La degustación de pan con dátiles e higos nos lleva hasta la saturnalia romana. Esta festividad en honor al dios Saturno tenían lugar del 17 al 23 de diciembre y coincidía con el solsticio de invierno. Con la llegada del cristianismo se intentó revocar estas celebraciones consideradas paganas que a la postre se emparentarían con la Navidad. Fueron los mismos romanos quienes iniciaron la costumbre de esconder un haba dentro del pan.
En el año 354 comenzó a festejarse el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre. Poco después, la epifanía empezó a conmemorarse el 6 de enero, día en el que los cristianos occidentales celebran la Adoración de los Reyes Magos (los europeos ortodoxos del este suelen celebrar el bautismo del niño Jesús).
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La tradición de la rosca se afianzó durante la Edad Media en países como Francia y España, donde la preparación ha variado con los siglos. En México la tradición fue introducida en el siglo XVI y el haba fue sustituida por uno o varios muñecos hechos de porcelana y en la actualidad de plástico.
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Hay diversas variantes de este pan en el mundo. En Estados Unidos se llama King’s Cake y forma parte de las festividades del Mardi Gras en Nueva Orleans. En Bélgica, Francia, la Canadá francófona y Suiza se conoce como gâteau de Rois (o la deliciosa variante galette). En Portugal se llama Bolo Rei, similar a la que conocemos, aunque más pequeña. En Grecia degustan la vasilopita, una especie de dona menos vistosa que la rosca que conocemos. En Hispanoamérica se le denomina rosca o roscón de Reyes, y en Cataluña, tortell.
Fuente: Muy interesante