate a la corrupción en su discurso mientras su esposa y su Secretario de Hacienda tratan de explicar la compra de sus casas a un favorecido contratista del gobierno, quien también les otorgó la hipoteca.
En Brasil, el caso Petrobras revela la profundidad de la corrupción dentro del aparato del Estado y del partido de gobierno. La información habla de pérdidas por 2.000 millones de dólares solo por corrupción y describe un institucionalizado sistema de dineros mal habidos, diseñado para concluir en las arcas del PT. El círculo completo, esos dineros se usaron para financiar campañas electorales y comprar votos de diputados en el Congreso, el caso Mensalão. Así se construyó una aceitada maquinaria financiera para la perpetuación en el poder.
Hasta Chile, cuya elite política pensaba estar inmunizada contra la corrupción y otras enfermedades tropicales de la región, parece haberse contagiado. Al financiamiento irregular de los partidos y sus dirigentes, debe agregarse el escándalo que involucró a la nuera de la propia Presidente. Su relación con la entonces Presidente electa le permitió acceder a información privilegiada sobre inminentes cambios en la regulación del uso del suelo y a un crédito bancario para una firma sin trayectoria ni colateral. El negocio especulativo de compraventa de tierras le reportó una utilidad de más de 3 millones de dólares. En su primera reacción, Bachelet tuvo la poca fortuna de considerarlo un negocio entre privados, lo cual afectó severamente su índice de aprobación.
Curiosamente, en la academia, una primera generación de estudios minimizaba el problema de la corrupción, considerándola un mecanismo benigno que servía para modernizar la burocracia, una esencial tarea de construcción estatal siempre inconclusa en el mundo en desarrollo. Una segunda generación, sin embargo, destacó las pérdidas de eficiencia en sociedades con alta corrupción, postergando el desarrollo económico y social, y además creando, en el largo plazo, una dinámica especialmente tóxica para el capital social y la credibilidad de las instituciones democráticas…”.
El gran desafío de América Latina y España será quitarle la política a la corrupción para poder reconstruir la democracia
América Latina se halla en este último escenario, pero también necesita una tercera generación de estudios. Ella deberá dar cuenta de la constitución de un nuevo tipo de régimen político, en el que la corrupción es, justamente, el componente central de la dominación. En países donde los partidos políticos se han debilitado y fragmentado, además de haber perdido la confianza de la sociedad, la corrupción los está reemplazando. La corrupción cumple las funciones básicas de la política: seleccionar dirigentes, organizar la competencia electoral y ejercer la representación y el esencial control territorial. Esta es la nueva forma de la política en la postdemocracia.
Claro que este nuevo régimen es de partido único, ya que se basa en la perpetuación. Ello no es por ideología sino por supervivencia. Fuera del poder, los riesgos son demasiado altos para los líderes del partido de la corrupción. Hasta ahora, los recursos y la retórica les han funcionado y siguen en el poder, pero ello no será eterno. Entonces, el gran desafío de América Latina y España, amén de otros países occidentales, será quitarle la política a la corrupción para poder reconstruir la democracia.
En España se entra por sevillanas, como el escritor norteamericano Ernest Hemingway, se sigue por los toros y se acaba en los toreros
“La movida de la derecha es por sevillanas”, titulaba en una sus columnas Francisco Umbral, cuando España salía de la dictadura del general Francisco Franco, vencedor de la Guerra Civil Española, en 1939 y protagonista del golpe de estado del 18 de julio de 1936… Eran los convulsos años setenta y ochenta. El caudillo murió un 20 de noviembre de 1975… Isabel Pantoja era una adolescente de apenas 19 años… “Buscando que te busca una contestación a la izquierda rockera y ácrata, nuestros inmanentistas han encontrado las sevillanas. Madrid baila sevillanas todas las noches, en sus mejores clubs y discotecas. Las damas van por la mañana a una academia de flamenco y por la noche esbeltizan sus sevillanas celulíticas ante la jet. (…) En España se entra por sevillanas, como del escritor norteamericano Ernest Hemingway, se sigue por los toros y se acaba en los toreros. Siempre se había dicho, en medios taurino literarios, que a Hemingway le interesaban más los toreros que los toros. Ahora se publica la primera novela “homosexual” de Hemingway, escrita en los felices 40. Tanto machismo, en Ernest como en los nazis, acaba como acaba. Antes del 98, le reprochaban al vasco Pío Baroja que en sus novelas no hubiese mujeres, pasión por la mujer, por las folklóricas…”.
Isabel Pantoja, nacida en Sevilla un 2 de agosto de 1956, comenzó su carrera musical a la temprana edad de siete años en el cuadro flamenco de su primo Chiquetete. Con siete años actuó en el Teatro San Fernando, en un homenaje a Juanito Valderrama. Un año después de comenzar a bailar con Chiquetete fue contratada en el tablao flamenco sevillano de ‘El embrujo’. 17 años conoció al que con el tiempo sería su gran maestro y uno de los máximos exponentes de la copla española: Juan Solano Pedrero, quien, junto al poeta y letrista Rafael de León, compuso sus primeros trabajos discográficos. León y Solano encontraron en ella a la heredera de cantantes como Imperio Argentina, Juana Reina o Concha Piquer. Sus discos más representativos en esta primera etapa son ‘22 abriles tengo’, ‘Al alimón’ y uno compuesto íntegramente por sevillanas titulado ‘¡Viva Triana!’. Isabel no tardó en formar compañía propia y durante años cultivó la copla, género en decadencia en aquel momento y cuyo interés en el público consiguió resucitar. De esa época son temas como ‘El pájaro verde, ‘Garlochí’ o ‘El señorito’. En 1983 salió a la luz su primer álbum de música pop: ‘Cambiar por ti’, compuesto por Paco Cepero con temas como ‘En la niebla’ o ‘Nada’, además del que daba título al disco. Desde ese momento Isabel Pantoja ha alternado baladas y canciones románticas con la copla.
La muerte de Paquirri en el 26 de septiembre de 1984 causó una conmoción, Isabel se convirtió, muy a su pesar, en la viuda de España
El 30 de abril de 1983, Isabel se casó con el torero Paquirri en la basílica del Gran Poder de Sevilla. Tal matrimonio hacía realidad el prototipo de pareja de éxito según la imagen romántica de España: un torero y una tonadillera, ambos jóvenes, atractivos y triunfadores en sus profesiones. La muerte de Paquirri en el 26 de septiembre de 1984 causó una conmoción en el país. Isabel se convirtió, muy a su pesar, en la viuda de España. La prensa rosa la catapultó como el personaje más perseguido, especialmente cuando vivía su luto en reclusión.
Tras un prolongado silencio, Isabel Pantoja reapareció en el mercado discográfico con el álbum ‘Marinero de luces’, compuesto por José Luis Perales, y con un millón de copias vendidas en España. En 1988 le siguió ‘Desde Andalucía’, un trabajo del autor y cantante mexicano Juan Gabriel. Son canciones con un ritmo y estilo muy diferentes de ‘Marinero de Luces’. Canciones como ‘Hazme tuya una vez más’, ‘Cuántos días más’ y en especial ‘Así fue’ sonaron en un gran número de conciertos en España y en varios países de América.
En 1989, editó el que es su disco más comercial titulado ‘Se me enamora el alma’ con un sonido más moderno y ritmos programados, también compuesto por Perales. Posteriormente llegaría ‘Corazón Herido’ (1992) y ‘De nadie’ (1993)… Desde el 21 de noviembre de 2014 cumple condena en prisión, tras ser condenada a dos años de cárcel, tras envuelta en el ‘Caso Malaya’, operación contra la corrupción en Marbella, en el Mediterráneo español.
Las folklóricas y los políticos son el último, esperpento de la España posvalleinclanesca. El político, como la folklórica, se falsea por exceso. No se puede estar pensando en la patria las veinticuatro horas del día y parte de la noche. Pero las folklóricas llegan más lejos, porque son o se creen o se sienten la patria misma. La Patria.
La España corrupta libera a la presa Isabel Pantoja, viuda del torero Paquirri, ‘lavó’ varios millones de euros robados por Julián Muñoz, alcalde de Marbella, folklóricas y políticos son el último esperpento posvalleinclanesco.
@SantiGurtubay
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