El martes 12 de junio, se llevará a cabo el tercer debate entre los candidatos a la presidencia de la República, con sede en Mérida, Yucatán, donde se espera que los diferentes aspirantes actúen a la altura de la circunstancia, con civilidad y el respeto hacia los votantes.
No estamos dispuestos a que se ofenda nuestra inteligencia con datos falsos, con calumnias y verdades mezcladas con mentiras, queremos oír las propuestas que tienen para sacar al país de la situación en la que se encuentra, problemas de seguridad, económicos, de reformas, de pobreza y de descomposición social.
Pero también no estamos dispuestos a que este proceso electoral se violente, de por sí, ya los partidos políticos cumplieron su misión de polarizar a la sociedad en pleitos estériles, ambiciones desmedidas y una guerra sucia en redes sociales que nadie detiene; a tal grado, que las garantías individuales de algunos se quedaron en el camino. Se dirimieron asuntos en los Tribunales electorales, ganó quien argumentó mejor sus dichos, no el que tenga la razón, ahora los votantes están desorientados.
Lo que no es benéfico para el proceso electoral, es que corra sangren, que se aprovechen los hechos violentos para dirimir cuestiones políticas, si por alguna razón hay cuentas qué saldar, que no sean de esta manera, hay diálogo, tolerancia y autoridades judiciales donde se puedan ventilar los asuntos particulares. Pero si es un ataque político, como lo dijo el presidente municipal de Isla Mujeres con licencia, Juan Carillo Soberanis, pues son las autoridades federales y estatales las que tienen que intervenir para garantizar la seguridad a todos los actores de este proceso electoral.
Si piensan intimidar al votante para que no salga a las urnas, la estrategia está equivocada, no es con violencia que se detendrá el avance de los que se perfilan como ganadores, no es con amenazas y mucho menos infundiendo temor a costa de la vida de otras personas como se debe “promover el voto”, urge a las instituciones y sociedad salvar este proceso electoral.
Cada quien debe hacer su parte, pero sí comprendo a los candidatos, candidatas y promotores del voto, cuando ya no quieren caminar tal o cual calle por la inseguridad que se vive en la colonia o región, no hay garantías de que salgan ilesos en si integridad física.
De por sí los partidos políticos se apasionan y dividen a la sociedad, ahora no queremos que “los malos” se presten para pulverizar el voto, con la finalidad de que ganen la estructuras partidarias, que solo representan el 25 por ciento del total de los enlistados en el padrón electoral.
SASCAB
Sospecho resultan los asaltos a nóminas de algunas empresas y organizaciones en la zona norte. Trae a mi memoria hechos similares en el gobierno de Tabasco, allá por 1999, en pleno proceso electoral donde los bancos de la ciudad de Villahermosa fueron el blanco; luego se supo que era una “colecta” para apoyar a un partido en las elecciones. Aquí no se salvó la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) y se llevaron 500 mil pesos. Ahí se las dejo