Se debe legislar a favor de una Ley de Seguridad Interior, pero no militarizar el país, que se respete la constitucionalidad y los derechos humanos; además, que vaya de la mano de un “modelo policial’’, sin que represente la militarización del país.
Se debe normar el marco de acción del Ejército mexicano y la Marina en las labores de seguridad con pleno respeto de los derechos humanos.
Se debe dar certeza a las acciones de intervención de las Fuerzas Armadas en México, así como la creación de un órgano colegiado como instancia de coordinación para el despliegue de las mismas, es un asunto urgente impulsar un marco legal para que las Fuerzas Armadas puedan actuar en los asuntos de Seguridad Interior y poder seguir combatiendo a la delincuencia organizada.
Legislar solo la Ley de Seguridad Interior, sin las leyes para el mejoramiento de las Policías como solución a la problemática de seguridad pública y combate al crimen organizado, representa la militarización del país.
El Ejército es necesario en esta lucha contra la delincuencia organizada y hay que legislar en esta materia, no hay ninguna razón para seguir postergando esta decisión, hay que definir las condiciones, procedimientos y los objetivos de la presencia de las Fuerzas Armadas en la realización de tareas de seguridad.
La Seguridad Interior es una vertiente de la Seguridad Nacional, tiene que ver con la facultad de que el Ejército, la Fuerza Aérea, la Marina Armada de México, cuenten con la solidez legal y necesaria para actuar con oportunidad, con eficacia, con respeto a los derechos de las personas, pero sobre todo, con apego a la ley, en este nuevo sistema penal acusatorio.
La Iniciativa de Ley de Seguridad Interior, debe ser construida en conjunto con la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina.
Con justa razón el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, reclama que el Ejército no estudió para labores de seguridad pública y los quiere regresar a sus cuarteles.
Los gobernadores también deben comprometerse a profesionalizar a sus policías porque apenas asumen el cargo y piden la presencia de militares, por lo que debe aprobarse no solo la Ley de Seguridad Interior sino también la de Mando Mixto.
Es de reconocer que las fuerzas armadas son soporte de estabilidad, institucionalidad y orgullo nacional, así como factor indispensable para la paz del país, por eso debe darse el marco normativo que les brinde certidumbre jurídica, fortaleza y capacidad de acción en las tareas de seguridad interior.
El llamado del general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, a darle certidumbre legal a la actuación de los militares es porque los elementos militares se están reservando su intervención en tareas de seguridad, porque tienen la preocupación de terminar procesados.
Mantener al Ejército en las calles, como desde hace una década, solo ha desgastado su imagen y eso preocupa, ya que se trata de una de las instituciones en las que más confía la sociedad mexicana.
