El himno, el escudo y la bandera nacional son los símbolos patrios de México que representan la identidad nacional y arraigan un sentimiento de pertenencia que busca la unión de aquellos que habitan el país.
Desde la época prehispánica existían emblemas y estandartes que identificaban a cada poblado. Cada uno lograba saber si aquel era amigo o enemigo tan sólo con mirarlo; la vestimenta, los emblemas o los penachos cambiaban dependiendo la región.
En la región maya, los símbolos eran parte de la vida cotidiana; su vida se enfocaba en generar signos que definieran su postura dentro de la sociedad. Los pobladores se identificaban con características físicas que los diferenciaban del resto. Modificaban sus ojos con cuentas de cera para lograr un mayor acercamiento mágico, y en su piel, los tatuajes eran imprescindibles en la apropiación de dioses y valores dentro de su sociedad. Sus construcciones muestran los códices que para ellos significaban el origen de la vida, el universo y el cosmos. Entre ellos, se observan a sus dioses como símbolo de alabanza: Ah Mun, dios del maíz; Chac dios de la lluvia o Ahau Kin, dios del sol.
Para los mexicas, tanto las deidades como la vestimenta eran distintas a los otros pueblos, aunque con muchas similitudes y apropiación de rituales o símbolos de culturas vecinas. Sus dioses principales eran Quetzalcoatl, quien representa la dualidad de la condición humana; Tezcatlipoca, el omnipresente; Huitzilopochtli, dios de la guerra y Tláloc, dios del agua. Ellos son el principio espiritual.
Símbolos patrios | El escudo nacional
Según la crónica de Mexicayotl, relatada por Fernando de Alvarado Tezozomoc, el dios de la guerra Huitzilopochtli dio a Cuaucóhuatl y Axolohua la tarea de buscar el nuevo lugar donde crecería una de las civilizaciones mesoamericanas más importantes. “En donde se tienda la tierra entre cañas y entre juncias, allí se pondrá en pie, y reinará Huitzilopochtli”. Cuando los dos vieron tierras similares, regresaron con el pueblo mexica para contarles sobre las tierras que habían encontrado; sin embargo, por la noche Huitzilopochtli les dijo por boca del sacerdote Cuauhtlaquezqui que aún les faltaba observar algo en aquel poblado: “busca un nopal salvaje, y allí tranquila veréis un águila que está enhiesta, allí se peina las plumas, la que reina en los cielos y peñascos ha puesto su morada entre cañas y juncias, del corazón de Cópil ha brotado ese nopal salvaje, allí sobre ese nopal donde el águila ha puesto su morada, ahí estaremos y reinaremos, allí esperaremos y daremos encuentro a toda clase de gentes”.
Para los mexicas, el águila representó la dualidad mítica entre el cielo y la tierra. Se asentaron y construyeron uno de los imperios más extraordinarios de Mesoamérica, los conquistadores llegaron y cambiaron la estructura de la nación. Las costumbres, tradiciones, poder político y religión se modificaron, pero algo sobrevivió: el emblema nacional. Después de la conquista parecía incierto el futuro de México, hasta que se consumó la independencia y el águila volvió a reinar en México.
En 1821 fue la primera vez que el águila se instauró como escudo nacional. Durante de Guerra de los Tres años entre liberales y conservadores, ambos bandos utilizaron la figura del águila como estandarte. Para los primeros, el águila miraba hacia la izquierda; los segundos la representaron en sentido contrario, con la cara hacia el lado derecho.
Las tropas imperiales durante la intervención francesa dotaron al águila de una corona; pero para los republicanos, ésta no debía tener dicho emblema. Maximiliano optó por representarla de frente, igual que Porfirio Díaz.
En 1916, Venustiano Carranza decidió que el escudo permaneciera como los códices indígenas dictaban, por lo que debía mostrar su perfil izquierdo. Así se la observa actualmente.
Según un decreto de Miguel de la Madrid sobre los símbolos patrios, el Escudo Nacional debe tener el perfil izquierdo del águila expuesto, la parte superior de las alas más altas que el penacho y ligeramente desplegadas en actitud de combate. Su garra izquierda debe posarse sobre un nopal florecido que nace en una peña que emerge de un lago. En el pico hay una serpiente curvada, mientras varias pencas del nopal se ramifican a los costados. Para cerrar el emblema, dos ramas: una de encino al frente del águila y otra de laurel al lado opuesto, las cuales forman un semicírculo inferior, unidas por un listón dividido en tres.
Símbolos patrios | La bandera nacional
Muchos historiadores consideran que el estandarte con la imagen de la virgen de Guadalupe que hondeó el cura Miguel Hidalgo debe tomarse como la primer bandera de México por ser el símbolo de los insurgentes durante la lucha de independencia. Sin embargo, no ha sido reconocida oficialmente. Después, en 1813, se diseñó una bandera de seda con cuadros azules y blancos, en cuyo centro se montó un águila con una corona que posaba sobre un nopal. La leyenda decía: “Oculis et unguibus asqué victrix” que significa “Con los ojos y las uñas, igualmente victoriosos”.
Junto a la consumación de independencia, en 1821, el sastre José Magdaleno Ocampo confeccionó la primer bandera nacional, conocida con el nombre de la bandera de las tres garantías. El Primer Imperio Mexicano liderado por Agustín de Iturbide diseñó esta bandera, la que llevaría por primera vez los colores verde, blanco y rojo. El águila tenía una corona que representaba al imperio, pero no devoraba la serpiente. Esta bandera permaneció como estandarte mexicano hasta la caída del imperio en 1823. El Congreso Contribuyente le quitó la corona imperial a la serpiente y agregó ramas de encino y olivo.
El imperio de Maximiliano diseñó la tercera versión de la bandera: colocó águilas coronadas en cada esquina del lábaro; pero con la muerte del emperador en 1867, la bandera también desapareció.
La cuarta Bandera Nacional se realizó el 16 de septiembre de 1968 y se confirmó ante la ley el 24 de febrero de ese mismo año. Se dice que el rediseño de la Enseña fue debido a la participación de México como sede de los Juegos Olímpicos.
Los colores de la bandera mexicana son símbolo de lo que buscaban representar como parte del nacionalismo mexicano. Al principio, el color blanco representaba la fe católica, el rojo la unión de Europa y América y el verde la independencia. Sin embargo, los colores adoptaron nuevos significados conforme el símbolo del yugo español recién superado dejaba de tener fuerza. Desde ese momento, el verde significaría esperanza, el blanco unidad, y el rojo la sangre derramada por los héroes.
Símbolos patrios | El himno nacional
Durante 30 años, México no tuvo un himno distintivo. En las ceremonias oficiales se recitaba poesía cívica o marchas marciales. Pero ni estas, ni aquellos intentos que surgieron por crear un himno, tuvieron éxito ni arraigo suficiente en la población. Así, el 12 de noviembre de 1853, el gobierno realizó un concurso para encontrar la letra y la musicalización que distinguiría a México del resto de los países.
El poeta potosino Francisco González Bocanegra participó a regañadientes en la convocatoria; él no creía obtener el triunfo. El 3 de febrero de 1954, se publicaba en el Diario Oficial el nombre de González Bocanegra como ganador del certamen. Después, el 2 de agosto, se declaraba ganador de la musicalización del himno a alguien que sólo había firmado como J.N. Dos días después, el gobierno pidió al autor revelar su nombre. El músico español Jaime Nunó Roca declaró la autoría de la obra. La noche del 15 de septiembre de 1854, con motivo de los festejos por el grito de Independencia, se estrenó el Himno Nacional en el Teatro Santa Anna.
FUENTE: CULTURA COLECTIVA