DESTRIPACUENTOS
Por Antonio Callejo
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+ Paul, Chanito, Mauricio, Abuxapqui y Raymundo King, con derecho pleno
+ Propuesta de Roberto Borge, respaldada en resultados de su gestión
En el PRI no existe un solo gobernador que no aspire a influir en la decisión de su partido a la hora de designar candidato a sucederle. Es una condición natural e histórica en este partido. Parte de su genética. Sin embargo, y aunque es cierto que en coyunturas específicas hay otros factores que participan en la decantación del beneficiario de esa responsabilidad, para el proceso que espera Quintana Roo, tomarán ese acuerdo únicamente el mandatario estatal y el presidente Enrique Peña Nieto.
La `disciplina´ partidista en el PRI tiene un peso fabuloso, en tanto que implica una serie de actitudes que se desprenden de un protocolo `no escrito´. Pero de todos conocido.
Por eso llamó tanto la atención el discurso pronunciado por el gobernador, Roberto Borge Angulo, en el marco del Tercer Informe de labores presentado este martes por el diputado federal, Raymundo King de la Rosa.
El concepto central resonó dentro y fuera del estado en estas tres frases:
“Nunca más bajo la sombra de nuestros vecinos de Yucatán. Quintana Roo tiene identidad propia, libre y soberana, Y ha sido gobernado bien por quintanarroenses y debe seguir siendo gobernado por quintanarroenses”.
A partir de ese pronunciamiento, hubo quienes se hicieron los `confundidos´. Y también quienes pretendieron confundir a los demás con interpretaciones sesgadas y aún más subjetivas. Pasaron por el tamiz de sus preferencias y sus animadversiones la lista de nombres de los aspirantes.
Lo que se puede decir con toda certeza es que el gobernador Roberto Borge va a concentrar toda su capacidad negociadora y de interlocución con el presidente, para enfilar al aspirante que le parezca mejor para el estado. Para la continuidad de obras y programas, y con la garantía de que el priísmo que lidera, con el que ganó rotundamente la elección intermedia y la federal, lo aceptará y se sumará sin resquemores para obtener el triunfo electoral.
En este momento y por esas razones, el gobernador cuenta con un escenario favorable para proponer y ser escuchado.
A estas alturas, incluso, probablemente ya lo hizo y consiguió su cometido. Con esa confianza lanzó su aserto, que mantiene entretenidos hasta ahora a exégetas y aprendices de encriptología.
El candidato del PRI a suceder a Roberto Borge, será quien seguramente ya decidió y acordó el propio Roberto Borge con Enrique Peña Nieto. Es quintanarroense y forma parte de este equipo priísta que ha venido gobernando en este periodo, uno de los más rentables para este partido en el plano electoral.
En tiempos de adversidad electoral, cuando la imagen del gobernante estatal en turno llega fracturada al final de su mandato, o bien, cuando el presidente había tenido un peso político específico, el PRI suele echar mano de un abanico más amplio de herramientas para designar candidato. Desde consultas a la base, convenciones de delegados o una candidatura de unidad determinada desde la cúpula nacional.
Pero no es el caso.
Bajo el mandato del gobernador actual, Quintana Roo ha escalado en todos los indicadores económicos. Es una de las entidades más exitosas en generación de empleos, en atracción de nuevas inversiones y es líder y ejemplo indiscutible en Latinoamérica como destino turístico.
Por si fuera poco, Borge Angulo llega con su mejor condición política. Con un PRI unido alrededor de lo que se autodenomina el `RBA Team´, y con el cual alcanzó esos resultados y ese posicionamiento. Los números en el rubro político-electoral durante su responsabilidad están entre los más sólidos del país.
Y no sobra decir que en este momento lo que menos necesita Enrique Peña Nieto es confrontar el parecer de sus aliados de calidad, sino por el contrario, ha dado muestra de que persiste en su actitud de sumarlos a su proyecto, el cual necesita apoyos incondicionales para continuar su marcha.
La lista ni se acorta ni se alarga
Aunque, como dijimos líneas arriba, es muy probable que el nombre de quien será candidato del PRI a la gubernatura ya esté consensuado en el respectivo ámbito, la delimitación que supuso el discurso del gobernador la noche de este martes no modificó a esa lista originalmente planteada.
Así, José Luis Toledo Medina, Eduardo Espinoza Abuxapqui y Raymundo King de la Rosa son quintanarroenses por nacimiento y entrega, de la misma manera que Mauricio Góngora, que llegó a los días de nacido a Cozumel para crecer allí con su familia. Su madre debió ir a Mérida para tener un parto viable, y desde su regreso ha dedicado su vida a trabajar en y para el estado.
Lo mismo el presidente municipal, Paúl Carrillo de Cáceres, cuyo padre llegó a trabajar a Cancún hace 44 años, en 1971, al lado de los constructores de este destino, en el gremio de `volqueteros´, para luego mudarse definitivamente en 1977 cuando Carrillo de Cáceres tenía apenas cinco años. El munícipe se forjó como cancunense y quintanarroense.
Ninguno de los cuatro se mudó fuera del estado para abdicar a su `quintanarroísmo´. Tampoco cambiaron deliberadamente su residencia para votar fuera del estado en ningún momento. Han mantenido sus vínculos con Quintana Roo ininterrumpidamente, y si estudiaron fuera, sólo fue para regresar a la entidad con más capacidades y competencias, las mismas que han puesto a disposición de la sociedad a la que pertenecen.
Otros que quisieran ser contados en la lista, celebran hasta sus cumpleaños y los de sus hijos allende las fronteras de la entidad. Realmente nunca fueron incluidos o excluidos. @Antoniocallejo