¿Cuál es el futuro político de uno de los más completos políticos del PRI?
El futuro ideal para Beltrones debe ser la dirigencia nacional del PRI. ¿Por qué? Porque todos saben que el grupo compacto de Los Pinos no ve con buenos ojos al sonorense, al que perciben como un peligro para la sucesión presidencial de 2018.
Lo que no saben es que en la sucesión presidencial de 2018 Beltrones no enfrentará a Peña Nieto como lo enfrentó en 2012. ¿Por qué? Porque en el tricolor la sucesión es una sin un presidente priista en Los Pinos y otra con un presidente del PRI. En 2018 Beltrones será aliado de Peña Nieto.
Como presidente del PRI el sonorense no sólo sería aliado de Peña Nieto sino que estaría alejado del ejercicio del gobierno y del gabinete, sin interferir con “los hombres del presidente”. Toda vez que “la triada” que controla la casa presidencial quiere a Beltrones no sólo fuera del PRI, sino lejos de los puestos clave del gabinete.
Por eso le han insinuado secretarías como la de comunicaciones, una embajada y hasta una paraestatal. Sin prisa pero sin pausa, Beltrones las descarta y, en cambio, manda mensajes que no entiende sólo aquel que no quiere entender. A todos en el PRI y en el gobierno federal les conviene tenerlo cerca.
El Presidente será el fiel de la balanza, como lo marca la ortodoxia del partido. Por eso las preguntas. ¿Quién será el mejor o la mejor equipados para dirigir los destinos del PRI en la segunda mitad del gobierno de Peña Nieto? ¿Cuáles son las características de un liderazgo que podría enfrentar los peores momentos de la gestión de Peña Nieto?
Hasta hoy existe un candidato seguro. Se llama Manlio Fabio Beltrones, artífice de las grandes reformas producto del Pacto y quien confió a sus leales que será el primero en inscribirse como aspirante, una vez que se conozca la convocatoria para el relevo del PRI, al término del proceso electoral.
Beltrones quiere dirigir al PRI y también aspira a la candidatura para 2018. Pero Beltrones no es Roberto Madrazo.
La apuesta de Madrazo fue suicida y llevó al PRI no sólo a una escandalosa derrota en la elección de 2006, sino que mandó al partido al tercer lugar. Madrazo apostó a la división del partido, a pesar de advertencias de que el mayor veneno para un partido es la división.
Beltrones no apostará a dividir al tricolor porque sabe que cuando el PRI está en el poder, el que manda despacha en Los Pinos. Pero además, Beltrones tiene la virtud de los políticos de grandes ligas. Sabe el valor de los tiempos y sabe esperar. Y sabe que otros integrantes del gabinete presidencial se prepararán para la silla de Colosio e Insurgentes. ¿Qué tareas le esperan al sonorense al terminar su encargo en San Lázaro? Nadie lo sabe de cierto. Lo que sí se sabe es que Beltrones es el priísta al que más le debe Enrique Peña Nieto.