#EnCorto: ¿PUEDE EL HIJO DEL GOBERNADOR IR AL MUNDIAL?
La pregunta del día: ¿Qué tiene de malo o extraordinario que Carlos Joaquín Rejón, hijo del gobernador de Quintana Roo, haya sido “descubierto” en el partido de la Selección Mexicana contra Alemania, ayer en Moscú?
Que sepamos, él no fue electo junto con su padre para ningún cargo público o de responsabilidad gubernamental, por lo tanto no tiene que rendirle cuentas a nadie de cuándo y a dónde viajar cuando quiera hacerlo. Mucho menos esconderse para disfrutar, como miles de mexicanos más lo están haciendo, de una fiesta mundial deportiva.
Las fotografías difundidas ayer de Joaquín Rejón en el estadio Luzhniki celebrando el triunfo de México ante los teutones escandalizaron a más de uno y las críticas -que ese era el objetivo- no se hicieron esperar. Sin embargo, hay que entender dos o tres de cosas antes de hacer olas donde no las hay:
1.- El primogénito del gobernador es totalmente ajeno al trabajo y funciones de su padre, no tiene ningún cargo en el Gobierno y, por lo tanto, no cobra un sueldo ahí ni tampoco tiene limitaciones administrativas que le impidan moverse fuera del estado o del país cuando así lo decida.
2.- Trabaja en la iniciativa privada como gerente de una importante firma refresquera a nivel peninsular y es, además, miembro del Consejo de Administración de un poderoso grupo cervecero. O sea, gana su propio dinero y en qué y cómo lo gaste, es asunto exclusivo de él.
Por si fuera poco, hay que recordar también que la familia Joaquín es poseedora de una de las fortunas más respetables en el Sureste mexicano y la del gobernador no es la excepción.
Tienen negocios y dinero desde mucho antes de haber llegado Carlos Joaquín González a Casa de Gobierno y suponer que el viaje a Moscú de su hijo se pagó del presupuesto, resulta en verdad ocioso. No tienen ninguna necesidad de hacerlo.
Mejor hay que seguir celebrando el triunfo de México ante los campeones del mundo, en vez de estar perdiendo el tiempo criticando por envidia -o maledicencia tal vez- la posibilidad de un mexicano, entre decenas de miles que igual lo hicieron, de haber podido viajar con el resultado de su trabajo al Mundial 2018 y no se conformaron con verlo desde la sala de su casa.