EL BESTIARIO
La ultraderecha de Francia no impide el ‘parricidio político’, la semilla de la división del Frente Nacional enferma a los Le Pen, Marine cesa a Jean-Marie, ‘el rey Lear’, el mariscal pro nazi Pétain, ‘preocupado’
El ultraderechista Frente Nacional ha cerrado este lunes un importante capítulo de su historia. Jean-Marie Le Pen, de 86 años, su fundador y presidente de honor, ha sido humillado por su propia hija, la heredera y ahora reforzada líder del partido ultraderechista francés, Marine Le Pen. La cúpula de la formación xenófoba ha decidido suspender de militancia al anciano dirigente tras las declaraciones filonazis de Jean-Marie del mes pasado, cuando dijo que las cámaras de gas para exterminar a los judíos en la II Guerra Mundial eran “un detalle” de la historia. Aunque idénticas a las que ha pronunciado reiteradamente a lo largo de toda su vida, Marine las ha utilizado esta vez para culminar el ‘parricidio político’ que perseguía desde hace meses.
El comité ejecutivo del FN, máximo órgano del partido entre congresos, ha anunciado su decisión de eliminar de sus estatutos la figura de presidente de honor de la formación, un gesto aún más degradante para Jean-Marie. La propuesta será sometida a la militancia en un congreso extraordinario que se celebrará en los próximos tres meses. Mientras, la suspensión de militancia ya es un hecho. El comunicado del comité ejecutivo, reunido bajo formato “disciplinario”, ni siquiera cita el nombre de su fundador.
El viejo ultraderechista calificó una vez más de “detalle de la historia” la existencia de las cámaras de gas
El viejo dirigente había dicho sentirse “desautorizado” horas antes, pero también dejó claro que no desaparecerá de la escena política. Continuará como eurodiputado y consejero regional y seguirá difundiendo sus opiniones políticas, aunque a partir de ahora, precisó, “a título individual”. Aseguró que su despacho sigue estando en la sede del FN y que seguirá yendo allí, salvo que se lo impidan. Así será, puesto que ya no es militante de la formación.
El castigo a Jean-Marie, que fundó el partido en 1972, ha sido finalmente de mayor contundencia que la prevista. Se ha fraguado en las reuniones que han mantenido los comités político y ejecutivo de la formación. Como aún presidente de honor, Jean-Marie es miembro de las dos. Acudió a la primera -“a mi edad, no puedo cambiar”, ya advirtió a la entrada-, pero no a la segunda, por considerar que su presencia ante un tribunal de disciplina era “contraria a la dignidad” de su papel en el partido.
Al término de su reunión, el comité político, compuesto por 44 dirigentes, señaló en un comunicado que “desaprueba” las últimas declaraciones filonazis de Jean-Marie y que vigilará para que nada pueda desviar el objetivo del FN y de Marine “de conquistar el poder”. Es esa aspiración, la conquista del poder, la que ha marcado la diferencia entre padre e hija, que intenta alejarse de los orígenes fascistoides del partido para ampliar su electorado. Los éxitos en los últimos comicios le avalan. En las europeas del año pasado, el FN fue la fuerza más votada en Francia.
“Padre e hija, en el fondo son lo mismo, antisemitas, xenófobos y racistas”, valoraba el primer ministro Manuel Valls
El primer ministro, Manuel Valls, ha afirmado este lunes que el partido “no ha cambiado nada”. A padre e hija, ha añadido, solo les separa “la estrategia electoral”, pero el fondo es el mismo: las ideas “antisemitas, xenófobas y racistas”.
La decisión del comité ejecutivo del FN, integrado por nueve personas, pone fin a la prolongada guerra larvada entre padre e hija iniciada en 2011, cuando Marine se convirtió en presidenta del partido y Jean-Marie en presidente de honor. La excusa para arrinconar definitivamente al recalcitrante Jean-Marie han sido unas habituales declaraciones antisemitas suyas que fueron difundidas a comienzos de abril.
Una vez más, calificó de “detalle de la historia” las cámaras de gas para exterminar a los judíos en la II Guerra Mundial, y añadió que él nunca ha considerado “traidor” al mariscal Philippe Petain, el dirigente francés colaborador de los nazis durante la ocupación. Añadió que en el FN hay muchísimos “ardientes petainistas”.
Esta vez, Marine utilizó las palabras de su padre para zanjar su batalla familiar y política. En un comunicado, aseguró que su progenitor había entrado “en una espiral de tierra quemada y de suicidio político” y puso en marcha la maquinaria disciplinaria del partido. Bajo la amenaza de sanciones y presionado por la cúpula, el viejo líder retiró su candidatura a las próximas elecciones regionales en Provence-Alpes-Côte d´Azur (PACA) y, unos días después, Marine vetó su anual intervención en el homenaje del 1 de mayo a Juana de Arco. El forzado alejamiento de Jean-Marie de la primera línea del FN marca el fin de una época en el partido ultraderechista. Su venganza deparará nuevas batallas en un partido en el que hasta ahora no ha existido la separación entre política y peleas familiares.
“Abandonad nuestra tierra”, las Femen interrumpen a Marine Le Pen en el tradicional discurso del Primero de Mayo
Los mensajes xenófobos e islamófobos han protagonizado el tradicional homenaje anual que el Frente Nacional organiza el 1 de mayo en París en honor de la heroína francesa Juana de Arco. Ante la imponente fachada del palacio de la Ópera, la presidenta del partido, Marine Le Pen, basó su discurso ante unos 2.000 seguidores en una feroz crítica a la Unión Europea y al Gobierno francés porque, en su opinión, las actuales políticas favorecen “la inmigración masiva y multiforme” y no combaten con eficacia “el terrorismo islamista”.
“Abandonad nuestra tierra”, interrumpían el discurso los militantes, cientos de ellos con banderas francesas y con pancartas de las distintas regiones de las que se habían desplazado en coches y autobuses. “Volved a vuestra tierra”, gritaron unas decenas de ellos a dos viandantes de aspecto africano que pasaban por las proximidades. “Esta es nuestra tierra”, respondió con un hilo de voz una de las interpeladas ante la atenta mirada de miembros del servicio de orden, integrado por decenas de fornidos rapados, la mayoría con vestimenta de color negro.
Una decena de jóvenes de esta guardia pretoriana actuaron con una contundencia inaudita contra tres activistas de Femen. Asomadas al balcón de un hotel colindante, con el pecho descubierto, interrumpieron a Le Pen mientras exhibían unas banderolas con el escudo del FN y la frase Heil Le Pen. Unos minutos después, tres jóvenes del servicio de orden irrumpieron en el balcón y retuvieron a las activistas hasta que mucho más tarde intervino la policía. Las Femen, abucheadas e insultadas por los simpatizantes del FN, protestaron porque alguien facilitó a los aguerridos vigilantes el acceso a su habitación y Marine Le Pen aseguró que presentaría una denuncia contra las activistas.
Rodeada en el estrado por los 62 consejeros electos de su partido en las recientes elecciones departamentales, Marine Le Pen pronunció un discurso catastrofista. Para ella, la UE fomenta la inmigración “masiva” por el interés de la gran patronal para bajar los salarios, y los responsables de los miles de muertos en el Mediterráneo son los gobernantes que acabaron con el régimen libio sin prever sus consecuencias.
“Hay que expulsar a todo extranjero que muestre simpatía por el Estado Islámico, nos tratan de islamófobos por reclamar la laicidad”
“Enviemos a la UE a los abismos”, clamó, para poner de ejemplo a Australia, que envía a los puertos de origen a toda embarcación que se aproxime a sus cosas con inmigrantes sin documentación en regla. Frente a la “eurodictadura”, Le Pen pide otra vez que se levanten las fronteras en Europa, que se acabe con el espacio Schengen. “Francia tiene derecho a saber quién está en su territorio”, dice entre gritos de “Marine, presidenta”.
“Hay que expulsar a todo extranjero que muestre simpatía por el Estado Islámico”, dijo después al referirse al fundamentalismo islamista. “Nos tratan de islamófobos a quienes reclamamos el respeto a la laicidad, a nuestras leyes y a nuestro modo de vida”. La líder ultraderechista ha reclamado estrechar lazos con Rusia, Emiratos Árabes o Egipto, países que, según ella, luchan más contra el yihadismo. A la vez, ha exigido revisar las relaciones con Qatar y Arabia Saudí, “que financian el islamismo”.
Jean-Marie Lepen inventó la jornada de Juan de Arco el uno de mayo, tres rapados lanzaron al Sena a un joven marroquí, murió ahogado
Cuando los dirigentes del FN ya se retiraban, un hombre se acercó al lugar y se situó en una entrada del hotel ubicado a la derecha del escenario. Como otros viandantes. Pero él tiene la piel oscura. Cuatro antidisturbios le rodearon de inmediato. Le cachearon. Le hicieron sacar todo de los bolsillos. Un bolígrafo, una libretita, unas monedas… No llevaba nada peligroso. “Acompáñenos”, le dijo un agente. “¿Por qué?”, respondió asustado el hombre, de unos 50 años, delgado, alto, con bigote. “Para unas comprobaciones”, se escuchó a uno de los policías.
Fue Jean-Marie quien inventó en 1988 este acto anual del FN. En 1995, tres rapados que habían participado en los actos acorralaron a un marroquí de 29 años, Brahim Bouarram. Lo lanzaron al Sena y murió ahogado.
Para el primer ministro, Manuel Valls, el acto del FN es “un espectáculo espantoso de una extrema derecha que no cambia”. Es el reproche que la mayoría de dirigentes políticos franceses hacen al FN pese la ruptura de Marine Le Pen con su padre y fundador del partido, Jean-Marie, tras sus declaraciones filonazis del mes pasado. El viejo Le Pen, de 86 años, fue vetado este año y no ha tomado la palabra frente a sus simpatizantes, aunque sí fue vitoreado antes del discurso de su hija cuando desfiló hasta el monumento a Juana de Arco.
Fue Jean-Marie quien inventó en 1988 este acto anual del FN. En 1995, tres rapados que habían participado en los actos acorralaron a un marroquí de 29 años, Brahim Bouarram. Lo lanzaron al Sena y murió ahogado.
Poner en cuarentena a papá no transforma a la ultraderecha en una fuerza moderada, solo hay que repasar el programa del partido
Esa ultraderecha que ascendía como un cohete en el cielo electoral de Francia, asustando a toda Europa; ese Frente Nacional, el partido encabezado por Marine Le Pen, que su padre Jean-Marie le dejó en herencia hace cuatro años; esta es la fuerza que se estremece a causa de una ruptura familiar. La presidenta de los ultras ha vetado a su progenitor para librar el último combate electoral (a los 86 años) y no descartaba sancionarle, a la vez que él la amenazaba si persistía en echarle. El ‘parricidio político’ se consumó en las últimas horas.
El detonante, la enésima declaración revisionista de Jean-Marie Le Pen, que se dice admirador del general Pétain -el colaboracionista número uno de los nazis-, arremete contra los homosexuales y denuncia a los gobernantes que son inmigrantes o hijos de inmigrantes -como el primer ministro ‘español’ Manuel Valls, sin ir más lejos. Todo ello muy inconveniente para la lideresa, que intenta acabar con la diabolización del Frente Nacional, a fin de que sea considerado como una más de las fuerzas republicanas -de los “partidos del sistema”, se diría en España- y que deje de dar miedo.
Celosa Marine por la cada vez mayor proximidad de Jean-Marie a Marion, nieta del patriarca de los ultras galos
Poner en cuarentena a papá no transforma a la ultraderecha en una fuerza moderada. Solo hay que repasar el programa del partido: quiere cerrar las fronteras a todo extranjero en situación irregular; exige prioridad para los franceses a la hora de obtener los empleos disponibles, los alojamientos y las ayudas sociales; pretende un plan económico proteccionista y sacar a Francia del euro.
Pero Marine Le Pen intenta matar al padre, cansada de sus groseras provocaciones y tal vez celosa de la mayor proximidad a aquel de Marion Maréchal-Le Pen, nieta del patriarca de los ultras. La confusión entre familia y partido le ha llevado a cometer todo un parricidio político. Es verdad que mezclar el partido con la familia es un caso muy peculiar. Pero el suceso encierra también un aviso hacia los radicales que se presentan como defensores de “los de abajo contra los de arriba” -en España se diría “del pueblo contra la casta”- y que, aun revistiéndose de clámides menos chillonas, llevan en su seno la semilla de la división.
Jean-Marie Le Pen, fundador y presidente de honor del ultraderechista Frente Nacional (FN), renunciaba semanas atrás, a presentarse como candidato del partido a las elecciones regionales de fin de año, cinco días después de que su hija y líder indiscutible de la formación, Marine Le Pen, anunciara su decisión de boicotearle. La larga guerra entre padre e hija, que estos días ha alcanzado su máximo nivel, se salda así por el momento con una retirada del campo de batalla del progenitor…
Marine difundió un comunicado en que afirmaba que su padre había entrado en una espiral “de tierra quemada y suicidio político”
El anciano dirigente filonazi, de 86 años, señalaba en un comunicado que no se presentaría a esas elecciones por la región de Provence-Alpes-Côte d’Azur, uno de los feudos del FN, aunque se considera “el mejor candidato”. El eurodiputado agrega que, de no ser él, la candidata más “adecuada” para esa región sería su nieta Marion Maréchal-Le Pen, de 25 años, diputada y sobrina de Marine. Bruno Gollnisch, eurodiputado del FN y amigo de Jean-Marie, también ha presentado su candidatura al puesto.
En los últimos meses, el ultraderechista Jean-Marie había reiterado que sería cabeza de lista por esa región, pero provocó una nueva crisis interna en su partido al difundirse unas declaraciones suyas en las que reiteraba que las cámaras de gas para exterminar a los judíos en la II Guerra Mundial eran “un detalle” de la historia. O que en su partido había fervientes admiradores del mariscal Philippe Pétain, el dirigente francés colaboracionista del régimen nazi durante la ocupación alemana de Francia, a quien nunca ha considerado “un traidor”. O que Francia está dirigida por inmigrantes o hijos de inmigrantes, en alusión, entre otros, al primer ministro, Manuel Valls.
De inmediato, Marine Le Pen, que lleva años intentando alejar a su partido de toda imagen de antisemitismo o filonazismo, difundió un comunicado en que afirmaba que su padre había entrado en una espiral “de tierra quemada y suicidio político”. La cúpula del FN iba a decidir sobre las candidaturas para las regionales. Era obvio que Jean-Marie no tenía ninguna opción, así que simplemente decidió adelantarse a los acontecimientos, aunque él prefirió presentarlo como “un sacrificio” que realizaba para no perjudicar al partido.
“El FN subsiste y debe subsistir esa ideología racista y filonazi o acabará desapareciendo si renuncia a semejantes principios”, advierte el padre
En su comunicado, el fundador del FN asegura que el espacio para la libertad de expresión es cada vez menos reducido en Francia, incluso en las propias filas de la ultraderecha. “Yo no he cambiado”, proclama, para añadir que no hará nada que comprometa “la frágil esperanza de supervivencia de Francia que representa el FN con sus fortalezas y debilidades”. Admite que sus últimas declaraciones “han abierto una grave crisis” en su partido, pero que no justificaban, dice, “el escándalo que se ha desatado en nuestras filas con riesgo de debilitar peligrosamente nuestro movimiento”. “No seré cómplice de esta maniobra. Por eso, decidí no ser candidato y ahora he sido expulsado de mi partido…”.
Su gesto redujo las graves tensiones y se pensaba que no se llegaría a plantear las opciones manejadas, incluida la suspensión de militancia. Los politólogos se equivocaron. Antes de tirar la toalla, Jean-Marie Le Pen ha acusado a su hija de “someterse al sistema”, de buscar su indulgencia, y de apartarse de las auténticas raíces del partido que él fundó hace ahora 43 años. “Cuando ella sea otra cosa, no será nada”, comentó a la cadena RTL. O sea, que en el FN subsiste y debe subsistir esa ideología racista y filonazi, según su fundador, o acabará desapareciendo si renuncia a semejantes principios.
Jean-Marie Le Guen, secretario de Estado y autor de un estudio sobre la ultraderecha, alerta del “fracaso histórico” que amenaza a Francia
Jean-Marie Le Guen (París, 1953), secretario de Estado para las Relaciones con el Parlamento, es autor del informe “Frente Nacional: el combate prioritario de la izquierda”. Para Le Guen, el acceso de la ultraderecha al poder sería “una catástrofe sin parangón”, “un fracaso histórico”. En esta entrevista dada a varios periódicos europeos en el espectacular Hotel de Clermont (siglo XVIII), sede de su departamento, Le Guen explica que el acceso del Frente Nacional al poder provocaría “enfrentamientos de unos franceses contra otros”.
¿Por vez primera desde que se creó en 1972, usted cree que el FN puede llegar a gobernar? “Es un peligro real. El debate esencial ya no es entre izquierda y derecha, sino entre el Frente Nacional y los republicanos.”
¿No les favorece que hablen todo el tiempo de ellos? “Entiendo el argumento, pero no es justo. ¿Cómo se puede combatir a un partido sin citarlo? Ese argumento parte de la idea de que el FN no es una fuerza política, sino un accidente, una consecuencia de mal gobierno de otros. Pero no, es un partido; un partido que crece, antes que nada, sobre una ideología xenófoba, contra los emigrantes, contra todo aquel que no sea de origen francés”.
Francia, Alemania, España, Italia… conocieron los horrores del siglo XX, en el origen estaba el nacionalismo y la xenofobia
Como ocurre en otros países europeos… “Sí, pero esto es especial. Si Francia o Alemania no hubieran conocido los horrores del siglo XX. Si España o Italia no hubieran conocido el fascismo, la guerra civil… Pero todo eso ocurrió. Y se sabe que en el origen estaba el nacionalismo y la xenofobia. Y eso hay que combatirlo por el interés de nuestros pueblos”.
Pero al FN le vota un elevado porcentaje de obreros, parados… “Sí, es cierto que algunos buscan soluciones simplistas a problemas complejos. Pero hay que alertarles de que políticas como las del FN nos llevan a la segregación y el enfrentamiento entre grupos étnicos. Puede haber gente de buena voluntad, sin duda, pero también es cierto que, como mínimo, son partidarios de una política más represiva y hasta segregacionista de la población extranjera. Cuando este asunto es obsesivo, se convierte en muy inoportuno”.
¿Cree es ese el principal motivo por el que les vota tanta gente? “Sí. Y la crisis europea les ayuda”.
¿No hay también un fondo de rechazo a los partidos tradicionales? “Sí, hay un rechazo al ‘stablishment?, a la casta que dicen los de Podemos. Pero, cuidado, la casta es también la República. Y en esos discursos populistas hay algo de cierto, como la escasa ejemplaridad de algunos políticos o la crisis democrática, pero también hay una pulsión antidemocrática. En Francia, nuestro populismo es mucho más peligroso que el existente en los demás países europeos”.
¿Cuál es la diferencia con otros de extrema derecha? “Los elementos tóxicos del origen del FN, con los que nunca ha roto: el colaboracionismo, el antisemitismo, el fascismo… No es casual que otros partidos de extrema derecha no hayan querido formar un grupo con el FN en el Parlamento Europeo. Nuestra extrema derecha es más tóxica”.
Jean-Marie era y es un provocador, un anarquista, un desestabilizador del sistema, pero su hija Marine quiere el poder, el Gobierno
¿Cree que se mantendrá en el futuro como una de las tres fuerzas más importantes en Francia? “Sí. Su fundador, Jean-Marie Le Pen, era y es un provocador, un anarquista, un desestabilizador del sistema. Pero su hija ha edulcorado el mensaje y dice abiertamente que quiere el poder, el Gobierno. Los políticos, los medios, los intelectuales…se han acostumbrado al FN y no entienden que banalizar eso es una muy mala noticia”.
¿Lo ha hecho Nicolas Sarkozy? “Él pensó que el FN era una enfermedad pasajera, un sarpullido temporal. Ahora ha comprendido que es un riesgo mortal para él. Los votantes del FN votan contra el Partido Socialista, pero también contra la UMP, y muchos son de derechas”.
Y ahora todos los sondeos indican que Le Pen estará en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. “Sí. Y si se enfrentara a Sarkozy, este necesitará votos de los socialistas para impedir el triunfo de Le Pen. Y recíprocamente, la izquierda necesitará otros votos republicanos, también de la derecha, para ganar en una segunda vuelta. Pero si sigue diciendo que votar al FN favorece al PS, los socialistas no querrán votarle. No digo que ese escenario sea probable, pero no es imposible”.
“El FN nos llevaría a enfrentarnos unos franceses contra otros, a extranjeros contra los que no lo son, a musulmanes contra los demás…”
¿Cómo imagina un escenario con el FN en el poder? “No puedo ni imaginarlo. En todo caso, sería terrible. Nos llevaría al enfrentamiento. Ya no hablo de sus planes de salir del euro y de la UE, que nos llevaría a una guerra económica con nuestros vecinos y a la desestabilización de Europa”.
¿Habla de enfrentamiento civil? “Sí, sí. Nos llevaría a tensiones muy fuertes, a enfrentarnos unos franceses contra otros, a extranjeros contra los que no lo son, a musulmanes contra los demás… Habría tensiones muy fuertes”.
Dice en su informe que el terrorismo alimenta al FN. “Sí, porque el terrorismo hace crecer la xenofobia cuando se origina lejos de nuestras fronteras o lo producen franceses de origen extranjero. Hay riesgo de un ciclo infernal de reacción-represión”.
Cuando un niño malcriado tiene una rabieta en un avión abarrotado de pasajeros, los adultos que están alrededor confían en que los padres reaccionen y le contengan. No es él quien tiene la culpa de su mal comportamiento. No es más que un niño, al fin y al cabo. De la misma manera, si bien resulta tentador pedir responsabilidades a los sindicatos y otros grupos organizados que se declaran en huelga o que organizan protestas cada vez que se anuncia algún intento de modernizar Francia o implantar cualquier reforma de peso, la verdad es que los franceses se han acostumbrado a ese desastroso comportamiento después de decenios de observar a una clase política que no habla claro y carece de valor moral y auténtico liderazgo. Igual que ocurre con los padres del niño, los máximos responsables de esta descorazonadora situación son los políticos…
Londres se ha convertido en la cuarta ciudad francesa en el mundo, con medio millón de jóvenes de Francia que son también ‘emigrantes’
En el primer discurso público pronunciado por Marine le Pen después de la publicación de un sondeo trascendental que la sitúa por delante de François Hollande en una hipotética segunda ronda de las elecciones presidenciales, atacó con vehemencia al movimiento Barrez-vous! (“Largaos”) como a uno de sus promotores, el ensayista Felix Marquardt (www.barrez-vo.us). Les llamó “francoescépticos”. “En un manifiesto con ese mismo nombre, otros dos firmantes y yo habíamos exhortado a los jóvenes franceses -con un desempleo juvenil en torno al 25% desde hace más de 30 años- a abandonar el pasatiempo nacional de manifestarse por París para expresar su descontento y a marcharse del país, con el fin de llamar la atención de las autoridades…”, explica Felix Marquerdat.
Como en casi todos los países desarrollados que sufren problemas, el capital humano es uno de los pocos factores que puede salvar a Francia del desastre, pero la verdad es que la proporción del PIB británico generada por el medio millón de franceses residentes en Londres, que es ya la cuarta ciudad francesa del mundo, es impresionante, y no deja de crecer día a día… “Nuestra idea era que, si los jóvenes se van fuera del país, las clases dirigentes tendrán que decidirse a tomar medidas -recalca Felix Marquerdat- para mejorar la situación en la que se encuentran e intentar así convencerles así de que se queden”.
“Los dos millones y medio de franceses que viven en el extranjero no son cobardes que han huido…”, manifiesta el movimiento Barrez-vous!
Pues bien… Dos años después del manifiesto, la situación es mucho peor, el número de jóvenes que dejan el país sigue aumentando y los políticos siguen acusando al movimiento de Barrez-vous! De ser antifrancés y empujar a los jóvenes a darse por vencidos. Como si los ciudadanos se dividieran en los buenos, patriotas y agradecidos, que se quedan, y los malos, antipatriotas e ingratos. Como si los dos millones y medio de franceses que viven en el extranjero fueran unos cobardes que han huido, en vez de ser los mejores embajadores de Francia.
Mussolini solía expresar su interés por apoderarse de Córcega diciendo que quería la “gabbia senza gli uccelli” (“la jaula sin los pájaros”)… “En contra de lo que alega Marine Le Pen, nuestro movimiento no es antifrancés en absoluto”, añade Félix Marquardt. “Los que provocan nuestra irritación y nuestra impaciencia son los miembros de la clase política francesa, incluido su propio partido. Por supuesto, han quedado muy atrás los tiempos en los que su padre se hizo famoso por sus diatribas racistas y revisionistas. Los discursos de la hija son más refinados, y existen muchos conservadores, tanto en Europa como Estados Unidos, que se encuentran decididamente más a la derecha que ella. Lo que resulta más llamativo ya no es el extremismo y la intolerancia de su partido, sino la increíble mediocridad de su programa, especialmente en todo lo relativo a la economía. Claro que, por desgracia, en el contexto francés, ese es un dato tristemente superficial…”.
Los ‘cartesianos’ franceses son profundamente kantianos, todo es cuestión de grandes principios, y no piensan en qué es lo más eficaz
A los franceses les encanta considerarse cartesianos, con lo que quieren decir es que son racionalistas y pragmáticos, cuando, en realidad, son profundamente kantianos, porque para ellos todo es cuestión de grandes principios, de cómo deberían ser las cosas, y no piensan en qué es lo más eficaz. Como consecuencia, la política francesa se ha convertido en un concurso de ideas teóricas: los políticos como Le Pen no necesitan dar demasiadas explicaciones sobre cómo pretenden llevar a cabo las cosas que prometen (salirse del euro, detener la inmigración, introducir el principio de preferencia nacional), porque es suficiente con que se dediquen a ser grandilocuentes y contar lo maravillosos y extraordinarios que son sus objetivos.
Los franceses, en especial los jóvenes, parecen cada vez más dispuestos a dar su voto al Frente Nacional y piensan que elegir a sus miembros es una forma de romper con el pasado. Sin embargo, a la hora de la verdad, su retórica y su ideología en relación con la soberanía, Bruselas, la UE, Alemania, la economía de mercado y el laxismo presupuestario y social son penosamente idénticas a las del exministro de Economía Arnaud Montebourg, recién dimitido del Gobierno de Hollande.
La única brecha y digna de tal nombre que sigue existiendo hoy en la política francesa es la que separa a esos soberanistas reaccionarios, ya sea de viejo o de nuevo cuño, de los auténticos pragmáticos, los que tienen el empeño de poner en marcha reformas genuinas (empezando por una completa revisión de las leyes fiscales y laborales). Por desgracia, en este último grupo hay muy pocos que se dediquen en serio a la política. En realidad, Francia lleva 35 años oscilando entre gobiernos incapaces, irresponsables e incompetentes, sin haber contado nunca con uno que haya sido verdaderamente reformista.
Tres décadas y media de cobardía y populismo por parte del espectro político han abonado el terreno para la crisis democrática
La política francesa consiste, desde hace mucho tiempo, en un enfrentamiento entre dos tipos de euroescépticos: por un lado, los ontológicos, como Le Pen, que, por lo menos, tiene el mérito de hacer lo que dicen; por otro, los euroescépticos encubiertos, que fingen defender los ideales europeos pero que, en el fondo, se sienten incómodos ante la idea de perder buena parte de su poder y su prestigio con una Unión Europea más fuerte.
Tres décadas y media de cobardía y populismo por parte de representantes de todo el espectro político han abonado el terreno para la crisis democrática que sufre Francia en la actualidad y el ascenso de Marine le Pen. Si bien François Hollande proclamó que “las finanzas son el enemigo” cuando era candidato socialista a la presidencia, en 2012, fue nada menos que el conservador Jacques Chirac el que unos años antes, cuando era él presidente, dijo que el liberalismo económico, “una perversión del pensamiento humano”, sería “tan malo como el comunismo”.
El Gobierno francés actual, incluso aunque decidiera poner en marcha, por fin, el ‘big bang’ de reformas que tanto necesita el país, no va a poder salvar a la izquierda. El expresidente Sarkozy parece convencido de que va a volver a ganar las elecciones presidenciales en 2017. Ahora bien, si no logra convencer a los franceses de que en un segundo mandato será capaz de llevar a cabo las reformas que -pese a toda su palabrería- no introdujo en el primero, es muy posible que la dirigente del Frente Nacional acabe siendo la próxima presidenta de Francia.
Una bronca como la de Marine y su padre Jean-Marie nos ‘transporta’ al Rey Lear de Willliam Shakespeare, el escritor pertenece a la eternidad
Cuando uno lee lo que está ocurriendo en el seno de la familia de los Lepen en Francia, con ‘parricidio’ político como ingrediente fundamental, no puede ‘transportarse’ a William Shakespeare y a sus tragedias de las clases dominantes de antaño, entre ellas las del rey Lear, que son tan actuales como la bronca entre Marine y su padre Jean-Marie… William Shakespeare fue un dramaturgo, poeta y actor inglés. Conocido en ocasiones como el Bardo de Avon (o simplemente El Bardo), Shakespeare es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal.
Según la Enciclopedia Británica, “Shakespeare es generalmente reconocido como el más grande escritor de todos los tiempos, figura única en la historia de la literatura. La fama de otros poetas, tales como Homero y Dante Alighieri, o de novelistas como Miguel de Cervantes, León Tolstoy o Charles Dickens, ha trascendido las barreras nacionales, pero ninguno de ellos ha llegado a alcanzar la reputación de Shakespeare, cuyas obras hoy se leen y representan con mayor frecuencia y en más países que nunca…
Jorge Luis Borges escribió sobre él: “Shakespeare es el menos inglés de los poetas de Inglaterra, es casi un extranjero. Inglaterra es la patria del ‘understatement’, de la reticencia bien educada; la hipérbole, el exceso y el esplendor son típicos de Shakespeare”. En el siglo XX, sus obras fueron adaptadas y redescubiertas en multitud de ocasiones por todo tipo de movimientos artísticos, intelectuales y de arte dramático. Las comedias y tragedias ‘shakespearianas’ han sido traducidas a las principales lenguas, y constantemente son objeto de estudios y se representan en diversos contextos culturales y políticos de todo el mundo. Por otra parte, muchas de las citas y aforismos que salpican sus obras han pasado a formar parte del uso cotidiano, tanto en inglés como en otros idiomas. Shakespeare no pertenece a una sola época sino a la eternidad…
Los Lepen son inevitablemente desdichados a causa de sus propios errores, tragedia ‘shakespeariana’ con un final necesariamente infeliz
El Rey Lear, ya muy viejo, decide dejar la dirección de su reino a sus tres hijas, con el fin de poder vivir tranquilo sus últimos días; para ello las somete a prueba. Sin embargo, pronto se sentirá amenazado por ellas al verse absolutamente abandonado. Sólo algunos fieles al rey intentarán devolver el reino a su antiguo propietario. Al igual que muchas tragedias occidentales, la de Shakespeare suele describir a un protagonista que cae desde el páramo de la gracia y termina muriendo, junto a una ajustada proporción del resto del cuerpo protagónico. Se ha sugerido que el giro que el dramaturgo hace del género, es el polo opuesto al de la comedia; ejemplifica el sentido de que los seres humanos son inevitablemente desdichados a causa de sus propios errores o, incluso, el ejercicio irónicamente trágico de sus virtudes, o a través de la naturaleza del destino, o de la condición del hombre para sufrir, caer, y morir…” En otras palabras, es una representación con un final necesariamente infeliz.
Shakespeare compuso tragedias desde el mismo inicio de su trayectoria: una de las más tempranas fue la tragedia romana de ‘Tito Andrónico’, siguiendo unos años después ‘Romeo y Julieta’. Sin embargo, las más aclamadas fueron escritas en un período de siete años entre 1601 y 1608: ‘Hamlet’, ‘Otelo’, ‘El Rey Lear’, ‘Macbeth’ (las cuatro principales), y ‘Antonio y Cleopatra’, junto a las menos conocidas ‘Timón de Atenas’ y ‘Troilo y Crésida’. Muchos han destacado en estas obras al concepto aristotélico de la tragedia: que el protagonista debe ser un personaje admirable pero imperfecto, con un público capacitado para comprender y simpatizar con él. Ciertamente, cada uno de los personajes trágicos de Shakespeare es capaz de ejercer el bien y el mal. La representación siempre insiste en el concepto del libre albedrío; el (anti) héroe puede degradarse o retroceder y redimirse por sus actos. El autor, en cambio, los termina conduciendo a su inevitable perdición.
Lear es el viejo rey de Bretaña que, debido a su vejez, decide repartir su reino entre sus hijas Gonerila, Regania, y Cordelia. Lo divide en partes de acuerdo con el amor que ellas le profesan. Goneril y Regan dicen de su amor al padre lo que éste quiere oír, no lo que ellas sienten y cada una se lleva una parte del reino. Cordelia, la menor y aún soltera, aunque pretendida tanto por el duque de Borgoña como por el Rey de Francia, es parca en palabras pero llena de sentimientos nobles. El Rey Lear al creer que su discurso es pobre la repudia y deshereda, reparte su trozo de reino entre las otras dos hermanas y decide entregarla a cualquiera de los dos pretendientes que la quisiera, eso sí, sin dote. El duque de Borgoña abandona la empresa pero el Rey de Francia, aunque no gane más que a Cordelia, la toma por esposa. A su vez, el conde de Kent, que ha presenciado la escena, intercede por Cordelia a la que cree llena de sentimientos e injustamente tratada por su padre el rey. Esta acción le cuesta el destierro a Kent.
Lear se reserva para sí el título de Rey y alterna su estancia entre las casas de sus dos hijas, siendo maltratado por ambas
Goneril es la primera en hospedar a su padre. Decide quitarlo de en medio ordenando a su servicio que no lo atiendan bien, despidiendo a 50 hombres del propio rey y tratándolo a su padre como a un viejo desmemoriado. El marido de Goneril, el duque de Albany, no aprueba la actitud de su mujer pero es un hombre sin carácter. El Rey Lear abandona, maltratado, a Goneril y va en busca de su segunda hija, Regan y su esposo el duque de Cornwall que se encuentran alojados en el castillo del conde de Gloster. Allí el rey es igualmente maltratado por su hija Regan y el esposo de ésta, siendo obligado a vagar sin techo durante una tormenta mientras va creciendo en él la locura por haber perdido el amor de sus tres hijas. Finalmente consigue alojarse en una choza con su bufón, el duque de Kent, el cual tras su anterior destierro se había disfrazado de servidor del rey sin que fuese reconocido por nadie. Junto a ellos dormía también un vagabundo llamado Tom, quien es en realidad Edgar, hijo legítimo del Conde de Gloster a quien su hermano natural, Edmond, con la intención de poder heredar las posesiones de su padre, ha tendido una trampa y mandado matar. Por esta razón, Edgar se esconde de Edmond.
Al conde de Gloster por su parte, no le gustó que sus huéspedes y señores, Cornwall y Regan echaran al rey de su casa, por lo que confiesa a su hijo Edmond (al que cree ya su único hijo tras la supuesta traición de Edgar) que va a ayudar al Rey Lear y que el Rey de Francia ha entrado en tierras del reino con la intención de socorrer también al despojado Lear.
Cuando Gloster parte en busca del Rey Lear para pedirle que se reúna en Dover con el Rey de Francia, su bastardo Edmond confiesa todo a Cornwall y a su esposa Regan para poder él tomar todas las posesiones de su padre. A la vuelta, Gloster es sometido a interrogatorio por Cornwall y Regan y le arrancan un ojo. Acto seguido un caballero trata de defender a Gloster pero tras herir a Cornwall cae ante Regan y muere. Finalmente Gloster sin ojos es abandonado a su suerte, pero ya sabe de la traición de su bastardo Edmond y que Edgar nunca le traicionó, que fue todo un engaño de Edmond.
Se ahonda en la condición humana y en las relaciones antinaturales que pueden darse tanto entre padres e hijos, como entre hermanos
Al mismo tiempo, se fue extendiendo el rumor de que los duques de Albany y Cornwall no se soportaban y que estaban próximos a la guerra. Pero la muerte de Cornwall tras la herida producida por el sirviente que intentó salvar a Gloster de la mutilación de sus ojos deja viuda a Regan, que intentará ganarse para sí al nuevo Conde de Gloster, Edmond. Ya en Dover, Gloster, Kent y Edgar se encuentran con Cordelia e intentar curar al rey. En ese momento Edgar mata a Oswaldo (criado de Goneril) que iba tras Gloster para darle cumplida muerte, bajo órdenes de Regan, y evitar así que la triste imagen de Gloster ayudara a poner al pueblo al lado de su causa. A su muerte descubren que Oswaldo traía una carta de Goneril a Edmond donde le insta a matar a su marido el Duque de Albany y a hacer de ella su esposa. Ante esta situación, Edmond, que desconoce la carta pero sabe de los sentimientos de Goneril y Regan, decide jugar a dos bandas con las hijas mayores de Lear.
Finalmente se produce la batalla, por un lado Cordelia y Lear con el ejército francés y por otro Edmond y Albany (éste último cree en Lear y Cordelia, pero cree también que debe expulsar al ejército invasor). Lear y Cordelia caen prisioneros de Edmond quien ordena a un soldado que los lleve a prisión y allí los mate. Pero Albany, que poco antes había recibido de Edgar (aún disfrazado) la carta que extrajo de Oswaldo, donde Goneril instaba a Edmond a matarlo, acusa a éstos de traición y deshonor. Llama a todo aquel que pruebe su acusación y entra Edgar disfrazado para batirse con Edmond, que es vencido. Tras la revelación de la identidad de Edgar, decide confesar todo lo que sabía y Edgar también cuenta toda su desventura (la traición sufrida, el repudio de su padre…) y cómo su padre, el Conde de Gloster había muerto con la sonrisa en la boca cuando se le partió el corazón al saber que aquel que le había estado ayudando (tras la mutilación de sus ojos) en sus últimas desgracias era su hijo Edgar.
Mientras esta situación se desarrollaba entró un soldado alertando a Albany de que su mujer Goneril había envenenado a su propia hermana (Regan) y que luego se había dado muerte ella misma con un puñal que clavó en su corazón. Tales tragedias ablandan más el corazón del moribundo Edmond que revoca la orden de asesinar a Lear y a Cordelia. Pero llegan tarde pues Cordelia ha sido ahorcada aunque el verdugo fue ajusticiado por Lear. Poco después, el mismo soldado que se había llevado a Edmond comunicó que éste falleció finalmente por las heridas recibidas durante su duelo con Edgar. Finalmente Lear lleva el cadáver de Cordelia ante todos y se lamenta de todas sus penas y ante todos, muere. Ante tragedia de tales magnitudes, Albany decreta luto y cede el reino a Kent y Edgar.
En las tragedias de Shakespeare el mal no es únicamente externo, producto de la casualidad o el destino
Es interesante destacar un importante paralelismo que realiza el autor a finales del libro. A medida que el desenlace de la obra se acerca, fuera se desata una gran tormenta. Y a medida que Lear va enloqueciendo y hace comentarios incoherentes, Shakespeare indica que se ha producido algún fenómeno como un rayo o un árbol que es arrancado de cuajo por el viento. En esta obra, Shakespeare ahonda en la condición humana y en las relaciones antinaturales que pueden darse en la familia tanto entre padres e hijos, como entre hermanos.
La concepción isabelina del universo, contemporánea de Shakespeare, era la de un orden cósmico cuya clave era la armonía, que residía en el respeto por la jerarquía y la subordinación natural del inferior al superior. El orden y la armonía debían darse en tres esferas interrelacionadas entre sí: el universo (macrocosmos), el estado político, y el hombre (microcosmos). Lo que sucedía en una de ellas tenía su paralelo, correspondencia y repercusión en las otras. El asesinato de un rey, la usurpación del trono, o una revolución, llevaba a un caos que encontraba su paralelo en un desorden atmosférico, como por ejemplo una tormenta o un eclipse, y también en el hombre, que caía víctima del insomnio o la locura.
En ‘El Rey Lear’, esta interrelación esta explicitada en el parlamento de Gloucester sobre las consecuencias de los eclipses y su repercusión en el reino, la familia y el individuo. En consonancia con la cosmovisión citada, el desorden familiar se corresponde con el del estado, la ingratitud filial se corresponde con la inestabilidad política, y el caos de los elementos en la tormenta halla eco en la locura de Lear. Coincidentemente con esta visión, en ‘Macbeth’ la alteración que se produce en Lady Macbeth es el sonambulismo.
En las tragedias de Shakespeare el mal no es únicamente externo, producto de la casualidad o el destino. El héroe trágico es destruido porque hay algo en él que contribuye a su propia destrucción. En el caso de Lear, la tragedia se desencadena cuando él desmiembra su reino, se equivoca con respecto a sus hijas, cae presa de la furia y destierra a Kent, que es su súbdito más fiel.
El bien y el mal son territorios claramente delimitados. Los personajes se distribuyen en dos grupos básicos: Lear, Cordelia, Edgardo y Gloucester están del lado del bien; Goneril, Regan, Edmund y Cornwall están del lado del mal. Sin embargo, no es posible simplificar a los personajes, ya que se trata de personas complejas, empezando por Lear que emerge como un nuevo ser positivo después de un proceso de purificación que lo hace renacer. Edmundo, por su parte, no es un personaje maligno, sino amoral, y tiene cualidades que lo redimen como su capacidad para reconocer errores, cambiar de opinión, y querer salvar a Cordelia. De forma análoga cambian y crecen a lo largo de la obra Gloucester y Albany.
La historia central de Lear y sus hijas tiene su correspondencia en la de Gloucester y sus hijos. Ambos patriarcas contribuyen al caos en la familia y el estado; posteriormente Lear se sume en la locura y Gloucester en la ceguera, pero en ambos casos la oscuridad da paso a la iluminación espiritual. Al desnudarse en el páramo, Lear se desprende de lo accesorio y superfluo, y llega a un estado puro, a la esencia humana desnuda, incontaminada por la civilización.
La ultraderecha de Francia no impide el ‘parricidio político’, la semilla de la división del Frente Nacional enferma a los Le Pen, Marine cesa a Jean-Marie, ‘el rey Lear’, el mariscal pro nazi Pétain, ‘preocupado’.