Andrés Manuel López Obrador le ha dado a propios y extraños, clases de política; es un político que se mantiene lejos del escándalo, no así sus más cercanos colaboradores; es leal con los que son leales, pero es capaz de sacrificar a sus amigos para salvarse él de cualquier situación que lo pongan en desventaja.
Desde 1998 que saltó a la escena nacional, es un referente y la democracia de este país tiene huellas de Andrés Manuel, así como de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martha Martínez y Hernández, Rosario Robles Berlanga, el extinto Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, Jorge Castañeda, Diego Fernández de Ceballos, entre muchos otros; pero López Obrador logró destacar y mantenerse en los últimos 20 años.
Pero ¿por qué AMLO no ha llegado a ser Presidente de México?, amén de los factores externos, su problema es interno. No le gusta que le contradigan, él siempre tiene la razón. Cuando se aferra a una persona, trata de hacerlo candidato o candidata a tal o cual cargo. No negocia, ni con propios ni con extraños, es unilateral; desprecia a los que él califica como “la mafia en el poder”; se enfrenta con las instituciones, entre otras muchas cosas. Si bien es cierto que su estilo le granjea simpatizantes, no logra penetrar en la mayoría de los que acuden a las urnas, y desde el 2000 que ganó la entonces Jefatura del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, Andrés no ha ganado ni una sola elección, algo está mal y no es el electorado.
Muestra de su terquedad es lo que sucedió la víspera en la Ciudad de México, donde AMLO y su equipo eligió a Claudia Sheinbaum Pardo, jefa delegacional en Tlalpan, como coordinadora de organización territorial para esa capital, lo que la pone en la antesala de la candidatura de Morena a jefe de gobierno de Ciudad de México en el 2018. Se hizo a un lado a perfiles como el del exgobernador de Zacatecas y hoy Jefe Delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, quien trabajó con todo en el Estado de México para hacer llegar votos a Morena; y al experimentado y leal servidor de AMLO, Martí Batres Guadarrama, líder del Movimiento de Regeneración Nacional en la Ciudad de México, quienes se quedaron con las ganas de abanderar a su partido. Sin embargo, para Monreal no es el camino final, pues podría ser el candidato del Frente Amplio Democrático de otros partidos, al fin, llegó del PRI al PT y de ahí a Morena.
Aquí la lección para los políticos quintanarroenses que tienen fincadas sus esperanzas en Morena, serán víctima de la terquedad de Andrés Manuel López Obrador o de Yeidckol Polevnsky Gurwitz, si no es que algunos ya sufrieron el embate del autoritarismo que priva en Morena, por eso es que no lograrán ganar la mayoría de los cargos de elección popular. Los que mendigan a la puerta de Morena, seguirán ahí, porque la división de los grupos en Quintana Roo se manifestó el 2 de julio pasado ante la presencia de su líder máximo en el Parque Las Palapas, lucha de espacios entre los “puros” y los “arrimados”.
SASCAB
Listo se encuentra el maestro Carlos Gorocica Moreno para tomar las riendas de la Secretaría de Educación en Quintana Roo, pues cuenta con la experiencia y el conocimiento suficiente en el teje y maneje de la administración pública; además del reconocimiento del gremio y el respeto de los padres de familia. Contrario a la actual secretaria, Marisol Alamilla Betancourt, que si bien tiene conocimiento teórico, le hace falta experiencia, pero lo más importante, a los padres de familia, alumnos y sociedad en general, ya no les da confianza como titular de educación.