Después de tres sexenios, Chetumal tiene la oportunidad de volver a aportar un senador de la República. Y podría ser también del PRI.
El último senador de Quintana Roo emanado de Chetumal fue el priista Eduardo Ovando Martínez, en el año 2000, pues de ahí la capital quintanarroense no volvió a aportar -o no la dejaron- un representante más para San Lázaro.
De 18 años a la fecha, los quintanarroenses fueron representados por cozumeleños, cancunenses, yucatecos y hasta un “colado” de la Ciudad de México, sin que hasta la fecha sepamos cuál fue el beneficio de su gestión… si es que siquiera hizo alguna por el estado.
Arropado por la militancia “dura” del PRI, el aún dirigente tricolor, Raymundo King de la Rosa, fue electo ayer candidato a senador por la Convención Estatal de Delegados, abriendo así la oportunidad para que Chetumal pueda volver a ocupar un espacio en la Cámara de Senadores.
Entre 2000 y 2006, fueron senadores Addy Joaquín Coldwell, de Cozumel y los chetumaleños Eduardo Ovando Martínez y Wadi Amar Shabshab, pero éste último lo fue por primera minoría.
De 2006 a 2012 fueron al Senado el cozumeleño Pedro Joaquín Coldwell y los cancunenses Ludivina Menchaca Castellanos, ambos electos, y José Luis García Zalvidea, por minoría.
Finalmente, en esta última LXIII Legislatura entre 2012 y 2018, representaron a la entidad Félix González Canto, de Cozumel; el impuesto “Niño Verde” Jorge Emilio González -en torpe negociación de Roberto Borge-, de la capital del país y la yucateca avecindada en Solidaridad, Luz María Beristain, quien llegó por la libre.
Para el proceso electoral de este año participan por un escaño en San Lázaro en primera fórmula dos chetumaleños: la panista Mayuli Martínez y el priista Raymundo King, así como el doctor José Luis Pech, de Morena, que si bien ha hecho vida en la capital, es nativo de Mérida.
De los tres, Pech y King son quienes podrían abrirse paso, ya que el desencanto que hay en la capital por el gobierno emanado del PAN-PRD mantiene a la baja los bonos de Mayuli, quien le ganó la candidatura a su aliado Julián Ricalde, del PRD, mandándolo a la segunda fórmula aunque éste, guste o no, hubiera sido mejor opción para el Frente aliancista.
El doctor Pech trae el arrastre de López Obrador en Morena y si bien es fuerte el movimiento que encabeza en Quintana Roo, la ventaja de King es la estructura del PRI, que pese a las divisiones y deserciones que ha sufrido los últimos años, sigue siendo de las más consolidadas y su militancia “dura”, hay que decirlo, mantiene una institucionalidad a toda prueba.
Al asumir ayer la candidatura al Senado, Raymundo King prometió hacer una “campaña de altura” y de propuestas, asegurando que no caerá en provocaciones ni descalificaciones, lo cual es bueno pues fue esto lo que caracterizó precisamente a su partido en los procesos electorales anteriores.
Convencido de que si quiere ganar debe convencer de lo que está proponiendo, el también diputado local del PRI convocó a los quintanarroense a “desprenderse de sentimientos negativos, cambiando el rencor, el odio y el resentimiento por amor”.
Las propuestas al Senado ya están definidas y el PRI y su “amoroso” candidato, nos dan la impresión, quieren dar un golpe de timón con respecto a lo que les conocíamos de antes. Si les funciona, después de tres largos sexenios Chetumal podría ser cuna de un próximo senador de Quintana Roo.