Películas como la reciente Kiki, el amor se hace o series como Masters of Sexdemuestran que el placer sexual no tiene solo un camino. No somos un pene y una vagina, somos mucho más.
De hecho, la zona que mejor y más placer proporciona es el cerebro. Esto explica la existencia de filias y de fetiches sorprendentes, pero en ningún caso reprobables, siempre y cuando las relaciones sean consensuadas en situación de igualdad.
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En cualquier caso, sí existen regularidades. Hay elementos que se repiten en la mayoría de las personas.
Así lo constata un estudio llevado a cabo en 2014, en el que participaron 800 personas, de las islas británicas y del África subsahariana.
Esto es importante porque incluye un enfoque intercultural, de forma que se puede evidenciar si interviene el factor cultural.
Los resultados del ensayo han sacado a la luz cuestiones inesperadas.
- Para empezar, la raza, la procedencia,la edad o la orientación sexual no marcan ninguna diferencia.
- Otra respuesta que ha llamado la atención es que los pies no se clasifican como una de las partes más eróticas.
Pueden ser objeto del deseo fetichista, pero aquello de que en los pies hay neurotransmisores que nos permiten sentirlos como genitales es un completo mito.
- Quizá sea en este campo, la mitología y los prejuicios, donde sí existan diferencias. Estas son las que hacen que unos disfruten con algunas prácticas, mientras que otros las rechazan. Sin embargo, la respuesta corporal es la misma.
Las partes más eróticas de las mujeres y de los hombres
El sexo siempre ha sido dominio de los hombres. De hecho, aún en década de 1990 era habitual escuchar una conversación sobre si el orgasmo femenino existía o no.
¡Ojo! No se cuestionaba la eyaculación de las mujeres, sino su capacidad para llegar al éxtasis. En contrapartida, al mismo tiempo voces autorizadas se esforzaban en que se reconociera su capacidad para sentir.
Más tarde, surgieron las afirmaciones de que las mujeres gozan de más partes eróticas. Mientras que a los hombres se les atribuían el pene, los testículos y el ano, a las mujeres se les suponía un mayor poder en este campo, y efectivamente así es.
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Es increíble cómo ellas se excitan al notar el contacto de las manos de su amante detrás de sus piernas. Lo mismo ocurre con el cuero cabelludo o los abdominales.
Se han estimado la presencia una ventaja considerable, habida cuenta de que mencionan 10 partes más eróticas en el hombre que en la mujer.
Entre ellas, destacan:
- Vulva
- Labios
- Cuello y nuca
- Pecho y pezones
- Trasero y parte interior de los muslos
- Orejas
En el caso de los hombres, los lugares más importantes son:
- Pene
- Labios
- Zona interior de los muslos
- Cuello
- Pezones
- Perineo
- Nuca
- Orejas
Estimular cualquiera de estas zonas es sinónimo de éxito, pero apenas tiene lógica hacerlo de repente. A todos nos gustan las historias.
Por ello, introducir el beso dentro de un relato, de un juego, construido por los dos es mucho más eficaz que tocarlas sin orden ni concierto. La seducción es fundamental para tener éxito.
Otros estudios en el campo de la neurociencia aseguran que la mente es capaz de sexualizar cualquier parte del cuerpo.
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Una persona puede experimentar un gran placer al sentir cómo la otra persona el besa la yema de los dedos. Una de las razones está en los pensamientos automáticos que esta acción provoca.
Sin que seamos conscientes de una manera plena, se desatan una gran cantidad de asociaciones que culminan con la sensación erótica.
En este sentido, es posible que alguien se derrita al percibir el contacto de su pareja en una parte del cuerpo, solo porque con anterioridad han tenido una conversación que hacía referencia a la misma.
La previsualización de la escena o la proyección del deseo de tu acompañante harán que estalles de satisfacción.
Teniendo en cuenta esto, se puede concluir que la imaginación es una de las partes más eróticas.
Es tu capacidad de crear imágenes estimulantes las que generan excitación. Por tanto, si quieres potenciar tu energía sexual, te proponemos que te encargues de tu mente y le dediques un tiempo a potenciar tu imaginación.
Fuente: Mejor con salud.