DESTRIPACUENTOS
Por Antonio Callejo
Quintana Roo no puede concebirse como el estado exitoso que es actualmente, sin mencionar el nombre de Fausto Nassim Joaquín Ibarra. Literalmente, `El Tatich´, como se le conoció, sentó las bases del comercio y el turismo desde Cozumel, considerado por eso el primer destino del estado, y amplió con extraordinaria visión de futuro la permanencia de su apellido más allá de su existencia, que llegó a su fin este 17 de junio.
Su apellido está plasmado con letras indelebles para la historia en el acta de nacimiento del estado de Quintana Roo, con la mano de su aventajado hijo, Pedro Joaquín Coldwell, quien fue diputado del Constituyente de 1974, y se encuentra a punto de continuar un nuevo ciclo de su legado, con la llegada de su segundo hijo a la primera magistratura de la entidad, en la persona de Carlos Joaquín González.
El apellido `Joaquín´ pertenece a Quintana Roo, tanto como Quintana Roo a su influencia.
El inicio de la historia de este blasonado apellido en la región, se remonta a principios del siglo pasado, aunque el arranque, digamos formal, de su participación en actividades turísticas, tiene un punto de partida en el año 1948, de acuerdo con una anécdota que le contara el propio Don Nassim Joaquín al cronista Velio Vivas, consignado en uno de sus numerosos libros:
“Nassim Joaquín Ibarra afirma que en 1948 encalló en la costa oriental de la isla un carguero de bandera panameña, el accidente motivo el desplazamiento del personal de la naviera, por lo que arribó a la isla Charles Fair `quien quedó gratamente impresionado por las bellezas del lugar´ (Vivas, 2008: 124). En ese mismo año, el periodista norteamericano Richard Humphrey llegó a Cozumel –por recomendación de Fair- motivado por los comentarios recibidos sobre la isla quedándose a vivir una temporada en el lugar. A su regreso a los Estados Unidos de Norteamérica redactó un artículo para la revista Holiday -en 1957-, con ello se promovieron los atractivos naturales y culturales de la entidad; ese mismo año, un grupo de ocho turistas arribaron a la isla con un ejemplar de la revista a bordo de la única línea aérea que comunicaba a la isla con Mérida y Chetumal -Transportes Aéreos Mexicanos S.A.
En ese entonces, y de acuerdo con el investigador Alejandro Palafox Muñoz,
Con el repoblamiento de la isla de Cozumel “en el año de 1841, la economía de la localidad se encontraba basada en el comercio de algodón, tabaco, caña, azúcar, plátano, maíz y la exportación de henequén y chicle. El auge chiclero contribuyó al desarrollo del comercio y del sector obrero, y a través de la transportación de la resina, la actividad marítima se incrementó por medio del abastecimiento de las casas comerciales de la época [Coldwell y Joaquín], dando pie a la formación de una clase económica fuerte: la comercial. Al consolidarse como puerto chiclero, surge la necesidad de espacios de alojamiento, siendo pionero el Hotel Louvre (1924). Sin embargo, con la crisis chiclera, el Estado decide ceder las tierras ejidales al centro del territorio, dejando las costas para el desarrollo del turismo, por lo que los empresarios Coldwell y González compraron las propiedades para tal fin, así, la actividad turística se erige como pilar económico de la localidad por medio del servicio de hospedaje y tours de buceo. A partir de la década de los noventa y con el crecimiento de la infraestructura portuaria -3 muelles para recepción de 9 navíos-, Cozumel se posiciona como el primer destino de cruceros a nivel nacional e internacional. Por tanto, el Estado en su afán por la generación de divisas y la creación de empleos, ha utilizado al turismo como una herramienta para dar continuidad al modelo neoliberal, teniendo repercusiones como la transformación del espacio y uso del mismo, así como la pérdida del ambiente, aunado a la formación de grupos de poder para la permanencia del sistema”.
El mismo investigador, recuperó los puntos de irrupción y crecimiento imparable del transporte de pasajeros, ya con intenciones turísticas, que se añadieron a actividades comerciales que impulsaba Nassim Joaquín previamente.
“Al contar con vuelos programados y en consecuencia una corriente turística en definición, el grupo empresarial local integrado por Nassim Joaquín Ibarra –accionista de TAMSA-, Gastón Cantarell, Raúl González y Fernando Barbachano incrementaron la oferta hotelera. Conjuntamente, la población se encontraba dedicada por un lado a las labores domésticas y venta de productos tradicionales desde su hogar, y por el otro a la pesca, agricultura y comercio menor, aunado a los colocados en la empacadora -que vendía caracol, langosta y tortuga- quienes comenzaron a insertarse en la actividad turística, la cual empezaba a reflejar los beneficios económicos, en donde el principal producto turístico que se ofrecía era el paseo en lancha y el consumo de pescado, caracol y langosta, por lo que los turistas –principalmente norteamericanos de alto poder adquisitivo- pasaban todo el día en la playa.
“Con el triunfo de la revolución cubana y el cierre del principal destino de veraneo de los norteamericanos, los empresarios insulares comenzaron a organizar la actividad turística, el cual cambia drásticamente la estructura socioeconómica, aunado a “la caída de la actividad forestal y coprera, la visión de empresarios y los cambios de políticas gubernamentales que buscan modernizar el territorio” (Xacur, 1998: 278) contribuyeron en la percepción del turismo como una actividad importante que apoyaría el desarrollo económico de la isla y del estado”.
Una historia profusa e interminable
Las actividades comerciales y empresariales de Don Nassim Joaquín Ibarra son innumerables. Aún tienen presencia y socios que continuarán ese legado en esa área. Sin embargo, se debe anotar que su fallecimiento sucede en un punto donde la historia de su apellido arranca con un nuevo vigor. Su hijo Carlos Joaquín, el segundo que será gobernador del estado, ya hizo su propia historia al contender contra el PRI y al vencerlo de forma rotunda. Y la sociedad quintanarroense cifra una nueva esperanza de crecimiento y desarrollo equilibrado en su gestión, que empezará a finales de septiembre venidero. Así que en realidad no muere un Joaquín, tanto como se marca el inicio de una leyenda. Y la historia continúa. @Antoniocallejo