Morena, el partido que fundó Andrés Manuel López Obrador a partir de la mayor escisión en la historia del PRD, definió el domingo 15 métodos para designar a sus candidatos que competirán por más de 3,000 puestos de elección en el proceso electoral del próximo año.
No hay novedad en cuanto al estilo que suelen manejar el PRI, PAN, PRD o cualquier otro partido político. La “esperanza de México” no ofrece nada diferente, al contrario.
Son los mismos métodos ya universales de designación revolcados, rebautizados con eufemismos lopezobradoristas.
Mario Villanueva decía que a la democracia hay que dirigirla, controlarla o de lo contrario surge la anarquía.
Y así lo entiende López Obrador, quien a través de diversos mecanismos mantiene un estricto control de los procedimientos para designar a sus candidatos.
El 80% de las candidaturas serán designadas por el método tradicional del “dedazo”, “de unidad” o “únicas” o “por consenso”.
“Hay que evitar que los aspirantes de saquen los ojos y haya puñaladas traperas”, dijo la secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky.
Pero en Quintana Roo desde ahora ya se sacan los ojos y se dan puñadas traperas los morenenistas puros, los lopezobradoristas y los llegados de otras agrupaciones políticas que buscan hacerse de un lugar para aprovechar con fines personales la novedad de la franquicia y el empuje del líder de Morena.
El otro 20% de las candidaturas, que tienen que ver con los plurinominales y las posiciones que se deben garantizar por equidad de género serán dejados al azar.
Esas posiciones irán a la famosa tómbola, como la que usa la Lotería Nacional, un método que insiste en usar Morena a pesar de las malas experiencias como la de Quintana Roo, donde los diputados plurinominales hechos candidatos con ese “método” no tenían una preparación mínima para el puesto y terminaron traicionando a su partido.
López Obrador apuesta por una disciplina vertical, sin duda una visión retrógrada que combinada con la sociedad de personajes cuestionados, los que ya están con él y los que llegan, como el ex foxista Lino Corrodi, se convierten en serias debilidades que, sin embargo, no serán reconocidas como responsables de una eventual derrota.
Corrodi fue acusado, incluso de lavado de dinero y el PAN fue sancionado en su momento por las prácticas irregulares de recaudación que empleó para financiar la campaña de Fox en 2000, pero todo parece indicar que sus pecados fueron absueltos por López Obrador.
Platea
Morena decidió que en Quintana Roo la primera fórmula para el Senado sea mujeres.
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