>A casi diez meses de gobierno, las expectativas creadas por los nuevos gobiernos en Quintana Roo, estatal y municipales, no son tan halagadoras, si bien es cierto que hay aciertos, la deuda con los gobernados es mayor.
Se empieza a gestar la inconformidad en todos los sectores de la sociedad, son pocos los comentarios positivos, contra la ola de reproches que se escuchan a diario en la región, la colonia, el fraccionamiento y la comunidad.
¿Qué espera el ciudadano? Resultados. Ya no hay tiempo para interponer exclusas, tampoco para la simulación, ni para escuchar más promesas y decir que no se puede por falta de recursos. Hay pendientes de índole moral, como el estado en el que se encuentran los hospitales y centros de salud de la entidad, los salones de clases y pupitres donde se sientan los niños, adolescentes y jóvenes de nivel básico.
Los habitantes de la comunidad, la región, la colonia o el fraccionamiento quieren ver sus calles arregladas, sin baches, con guarniciones y banquetas; quieren caminar con seguridad en la noche porque las lámparas del alumbrado público funcionan. Aspiran a ya no ser extorsionados por la policía municipal o tránsito; a no exponerse a la insinuación de “pago de cuota” de los fiscales que vistan su negocio o establecimiento, no tener que dar “mordida” para que le agilicen su trámite; se quiere encontrar medicamento en el centro de salud y en algunos lugares hasta se conforman con tener un médico de tiempo completo.
Los campesinos ya no quieren ver tierras ociosas, pero para ello requieren el apoyo con semilla y mecanización de sus campos; que no se abuse de la tala inmoderada de mangle en aras del desarrollo, que no se contamine el manto freático porque eso hace que los ríos subterráneos de Quintana Roo también se contaminen; desean apoyo para alimentar su ganado, pues por la sequía no cuentan con el pastoreo necesario para sostener en pie a sus animales, pero también que se les ayude a combatir la rabia bovina, la muerte de las abejas por el uso de plaguicidas; que se reactiven los invernaderos comunitarios es un sueño que el comunero quiere se haga realidad.
Las diferentes organizaciones civiles, sindicales, religiosas y sociales, están a la espera de los resultados en materia de seguridad, que se proteja a la familia, salud, educación, prevención del delito, maltrato animal, vivienda, cuidado del medio ambiente, servicios públicos municipales; además de apoyar en los sueldos, las horas que hay que trabajar, las condiciones en las que se encuentran los lugares de trabajo, crear centros de aprendizaje de los trabajadores. Hay esperanza que se apoye el deporte y se combata el uso de drogas ilícitas.
Hay mucho trabajo que hacer, los gobernantes deben facilitar y promover nuestra calidad de vida: como acceso a la cultura, o sea, bibliotecas, museos, cine, música, teatro, y todas las artes, en general. También mejorar las condiciones para la investigación científica y conservar y proteger el medio ambiente. Algo que no debe dejar pasar el que gobierna es ayudar especialmente a los ciudadanos vulnerables por sus desventajas físicas o mentales y a los ancianos: por ejemplo, los jubilados que estén bien atendidos, oportunidad laboral para las personas con capacidades diferentes, protección a los niños y las niñas; crear espacio específico para las personas de la tercera edad.
Ya vienen los informes de gobierno, habría que ver qué nos dirán nuestros gobernantes, en qué invierten el tiempo, el dinero y los recursos de la Hacienda pública. Al tiempo…
SASCAB
Una cosa es aspirar a la reelección de presidencias municipales y otra cosa es poder hacerlo. Las y los 11 alcaldes aspiran, pero hasta el momento solo tres podrían lograrlo, dígase la de Solidaridad, Cristina Torres Gómez; la de Puerto Morelos, Laura Fernández Piña; y Remberto Estrada Barba, de Benito Juárez.