Redacción MacroNews.– Rodeado por las montañas de Utah, Robert Redford falleció a los 89 años mientras dormía, dejando un legado cinematográfico y una considerable fortuna que, según Celebrity Net Worth, ascendía a 200 millones de dólares.
Aunque nunca fue de los actores mejor pagados de Hollywood, Redford supo invertir inteligentemente. Su primer papel en El que mató por placer (1962) le pagó 500 dólares, y su sueldo más alto llegó con La última fortaleza (2011), por 11 millones de dólares.
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Inversiones en Utah: Sundance y más
Redford compró terrenos en Utah, principalmente en el área de Sundance, donde creó el Sundance Mountain Resort, una estación de esquí que llegó a ser altamente rentable. En 2020 vendió el complejo a Broadreach Capital Partners y Cedar Capital Partners, estimándose que la operación podría haberle dejado alrededor de 300 millones de dólares, sin afectar su participación en el Instituto Sundance, el Festival de Cine de Sundance, Sundance TV o el Redford Center.
El Festival de Sundance sigue siendo un referente del cine independiente, generando, según datos de 2020, 167 millones de dólares en beneficios totales. En 2027, el certamen se trasladará al estado de Colorado.
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Propiedades en California y Nuevo México
Redford también poseía viviendas en California, algunas puestas a la venta en los últimos años: una casa en el valle de Napa por 7,5 millones de dólares (2018) y otra en Tiburón por 4,1 millones (2024). Él y su segunda esposa, Sibylle Szaggars, vivían gran parte del año en su rancho en Santa Fe, Nuevo México, donde Szaggars tenía su galería.
Herencia y legado familiar
Se espera que la herencia de Redford pase principalmente a sus hijas sobrevivientes, Shauna (64) y Amy (54), así como a sus siete nietos, incluidos los hijos de su fallecido hijo James (muerto en 2020). Su esposa Sibylle recibirá la mayor parte de las propiedades donde residían y un porcentaje del efectivo.
Redford deja un legado único, no solo como actor y director, sino también como empresario visionario, transformando sus inversiones en Utah en un símbolo cultural y económico duradero.