El desperdicio de alimentos es un grave y creciente problema, y todos tenemos un cierto grado de culpa.
Es tal la comida que se tira cada año, que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estima que con reducir los desechos de alimentos en un 25% se podría alimentar a todas las personas desnutridas del mundo.
Si quieres contribuir a que menos comida termine en la basura, aquí te ofrecemos siete consejos.
Salva tu ensalada
Nos encantan los vegetales frescos, pero cuando se trata de la ensalada, con frecuencia tiramos las hojas «feas».
Pero, ¿sabías que puedes cocinar la lechuga y congelar hierbas frescas?
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En este apartado, la ciencia está ayudando a producir lechugas que duren más.
Científicos de la universidad de Southampton, en Inglaterra, descubrieron que laslechugas con hojas más pequeñas, pero más fuertes, con muchísimas células pequeñas apiñadas una con otras, duraban más.
Así que iniciaron un programa de cultivo para producir lechugas con estas características.
Pero incluso las lechugas menos resistentes se pueden beneficiar de tener su tallo en agua, tal y como haces con las flores.
Esto permitirá que se mantengan frescas y crujientes, e incluso sus hojas marchitas pueden revivir tras un rápido remojo en agua fría.
Cada grano cuenta
Cuando el arroz se cocina demasiado y queda apelmazado, a menudo puede terminar en la basura.
Por otro lado, comer sobras de este grano cocido puede ser arriesgado, puesto que si se deja demasiado tiempo a temperatura ambiente las bacterias se multiplican con rapidez.
Pero si lo refrigeras justo después de cocinarlo, es seguro comerlo al día siguiente.
Y en cuanto al arroz apelmazado, puedes cocinarlo con huevo y queso en pequeñas tortitas fritas o hacer verduras rellenas.
Sácale el jugo a tus frutas
No sólo estamos hablando de hacer batidos de frutas (aunque también es una opción)
Para evitar que se pudran, muchas frutas las puedes cocinar e incluso congelar.
Por ejemplo, congela las uvas y agrégalas a las bebidas o licúalas para hacer sorbetes.
Si las cubres en caramelo o las congelas con azúcar es un delicioso postre.
Las ciruelas también pueden ir al congelador, una vez que le hayas sacado la semilla.
También son excelentes en ensaladas con queso o puedes hacer mermeladas.
No te olvides de tus papas
¿Tienes demasiadas papas germinando en un rincón oscuro de la cocina? Una solución rápida es compartirlas con otros.
También puedesconvertirlas en puré o incluso congelarlas.
«Una papa que ya ha pasado ese punto perfecto, pero todavía no le han salido hongos, todavía se puede usar», le dice a la BBC el chef Tim Maddams.
Cuando se trata de rescatar platos hechos con papas, Maddams aboga por la imaginación.
¿Tienes unas papas gratinadas en el congelador? «Pícalas en cuadros, pásalos por harina, fríelas y ponle un huevo encima», aconseja.
El pan después del pan
El pan es uno de los alimentos más populares del mundo, y a la vez es uno de los que más terminan en el cesto de la basura.
Organizaciones estiman que -sólo en el Reino Unido- cada año se tiran unas 680.000 toneladas.
¿Cómo puedes sacar el máximo provecho a este noble alimento?
A mucha gente se le olvida que se puede congelar, ya sea en rodajas o entero.
También se puede moler para hacer esas migas que tan bien quedan con las milanesas.
Las tostadas duras se pueden bañar en huevo revuelto y freírlas para hacer unas tostadas francesas o pudín de pan.
Y siempre está la posibilidad de cortar el pan en pequeños cubos, rociarlo de aceite de oliva, meterlo en el horno para hacer pequeños croutons o crostinis.
Congelar o no congelar
Cuando es mejor congelar, ¿antes o después de cocinar?
Si se trata de sopas, granos, estofados, guisos o comida para bebé, lo mejor es congelarlos después de cocinar, puesto que no se secarán al recalentarlos.
Pero si estamos hablando de pizza, lasaña o canelones, entonces ensambla todos los ingredientes y mételos al congelador.
Sólo cuando lo vayas a comer, mételo al horno, así evitas que se cocine demasiado.
En cuanto a ingredientes básicos, puedes congelar migas de pan, pasta de hojaldre, mezcla de galletas, mantequilla, claras de huevos y leche para consumirlos después.
¿Y si se pasa la fecha de vencimiento?
Algunas de las fechas de vencimiento no se basan en la seguridad del producto sino en su sabor, según Dana Gunders, científica de comida del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales en Estados Unidos (NRDC, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo, los nachos no te van a enfermar si te los comes un mes después de la fecha de vencimiento, comenta Gunders, aunque te parecerá que les faltará sabor.
Pero si los metes al horno con un poco de aceite, volverán a ser crujientes.
Esta científica asegura que los yogures pueden durar hasta seis semanas después de la fecha de vencimiento.
«He comido yogures meses después de la fecha y nunca he tenido problemas», asegura.
El chocolate es otro alimento que puede durar mucho tiempo. Gunders explica que esa capa blanca que suele salir se debe a la exposición al aire de la barra de chocolate. Pero no se trata de ningún hongo.
Fuente: BBC