2024 será un año en el que se espera el desarrollo de «La Niña», una de las dos fases del «El Niño Oscilación del Sur (ENOS)«. Al menos, eso indica el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que señala una probabilidad del 60% de que se desarrolle.
Hasta el último corte de información, al 15 de octubre de 2024, se contempla que «La Niña» se presente entre los meses de octubre y noviembre de 2024, y que sus efectos persistan entre enero y marzo de 2025.
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Aunque su desarrollo no está completamente claro, el SMN ha establecido un estado de «Vigilancia» ante «La Niña», basado en las condiciones de las temperaturas del océano Pacífico.
El Niño Oscilación del Sur (ENOS)
Estos fenómenos climáticos son intermitentes, es decir, no siempre se presentan, y se originan en el océano Pacífico ecuatorial, con efectos a nivel mundial.
Se trata de dos variantes opuestas de ENOS, por lo que nunca ocurren de forma simultánea; además, en algunas ocasiones no se presenta ninguno de los dos. ENOS está relacionado con la fluctuación tanto de la temperatura superficial del océano como de la presión del aire sobre este.
Cuando la temperatura de la superficie del mar supera el promedio por medio grado Celsius o más, se dan las condiciones para formar «El Niño», es decir, la variante cálida. Por otro lado, si las temperaturas están por debajo de este promedio, se forma «La Niña», con base en el monitoreo de la temperatura superficial del mar (TSM) en cuatro regiones del océano Pacífico.
En caso de que las temperaturas se encuentren dentro o cerca del promedio establecido, no se presenta ninguno de los dos fenómenos, situación conocida como «ENOS-neutral».
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Además, está el tema de la presión del aire. Se mide la diferencia de presión entre las partes oeste y este del Pacífico ecuatorial, específicamente entre Darwin, en la costa norcentral de Australia, y Tahití, a más de 8,000 kilómetros al este.
Si la presión es más baja de lo normal en Tahití y más alta en Darwin, se crean condiciones favorables para la formación de «El Niño». Si ocurre lo contrario, se puede generar «La Niña». Ambos factores deben ser propicios para el desarrollo de estos fenómenos.
Los efectos de «El Niño» y la «Niña»
Durante «El Niño», los vientos del este, conocidos como alisios, en el Pacífico se debilitan, y el agua cálida del Pacífico occidental se desplaza hacia el este a lo largo del ecuador. Esto aumenta la temperatura superficial del mar (TSM), transporta calor a la atmósfera y genera nubes que trasladan las zonas de lluvias hacia el este.
Como resultado, «El Niño» provoca que llueva más en regiones donde habitualmente llueve poco, y menos en aquellas donde las precipitaciones suelen ser mayores. En cambio, con «La Niña», las condiciones son opuestas, al menos en la región de los trópicos.
Fuente: https://www.xataka.com.mx/ecologia-y-naturaleza/nina-puede-llegar-a-mexico-muy-pronto-esto-que-sabemos