La clave para disminuir la incidencia delictiva está en la participación de los ciudadanos. Es necesario que se involucren denunciando ante las autoridades competentes los delitos de cualquier naturaleza, quien sea el culpable o la víctima. Los encargados del orden en Benito Juárez y Solidaridad lo proponen de esa manera.
En Benito Juárez consideran a la prevención como eje rector de las tareas policiales. La subsecretaria Bibian Castillo Dzul, preventóloga especializada, afirma que a través de las Jornadas de Seguridad Pública han obtenido logros importantes al impulsar la creación de comités vecinales y trabajar en equipo. Entre el líder de vecinos y el policía encargado del sector resuelven problemáticas, procurando la confianza entre las partes.
Ha sido tan eficiente, afirma, que el trabajo ha prosperado en temas de vialidad, en la denuncia misma contra policías o en cuestiones de desarrollo urbano. Además, han conocido conflictos y carencias históricas no registradas, pues nunca se habían presentado las quejas, lo cual impedía intervenir con prontitud en zonas como Puerto Juárez, Corales o las supermanzanas 40 y 50.
En Solidaridad, Rodolfo del Ángel Campos, director de Seguridad Pública, revela que la prevención ha sido una estrategia acertada en el municipio que más crece en México. Involucrar al ciudadano visitándolos casa por casa, a los pequeños comerciantes, a los grandes empresarios y a los servidores públicos ha permitido reducir los robos, los asaltos y las extorsiones.
El último delito merece mención especial, ya que Del Ángel Campos asegura que el porcentaje de incidencia bajó 75 por ciento al identificar que la mayoría de las llamadas provenían de bromistas. Es preciso enfatizarlo, porque se aseguraba que este municipio encabezaba la lista nacional de extorsiones.
El jefe policial admite que el objetivo primordial en su demarcación ha sido prevenir el origen del problema y con el trabajo en campo combatir el existente, recabando la información necesaria para focalizar los trabajos. “Hoy, Solidaridad es un municipio seguro debido a que el ciudadano denuncia más, las denuncias son corroboradas y las bromas se toman como tal”, sintetiza el que ha sido titular del área en tres administraciones municipales.
En contraste, sería ideal que el ciudadano no invente delitos. Dos casos concretos: el primero, los aparentes “toques de queda”, secuestros, levantones o desapariciones que ocurren en otros estados y que se replican en las redes sociales como si fuese tema local. La gente desconoce el origen de los videos y, sin comprobar la información, multiplica esa sensación de inseguridad inexistente.
El segundo -insólito y frecuente- es el supuesto robo del celular, delito que muchos fabrican para que determinada compañía telefónica les reponga el aparato al aplicar el seguro, lo cual es una tendencia en alza, según fuentes del Ministerio Público del Fuero Común.
En el primero de los dos casos, el órgano de Inteligencia de la Policía de Cancún –sostiene la subsecretaria Castillo Dzul– ha comprobado la procedencia de videos y fotografías en la web que no son creadas aquí. Muchos adolescentes, con el afán de “divertirse”, configuran esta atmósfera de terror, lo cual influye negativamente en el ánimo de los habitantes y en las estadísticas desfavorables.
Aunado a lo anterior, vale la pena analizar los casos de “las desaparecidas”, en referencia a aquellas que se van de la casa de sus padres para convivir con su pareja o preferir la fiesta, pero que en un primer reporte las presentan como “desaparecidas” con el fin de que intervenga la autoridad. Cuando reaparecen gracias a dicha gestión, sus familiares no aclaran el motivo de la desaparición por vergüenza, lo cual ayuda a propagar la idea de que ya no aparecieron.
Estos casos bien documentados por los agentes lamentablemente suelen incrementarse, aunque poco se puede hacer, ya que representa un problema familiar y la autoridad no puede obligar a los jóvenes a vivir bajo el techo que no desean.
La denuncia seria, formal y consciente es necesaria para vivir más seguros. Callarse o mentir no vale.