DESTRIPACUENTOS Por Antonio Callejo
- Pueden ir festejado que en Benito Juárez (Cancún), la designación de candidato a la presidencia municipal es para perder
- Los diputados `del cambio´, no dejaron ni `el cambio´. Salieron peores que sus antecesores. No aparecen 100 millones de pesos
Luego de mucho trastabillar, la alianza PRI-Verde-Panal, decidió postular a un líder sindical, y de la añeja Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC). Mario Machuca, con tímido y sofocado grito de: “Que se pongan a temblar…”, alzó la bandera de esta coalición, y se registró para enrolarse hacia una batalla por la regiduría que siempre le ha guardado su partido.
Se trata de la crónica de una derrota anunciada. Para el PRI, no tanto para este que será el candidato, pues puede aspirar al sueldo de 250 mil pesos mensuales, más propinas.
Machuca, para quienes no lo conocen, llegó a Quintana Roo a mediados de los 90´s, con un grupo de `choque´ al mando de Alberto Juárez Blancas. Su misión, lograda en escasas horas, fue la de recuperar la dirigencia y el edificio de ese órgano sindical, que para entonces dirigía Salvador Ramos Bustamante.
Es curioso, porque a Ramos Bustamante lo defenestraron Juárez Blancas y el entonces gobernador, Mario Villanueva Madrid, para evitar que fuera senador. En venganza, el antecesor de Machuca preparó un plan para crear un sindicato de taxistas paralelo al actual.
Recientemente, Emiliano Ramos, hijo de Salvador, se alió con los taxistas convencionales para sacar a `Uber´ de Cancún, lo que muestra claramente el carácter `acomodaticio´ de los Ramos.
Pero volviendo a Machuca, hay que recordar que esa batalla para expeler a los Ramos fue a sangre y fuego. Golpeadores de la central de la CROC sacaron a golpes a los estatales, con la ayuda de la policía municipal, a los ocupantes.
Y desde entonces, los lugartenientes de Juárez Blancas se han pasado la batuta al estilo más rancio del sindicalismo mexicano.
Primero fue designado secretario general Roberto Castellanos Tovar, legendario líder fundador croquista, al lado de Juárez Blancas, más conocido por su gran capacidad de ingestión que por su labor sindicalista. Era capaz de devorar un kilo de barbacoa en el desayuno, con todo y consomé y su respectivo `tambache´ de tortillas.
Por un periodo, llegó a hacerse cargo de la CROC Quintana Roo Isaías González Cuevas, también de la dirigencia nacional, hasta que finalmente se quedó instalado `para siempre´, como son las cosas en este sindicato, Mario Machuca.
Es cierto que la CROC puede ser uno de los sindicatos más influyentes en el estado, sobre todo entre los trabajadores de la industria turística. Allí compiten con la CTM, que dirige desde hace más de 20 años Isidro Santamaría Casanova.
Ambas centrales, tienen un padrón obligatorio de empleados. Les cobran las cuotas y son los encargados de repartir las propinas.
¿Y usted ha escuchado hablar de la generosidad de estos organismos entre esos empleados?
La queja recurrente es que les escamotean prestaciones, salarios, propinas, vacaciones, y también que no son defendidos correctamente frente a patrones abusivos.
Un líder sindical de este perfil es el menos indicado para aspirar a la presidencia municipal de un destino turístico como Cancún.
En todo caso, es la confirmación de que el PRI ya bajó la guardia para no invertir más de lo que pueda o quiera un dirigente sindical que, con toda certeza, tiene lo suficiente para ganarse una regiduría con un sueldo nada despreciable que ronda los 250 mil pesos mensuales.
Los diputados `del cambio´ desaparecieron 100 millones de pesos
Eduardo Martínez Arcila y Emiliano Ramos Hernández, presidente de la Gran Comisión y de la de Presupuesto y Cuenta, respectivamente, son los responsables directos del manejo irregular que se detectó en el Congreso del Estado, con un saldo hasta ahora de 100 millones de pesos que no aparecen.
En días pasados, una organización civil, que encabeza la abogada y periodista Fabiola Cortez, promovió un amparo para revisar un apartado del presupuesto de egresos del Congreso local, que se refiere al ejercicio por “apoyos sociales”.
A la litigante le fue negada la solicitud con un argumento absurdo: “No existen los comprobantes…”.
Martínez Arcila y Ramos Hernández están metidos en este enredo que ya demostró que sí era posible empeorar, luego de que ellos mismos llegaron al encargo acusando a sus antecesores priístas de manejar arbitraria, opaca e irregularmente.
Lo que dieron a a conocer, como para justificar ese fabuloso gasto de 100 millones de pesos, fue un listado de personas a las que supuestamente les entregaron `ayudas económicas´, claro, sin tabulador alguno ni comprobantes.
Su bandera del `cambio´ fue un engaño, y por lo pronto son un lastre para el gobernador, quien se esfuerza por rendirle cuentas a los ciudadanos. Y tiene que remar contra estos legisladores, que ya se embarcaron en otra campaña en pos de otro cargo y, obviamente, de fuero.
@AntonioCallejo