La vida se nutre de detalles que, si se van juntando, pueden llegar a tener mucha importancia incluso estructural. Vamos a mencionar algunos pequeños aspectos que la autoridad está en posibilidad de hacer sin mucho costo económico y si de importantes beneficios sociales e incluso políticos.
Por ejemplo, el llamada Callejón de los Milagros –el callejón es un área pública- podría convertirse en un espacio para mostrarle a los turistas muchos del arte y la cultura mexicana, con espectáculos gratuitos. Podría ser un inigualable lugar para que expongan su obra los artistas plásticos de Cancún, del estado e incluso de todo el país. Debería convertirse en un paseo, en sus poco más de cien metros, emblemático de Cancún y del caribe mexicano en general.
La ciudad debe recuperar ese espacio degradado y de mala fama. De ser un callejón estigmatizado –venta de drogas y prostitución- podría ser un área pública digno, amable y seguro. ¿Es mucho pedir?
PARADEROS
Cancún no tiene paraderos del transporte urbano –autobuses, taxis, combis, etc-. Esto ocasiona trastornos en la vialidad y ocasiona accidentes por las imprevistas paradas de los vehículos que prestan ese servicio. Tampoco hay control sobre los límites de velocidad en las principales arterias de la ciudad, y tampoco en el boulevard Kukulcán. El transporte público se ha convertido en uno de los enemigos de la tranquilidad de los cancunenses. Nuestra ciudad merce un transporte público confiable, amable, digno. Se podría comenzar con los paraderos y con el control de los límites de velocidad. ¿Es mucho pedir?
CONTROL DEL AMBULANTAJE
No se trata de prohibir sino de tener un control sobre el comercio en vía pública. Que existan zonas muy bien delimitadas que garanticen, sobre todo, respeto a las áreas publicas e higiene. Debería existir –no lo hay- un censo de las personas y los giros que tienen permiso para realizar sus actividades en la vía pública. Esto ayudaría a disminuir la anarquía existente ahora en este renglón. ¿Es mucho pedir?
VENTA DE LICORES
La venta de licores a altas horas de la noche, ya sea en bares o en tiendas, debería tener más control. De preferencia cerrar los bares que funcionen en las colonias populares y restringir el horario de venta de licor en las tiendas. Una de las causas principales de la desintegración familiar y de la violencia es la venta indiscriminada de alcohol casi a cualquier hora en cualquier lugar. Menos permisividad sería un alivio para los cancunenses. ¿Sería mucho pedir? Seguiremos con el tema.
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