Se encuentra a 50 kilómetros al noreste de la Ciudad de México y es considerada un emblema de lo que fue México hace cientos de años. Caracterizada por su imponente pirámide del Sol y la misteriosa pirámide de la Luna, la ciudad precolombina de Teotihuacán es un atractivo turístico para visitantes extranjeros y para los propios mexicanos.
Pero más allá de lo que está a la vista de todos, Teotihuacán esconde secretos y misterios que poco a poco han sido revelados y ayudan a entender cómo es que los mexicas se colocaron como uno de los pueblos mesoamericanos más influyentes de la región.
“Todos queríamos encontrar las tumbas porque no se conoce mucho sobre el sistema de gobierno de Teotihuacán”, dijo en entrevista para la BBC Sergio Gómez, arqueólogo que lidera la última gran excavación de la antigua ciudad. “Lo que inferimos hasta ahora son hipótesis sobre cómo pudo haber sido, pero no tenemos evidencia directa”.
Los trabajos arqueológicos terminarán a mediados del 2017. El objetivo era encontrar el lugar de reposo de los reyes y en 2015 los investigadores hallaron depósitos de mercurio y más de 100 mil objetos, por lo cual el Instituto Nacional de Antropología e Historia creyó que estaban muy cerca de lograr su meta, pero hoy saben que no es así.
Sin embargo, la gran diversidad de objetos que encontraron durante los 8 años que duraron los trabajos de exploración resultaron ser un gran tesoro que emociona a los especialistas, pues, según Gómez, fue mucho más de los que esperaban.
“Los objetos que hemos encontrado están vinculados con nuestras hipótesis iniciales”, dijo el arqueólogo. “Abren una perspectiva mucho más amplia para entender aspectos de la cosmovisión y la religión de los teotihuacanos”.
Quizá los objetos más destacados de este descubrimiento masivo son cuatro figuras que, según palabras de Sergio Gómez, “portaban una bolsa en la que llevaban objetos para hacer magia, para ver el pasado y adivinar el futuro”. Son las representaciones de tres mujeres y un hombre, las cuales fueron encontradas en un corredor que llevaba casi 2 mil años sellado y era considerado “una metáfora del inframundo”.
Las investigaciones afirman que los “objetos mágicos” que portaban están hechos de jade y fueron importados de Guatemala, por lo que creen que esas figuras humanas representan a las personas que determinaron el lugar exacto para fundar Teotihuacán.
“Había también grandes conchas y caracoles importados desde el mar Caribe, que está a más de mil kilómetros de aquí (Teotihuacán) y otros objetos de ámbar traídos de Chiapas”, aseguró el especialista. “Tenemos mucha evidencia de que había vínculos muy fuertes con la cultura maya”.
Además, el hecho de no haber encontrado tumbas hace pensar en más hipótesis sobre lo que hacían con los cuerpos de sus gobernantes. Se sabe que en la época prehispánica a las figuras con poder que morían se les incineraba, por lo tanto es probable que hayan esparcido las cenizas en el interior del túnel.