Quintana Roo ha tenido un año extraordinario:
Se puso en operación la terminal 4 del aeropuerto de Cancún, que lo coloca como el más grande del país mientras no se concluya la nueva terminal de la ciudad de México.
En el aeródromo cancunense trabaja el equivalente a toda la población de Puerto Morelos, unas 16,000 personas.
También entraron en operación nuevos hoteles en los que trabaja una población que llega a superar la de municipios enteros de Yucatán.
Centros comerciales como el de Puerto Cancún vinieron también a coronar los esfuerzos que sociedad y gobierno realizan todos los días para moldear el desarrollo de la principal región turística de América Latina, que si bien tiene muchos males, son más los aspectos positivos que potenciados y con un poco de ganas pueden resolver lo que está mal.
El crecimiento exponencial de la demanda que tiene el Caribe Mexicano como destino turístico, que se refleja en el aumento de la capacidad del aeropuerto; la planta hotelera y los mega centros comerciales son muestras monumentales del esfuerzo diario por mantener a esta región en los primeros planos.
Por ello no es casual que Quintana Roo tenga un crecimiento sostenido en la generación de empleos permanentes, como lo presumió recientemente el gobernador Carlos Joaquín González en un evento en Los Pinos.
Y es que los datos están para presumirse.
Por encima de los cinco gigantes que suelen liderar la generación de empleos en el país –Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco, Estado de México y Guanajuato-, durante el 2017 que casi fenece Quintana Roo se posicionó en el primer lugar por generación de empleos.
El crecimiento en el número de empleos que se ofertan en Quintana Roo, principalmente en la zona norte, ha sido sostenido este año, con un 10.5% más que el año pasado, más de dos veces que la media nacional.
Es decir, que Quintana Roo es ejemplo de que la economía mexicana puede crecer a más del 6%, un objetivo necesario pero que ningún gobierno ha podido alcanzar en los últimos 30 años.
Hasta el segundo trimestre del año Quintana Roo ya había registrado 32 mil 426 empleos formales contra los 26 mil 990 registrados en 2016. Ahora, según las cifras del tercer trimestre de 2017 que dio a conocer el IMSS, son 41 mil 194 los empleos formales generados acumulados, lo que representan nueve mil 036 más que en el mismo periodo del año anterior.
“Vamos avanzando por la dirección correcta, corrigiendo el rumbo de Quintana Roo, para que tenga empleo”, dijo el gobernador Joaquín González.
Aunque a mediano plazo, el dinamismo económico de la zona norte del estado se expandirá al sur de la entidad con acciones promovidas por el gobierno del estado, como el parque logístico de Chetumal que puede terminar con la hilera de fracasos que se ha tenido en la capital y sus alrededores en períodos anteriores.
Platea
Por fin, el gobierno de Carlos Joaquín González encontró la cuadratura al círculo en el tema de la protección a defensores de los derechos humanos y periodistas.
El delicado, polémico tema fue encargado al subsecretario de Gobierno Joaquín González Castro, quien en coordinación con el titular de Comunicación Social, Felipe Ornelas, organizó un foro en la Universidad del Caribe para dar a conocer el mecanismo de protección federal que se decidió adoptar.
Al final, el Gobierno decidió por lo más sano ante la polémica desatada por una ley que sobre la materia se heredó y que no fue aceptada por un grupo, porque se aprobó en el gobierno de Roberto Borge Angulo.
En la XV Legislatura se decidió hacer “otra” ley, pero tampoco fue aceptada por el mismo grupo porque contenía mucho de lo que consideraba la aprobada durante el ocaso del borgismo… y claro que tenía que ser así, porque ambas están basadas son prácticamente una copia de la legislación sobre la materia.
Ante ello, lo mejor era que la unidad de protección de defensores de los derechos humanos y periodistas de Quintana Roo trabajara de la mano con su par nacional y con el mecanismo establecido a nivel federal.
De hecho, hay datos que indican que la federación está contenta con esa coordinación, pues hasta ahora ha habido buenos resultados.
A la fecha son 17 las personas, la mayoría periodistas, que se han acogido a ese mecanismo que les da protección las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Lo que sigue será definir por cuánto tiempo será esa protección y transparentar las condiciones en las que se puede acoger al sistema, con el fin de evitar abusos, pues no hay que descartar que algún abusado invente que es objeto de alguna agresión por su activismo o actividad periodística solo por tener guardaespaldas gratis.
Eso no se debe permitir.