Supongamos que el último día del informe presidencial un poderoso atentado eliminara a todos los ahí reunidos, a la mayoría de la clase política mexicana, ¿Qué seguiría después? ¿Con base en que fundamentos, en que principios reconstruiríamos nuestro gobierno y sistema político? ¿Quiénes lo harían?
Esta idea me surgió hace unos días cuando empecé a ver una serie de televisión estadounidense llamada “Designated Survivor”, que trata justamente de un hipotético atentado que hace desaparecer a los integrantes de sus tres poderes, quedando únicamente como gobierno un improvisado presidente temporal y a los gobernadores de los estados. La serie trata del proceso de reconstrucción de todo el sistema sustentándose en los principios y valores de su particular democracia, así como los retos que afrontan.
La propuesta me resultó interesante y decidí trasladarla a México, la primeras dudass que me surgieron fueron: ¿Cuáles serían los principios que deberían sostener a un nuevo sistema político mexicano, si tuviéramos la posibilidad de volverlo a construir? en lugar de acumulación de poder y paternalismo; quizá deberíamos considerar distribuir el poder, construir mecanismos para empoderar a los ciudadanos, fortalecer a ciertos sectores de la iniciativa privada, dar más espacios a sociedad civil organizada, el sector académico tendría mucho que aportar. ¿Quiénes llevarían a cabo este proceso? Sin duda debería ser la clase media; profesionistas, universitarios y medianos empresarios.
¿Qué valores deberían sostener a nuevo un régimen político mexicano? Los desastres naturales de las últimas décadas han hecho que la solidaridad aflore, esta es una cualidad que fortalece mucho a los países, cohesionando al interior a las sociedades que la practican.
La corrupción nos daña, nos deprime, nos defrauda, nos empobrece moral y económicamente. Yo creo que deberíamos obsesionarnos con la honestidad y el concepto de servicio público y perseguir como cruzados medievales; el peculado, el abuso de poder, el desvío de recursos, la mordida en todas sus formas.
Sin duda sería fundamental impulsar de nuevo el nacionalismo mexicano, pero con los matices del siglo XXI. El amor por nuestro país pero con la perspectiva de ciudadanos del mundo. Valorar nuestra cultura pero comprendiendo a las otras, esto requeriría mucha educación. En este sentido si algo me gustaría que hiciera un gobierno nuevo, es una auténtica cruzada por la educación, como la que transformó a México en la década de 1920.
Ese es el punto que consideré más relevante de este ejercicio mental. Justicia social, legalidad, participación ciudadana, igualdad, libertad, bien común, son valores y conceptos que sólo se podrían practicar si existiera suficiente conocimiento de ellos en la mente de los mexicanos. Esto sólo lo puede conseguir con educación masiva y no está sucediendo, sin esa labor es muy difícil hacer mejores gobiernos, la mayor parte del problema ha estado en la falta de una educación apropiada.
Esta idea de un gobierno nuevo puede parecer una auténtica fantasía pero tuvimos un escenario semejante en el año 2000 cuando ganó Fox la presidencia, para sorpresa de la historia, no se logró cambiar casi nada. Una de las razones posibles es que el gobierno de ese presidente panista actuó pragmáticamente, no movido por los valores y principios de la democracia que había ostentado su partido durante décadas. Tampoco hubo una sociedad civil que lo reclamará y finalmente doce años después regresamos al mismo sistema semiautoritario, corrupto e ineficaz de antes. Lo que no hubo fue una transformación educativa que sirviera como pilar de un nuevo régimen en los siguientes años.
Si bien la serie “designated survivor” es pura ficción impregnada de propaganda política estadounidense, me hizo pensar que si abandonamos la educación cívica, la formación de ciudadanos, la enseñanza de valores democráticos en las aulas, seguiremos teniendo elites políticas formadas por individuos sin valores ni escrúpulos y sociedades apáticas que les permiten ocupar los cargos públicos. Más allá de que partido, grupo o individuo gane en las próximas elecciones, cada día estoy más convencido de que la garantía para un mejor futuro está en una transformación educativa a largo plazo.