EN ÓRBITA Por Marcelo Salinas
@msalinas21
El candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, está de visita en Playa del Carmen, donde realizará esta tarde un mitin con los abanderados, principalmente de ese partido, mas no de la coalición completa que supuestamente encabeza, por aquello de las diferencias irreconciliables entre personajes de los tres partidos asociados.
La verdad es que todavía es un misterio si tal alianza opera de facto: en algunos documentos figura una ruptura; el mismo árbitro electoral (cuestionado durante los últimos días) permitió la participación de Niurka Sáliva (PES) en Benito Juárez, y los encontronazos mediáticos entre los distintos referentes, ha subido de tono. Es, pues, una incógnita en los hechos. Pareciera irreversible.
Como sea, AMLO encuentra, de entrada, dicho acuerdo fracturado. El Partido Encuentro Social, en manos de Greg Sánchez, y el Partido del Trabajo, en poder de Hernán Villatoro desde siempre, no han respondido como quisiera el aparente puntero en las encuestas nacionales, para consolidar esa ventaja en un contexto que le sería aún más favorable por los tambaleos de los otros presidenciables.
Porque hay que ser claros: aun cuando la entidad representa solamente el 2 por ciento del padrón nacional, es el destino turístico líder en Latinoamérica, su posición geopolítica es estratégica para la seguridad nacional, y es, sin duda, una ventana abierta hacia el resto del mundo por sus atractivas vocaciones, por lo que no pueden escatimar esfuerzos. Tampoco menospreciar.
Entonces, las discrepancias son el peor hándicap para quien necesita sumar en un ambiente tenso y confuso allende las fronteras. Además de ello, algunos candidatos no han tenido experiencia en los gobiernos, son prácticamente desconocidos o salieron de otros institutos por la puerta trasera, por lo que han sido severamente cuestionados por la opinión pública, con justa razón.
Sin embargo, tiene a una Mara Lezama en espera de esta coyuntura (y de la fecha oficial de arranque, el próximo día 14) para lanzarse por Cancún, cabecera del municipio con mayor interés por su peso político, económico y demográfico. En Quintana Roo es la mayor fortaleza de López Obrador, y seguramente lo sabe.
Ella, y el doctor José Luis Pech Varguez, candidato al Senado, son el soporte ideológico y moral del tabasqueño en esta tierra. Los demás apostarán al omnipresente “efecto AMLO” para cantar victoria. A ver si les resulta.