¿Quieres un consejo romántico de los peces?
Pero no de cualquier pez. Gracias a Samm Newman Hernandez, quien preguntó sobre los caballitos de mar (o hipocampos; acerca de su promedio de vida, tamaño, y cómo se aparean), la Pregunta de la Semana de Extraño Animal descubrió muchas cosas de estos peces fantásticos. Entre ellas, una rutina matutina que sería de gran ayuda en muchas relaciones humanas.
Bailar por la mañana
Estos animales cambian de color mientras se mueven, a veces con las colas enlazadas.
George Burgess, del Museo de Historia Natural de Florida, dice que esa cola prensil les permite anclarse a objetos como hojas de hierba marina, con una fuerza comparable a la de un bebé apretando el dedo de un adulto.
Caballitos de mar erectos se aparean: una experiencia acrobática. Foto: George Grall, National Geographic Creative
Qué esperar cuando él está esperando
La danza también permite que los hipocampos macho y hembra evalúen su estado reproductivo.
Los hipocampos pertenecen al misma familia de los peces aguja o pipa, y las dos especies utilizan una “estrategia reproductiva en la cual el macho pare las crías”, informa Burgess.
Vincent describe el ovopositor de la hembra, “una protuberancia equivalente al pene, en la parte inferior del torso”, como un “dispositivo de empaquetado ingenioso”. A través del ovopositor, la hembra transfiere sus óvulos con forma de pera a la bolsa incubadora del macho. Esta estructura tiene paredes que proporcionan un área de superficie máxima, de manera que cada embrión puede incrustarse en el tejido blando.
Vincent vio un hipocampo macho bastante delgado que produjo 1,572 crías, “y su bolsa apenas tenía el volumen equivalente a media cucharada”.
Poco después que el macho pare sus crías, diminutas y completamente independientes, la hembra “ya tiene huevos listos para entregar”, y la pareja vuelve a aparearse de inmediato.
La gestación masculina significa que “el macho está seguro de ser el padre”, dice Vincent. Tal vez por eso los machos están tan involucrados en el proceso.
Hipocampos bebé emergen de la bolsa incubadora de un macho adulto. Foto: George Grall, National Geographic Creative
También te puede interesar:Los tiburones encuentran así el camino a casa
Seguir en la carrera
Entre las especies más grandes se encuentra el caballito de mar barrigón (Hippocampus abdominales), que vive en las inmediaciones de Australia y Nueva Zelanda, y llega a medir unos 33 centímetros de largo.
En estado salvaje, los hipocampos tienen una vida promedio de uno a cinco años. Pero por desgracia, estos seres mágicos están en decadencia.
Los lechos de hierba marina donde viven muchos hipocampos están “a las puertas de la civilización”, dice Burgess, de modo que a menudo sufren los impactos de la contaminación y la sedimentación.
Tal vez te interese: Encuentran la salvación de los corales
Este hipocampo denise (Hippocampus denise) -el caballito de mar más pequeño del mundo- fue retratado en la provincia de Papúa Occidental, Indonesia. Foto: Waterframe, Alamy
En Florida, donde los caballitos de mar erectos (Hippocampus erectus) viven alrededor de la península, Burgess ha visto “desaparecer los lechos de hierba más hermosos, junto con la fauna que los habita”.
La explotación del hipocampo para medicinas tradicionales, su cosecha para el comercio de acuarios y curiosidades, y la captura accidental en redes de arrastre para camarones, han resultado en una mengua notable de las poblaciones de varias especies, agrega Vincent.
Si tienes la suerte de ver un caballito de mar salvaje, comunica el avistamiento a iSeahorse.org para ayudar a los científicos a seguir el rastro de estos peces mágicos.
Porque, ¿a quién no le gustan los animales que bailan cada mañana?