CORRE LA VOZ
Por: Jorge Castro Noriega
REMBERTO Y LAS EX VOCERAS PRIISTAS
- Una planeada estrategia, detrás de la contratación de Carrillo y Puerto
- No le quita la solicitud de extradición el sueño a Beto Borge
- Fiscal agotado y enfermo, cuando apenas se equilibraba la balanza
DOS EXPERIMENTADAS CARTAS en materia de comunicación social y manejo de medios integró este jueves a su gabinete el alcalde verde ecologista de Cancún, Remberto Estrada Barba, destapando con sus nombramientos una olla de serpientes con cabezas de polémica y rumorología. La primera, la que fuera vocera del ex gobernador Félix González Canto (2005-2011), Indhira Carrillo, quien fue asignada como nueva encargada de la difusión de la información oficial del Ayuntamiento, con la encomienda de restablecer canales de comunicación deteriorados con algunos medios y darle nuevos aires a la imagen de Remberto que, para ser sinceros, se fue a la baja con el tema de la inseguridad. La segunda adquisición del joven alcalde fue otra ex vocera gubernamental, Niza Puerto, quien sirvió a Mario Villanueva Madrid (1993-1999) como enlace de su gobierno con los medios de comunicación locales y nacionales, con los que tejió y mantiene desde entonces una más que sólida relación. Niza fue designada directora de la emisora oficial, Radio Ayuntamiento, con la tarea de levantarla en contenido y darle mayor utilidad social.
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EXISTEN RAZONES PARA suponer que los dos ex gobernadores priistas movieron los hilos de la influencia política en el centro del país para colocar a sus respectivas ex voceras en la estructura municipal de Benito Juárez con miras a fortalecer a Remberto Estrada rumbo al 2018, que es año de elecciones y de reelecciones, pero sería interesante también observar que detrás de esos nombramientos se perfila una hábil estrategia política entre el alcalde cancunense y el verdadero mandamás de la franquicia del PVEM en México, “El Niño Verde” Jorge Emilio González, senador por Quintana Roo y tozudo aspirante a gobernarlo. Y es que mientras a nivel nacional los líderes del partido del tucán han pintado su raya con su aliado desde hace once años, el PRI, amagando con terminar el romance que tan buenos dividendos les ha dejado para irse solos en el proceso del 2018, en Quintana Roo, al parecer, los verdes tienen otros planes. Y la contratación de las ex voceras priistas es indicio de que no contemplan un divorcio a corto ni a mediano plazo.
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RECIENTEMENTE, EL COORDINADOR del PVEM en el Senado, Carlos Puente Salas, hizo pública la intención de desmarcarse del partido tricolor asegurando que ya pueden competir solos en el proceso electoral del año entrante pues, dijo triunfal, cuentan con “las condiciones para contender sin alianzas”. Si bien negó que haya ruptura con su aliado desde el 2006, el también vocero del Verde aseguró que “sería una traición y un engaño decir que hicimos una alianza para siempre” y advirtió tajante que “si no hay coincidencias” con el PRI, se irán por la libre o bien “podrían abrirse al diálogo” con otras fuerzas políticas. Claro que el optimismo fanfarrón de Puente Salas no coincide en lo absoluto con los resultados de las pasadas elecciones en el Estado de México, el ejemplo más reciente de la participación del PVEM como ente autónomo, donde este partido que presume poder nadar sin flotadores en la elección presidencial del 2018 logró, de un total de 5.7 millones de votos, apenas 72 mil boletas cruzadas; esto es, un paupérrimo 1.25% de la votación. Pero pueden solos… dicen ellos.
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OTRO EJEMPLO DE lo mal que andan las relaciones entre verdes y tricolores es en Chiapas, donde el pleito casado entre el gobernador Manuel Velasco Coello y el dirigente estatal del PRI, Roberto Albores Gleason, ya no se disimula. Y es que mientras el “Güero” Velasco, quien en alianza con el PRI ganó la gubernatura en el 2012 con 1 millón 114 mil 187 votos (49.93% del padrón electoral) se aferra a imponer como candidato a sucederlo al alcalde de Tuxtla Gutiérrez, Fernando Castellanos Cal y Mayor, aupado desde Los Pinos y por la dirigencia nacional priista Albores Gleason pelea con garras y colmillos la nominación para sí, pues al parecer creen que ya es hora de recuperar el poder que le prestaron cinco años atrás al verde Velasco. Pesa en contra –y mucho– del líder tricolor chiapaneco ser hijo del ex gobernador interino Roberto Albores Guillén, procesado por corrupción y expulsado del PRI en 2006, así como ser “ahijado” político de otro renombrado ex mandatario pillo, Juan Sabines, quien dejó una deuda en Chiapas de 40 mil millones de pesos. Con todo, Sabines, amigo cercano del presidente Peña Nieto, fue “premiado” por éste con un consulado en Orlando, Florida, casa de otro famoso “ratón”… el de Disney.
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CON ESTOS ANTECEDENTES que estiran al máximo la liga de la alianza entre PRI y PVEM en otras partes del país, no resulta aventurado suponer que la designación ayer de Indhira Carrillo y Niza Puerto en el gabinete de Remberto Estrada pudiera llevar oculta la estrategia de conservar en Quintana Roo esa mancuerna y echarla a andar en el proceso electoral que se avecina, para poderle hacer frente al trabuco del PAN-PRD que hoy gobierna la entidad. Remberto y “El Niño Verde” no esconden sus aspiraciones de continuidad política y parecen estar conscientes de que unidos es como podrán lograrlo. Y como dato histórico, cabe recordar que Indhira Carrillo, además de vocera, fue también antes operadora política de Félix González en su campaña a diputado federal por el Distrito I en el 2003, quien recuperó este bastión priista que les había sido arrebatado por el PAN y el “Chacho” García Zalvidea, al ganar éste en el 2000 la Alcaldía de Benito Juárez. González Canto, quien era entonces un desconocido en este Distrito, se impuso con 43,676 votos al cuñado del “Chacho”, el panista Rogelio Márquez, quien sumó 27,138 sufragios.
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CON BASE A cuatro órdenes de aprehensión: una por delitos federales y tres por ilícitos del fuero común, la Procuraduría General de la República dio inicio ayer al proceso de extradición del ex gobernador quintanarroense Roberto Borge Angulo, preso en Panamá desde junio pasado, luego de ser capturado por la Interpol cuando se disponía a poner un océano de por medio entre París –su fallido destino– y la justicia mexicana que lo buscaba por los excesos cometidos durante su mandato en el caribeño estado. Si bien la noticia fue recibida con júbilo por las autoridades federales y estatales que lo reclaman por lavado de dinero (PGR) y por peculado, aprovechamiento ilícito y ejercicio indebido de la función pública (Fiscalía General de Quintana Roo), la solicitud de México al Gobierno panameño no parece quitarle el sueño al ex mandatario ni a su defensa.
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Y ES QUE, según los que saben de leyes, el proceso de extradición va para largo y pudiera ser que en lo que resta del 2017 no veamos a Beto Borge pisar de nuevo tierras aztecas, pues el trámite es bastante enredado y engorroso. Además, cuentan esos mismos que saben, ninguno de los delitos que le imputan la PGR y la Fiscalía prevén la prisión preventiva por oficio al ex gobernador, por lo que éste, ayudado por los hábiles –y muy, pero muy costosos– abogados que suelen contratar los políticos corruptos y que aventajan con mucho a los fiscales, podría lograr que le concedan llevar su proceso en libertad. Pero como por algo hay que empezar, la PGR ya puso manos a la obra pidiendo que nos devuelvan a Borge y desde ayer quedó en espera de que el Tribunal Superior de Apelaciones de Panamá fije una fecha de audiencia para continuar con el procedimiento legal de la causa. Porque la esperanza, dicen por ahí, es lo último que muere.
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CUANDO APENAS SE empezaba a equilibrar la balanza en el tema de la inseguridad que ha azotado a Quintana Roo, al fiscal general del estado, Miguel Ángel Pech, le dio el tramafat en plena Conferencia Nacional de Procuradores, ayer en Morelia. El funcionario, que se quedó con las ganas de exponer antes sus colegas del resto del país los avances que en materia de combate al crimen organizado se han logrado en el estado las últimas semanas, sufrió un soponcio por problemas cardiorespiratorios que ha venido padeciendo y fue internado de urgencia en un hospital privado de la capital michoacana. Buen abogado y bastante probo en sus funciones, Pech Cen al parecer está sufriendo las consecuencias del intenso estrés a que ha estado sometido por su trabajo como fiscal. En un comunicado, la Fiscalía General del Estado lo reportó ayer mismo fuera de peligro y aseguró que se reincorporaría hoy a la reunión de procuradores. Corren, sin embargo, las apuestas de que este puede ser un buen argumento para que deje el cargo y atienda mejor su salud.
