Al concluir el año, solo el 19% de la población materializa lo que se propuso a un inicio, según estudio.
Durante el inicio del año nuevo, muchas personas suelen establecer metas y propósitos para mejorar sus vidas, sin embargo, el desafío radica en convertir esas aspiraciones en realidades tangibles.
Según una investigación llevada a cabo por la Universidad de Scranton en Pensilvania, el 73% de las personas logra mantener sus propósitos durante la primera semana, pero esta cifra disminuye al 64% después del primer mes.
A medida que transcurren tres meses, la tasa de éxito cae aún más, alcanzando un 50%. Al llegar a los seis meses, solo el 46% de la población continúa persiguiendo sus metas iniciales. Sorprendentemente, al concluir el año, tan solo el 19% logra materializar completamente lo que se propuso al inicio.
Estos resultados subrayan los desafíos persistentes que enfrenta la mayoría de la población al intentar mantener sus propósitos a lo largo del año. Por ello, te presentamos algunos consejos que, según la UNAM, son efectivos para alcanzar tus metas.
¿Por qué no se cumplen los propósitos de año nuevo?
Para la profesora María Martina Jurado Baizabal, de la Facultad de Psicología de la UNAM, no cumplir con nuestros propósitos de Año Nuevo tiene que ver con distintos factores, aunque el principal tiene relación con la forma en que los planteamos, ya que muchas veces los objetivos que nos proponemos no tienen un sustento.
“Por ejemplo, si uno de mis propósitos de Año Nuevo es ir al gimnasio, necesito organizar mis gastos para sustentar el costo, saber el tipo de ejercicio que me puede favorecer, si necesito un entrenador o lo puedo hacer solo, si tengo el tiempo suficiente para hacerlo, entre otras reflexiones. Si establezco un plan y soy constante, estoy más cerca de alcanzar el objetivo”, explicó.
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Ante ello, la experta dio los siguientes consejos para lograrlo:
Ponerse metas pequeñas: Tareas accesibles que nos estimulen de manera positiva para alcanzar los objetivos planteados. Por ejemplo, si nuestro propósito es comer sanamente, podemos introducir pequeños cambios en la alimentación de manera paulatina, que nos permitan adaptarnos al nuevo régimen alimenticio al que deseamos llegar.
Constancia. Mantener nuestros propósitos siempre vigentes a pesar de que tengamos tropiezos y eliminar en lo posible los pretextos que anteponemos como argumentos para abandonarlos. No darnos por vencidos ante las dificultades.
Buscar soluciones. Si en algún momento encontramos un obstáculo o fallamos en los esfuerzos por alcanzar nuestras metas, es importante no quedarse ahí, es más productivo revisar que podemos hacer para superar las adversidades. Todos hemos tenido la experiencia de no alcanzar alguna meta, pero es necesario reflexionar sobre lo que nos faltó para lograrla, estructurar mejor los objetivos y seguir con nuestros propósitos.
No tener miedo a los cambios. Si estamos temerosos o inseguros de alcanzar lo que queremos, esto nos limita para continuar. Tener dudas sobre lograr el éxito deseado o enfrentar un fracaso, es algo que puede pasar por nuestra mente, sin embargo, nuestros propósitos deben ser más intensos y fuertes que los temores de no lograr nuestras expectativas, es mejor confiar en uno mismo dejando los pensamientos negativos a un lado.
Permitirse el error. Equivocarse es parte del ser humano, si en lugar de culparnos, aprendemos de nuestras fallas, lograremos ajustar nuestras estrategias y continuar con los objetivos planteados.
Rodearse de un entorno positivo. Con frecuencia nuestros pensamientos nos llevan a no confiar en nuestras capacidades y prevalecen pensamientos negativos o catastróficos que nos limitan, asimismo, podemos estar inmersos en un ambiente que promueve la derrota o el fracaso. Tenemos que identificar si existen en nuestra vida estos aspectos para contrarrestarlos y procurarnos un ambiente que nos motive a lograr los propósitos deseados.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS