REDACCIÓN MACRONEWS.- La tragedia ocurrida en Charlotte, Carolina del Norte, el pasado 22 de agosto de 2025sigue generando conmoción en Estados Unidos y en la comunidad ucraniana. Esta semana se filtró una grabación telefónica en la que Decarlos Brown Jr., de 34 años, explicó a su hermana las razones “delirantes” que, según él, lo llevaron a asesinar a la refugiada ucraniana Iryna Zarutska, de 23 años, en un tren ligero de la ciudad.
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En el audio, difundido por The Daily Mail y confirmado por Newsweek, Brown aseguró que el ataque fue provocado por unos supuestos “materiales dentro de su cuerpo”, afirmando que estos “saltaron” sobre la víctima. “Quienquiera que los estuviera operando, los materiales saltaron sobre ella. Eso es todo”, dijo durante la llamada realizada seis días después del crimen.
El ataque y sus antecedentes
La agresión ocurrió cuando Zarutska viajaba en la línea Lynx Blue Line de Charlotte. Las cámaras de seguridad captaron el momento en que Brown extrajo un cuchillo de bolsillo y la apuñaló en repetidas ocasiones sin mediar palabra. La joven, que había huido de la guerra en Ucrania, buscaba rehacer su vida en Estados Unidos, donde aprendió inglés rápidamente y trataba de integrarse a la comunidad local.
El historial judicial del atacante lo convirtió en un rostro conocido para las autoridades: acumulaba al menos 14 detenciones previas, con condenas por robo con arma peligrosa, hurto agravado y amenazas. Cumplió seis años de prisión hasta 2020 y en los últimos meses había protagonizado múltiples incidentes relacionados con su salud mental. En enero, la policía lo arrestó tras denunciar que “un material hecho por el hombre” controlaba su conducta, aunque fue liberado sin fianza.
En julio, un juez había solicitado una evaluación psiquiátrica para Brown, trámite que nunca se completó antes del asesinato.
El clamor de la familia y la comunidad
La familia del acusado reconoció que intentó en varias ocasiones lograr su internamiento psiquiátrico. “Mi hermano no tendría que haber estado en la calle”, declaró su hermana Tracy, mientras que la madre reiteró que llevaba años solicitando su hospitalización.
Tras el asesinato, la familia de Iryna Zarutska emitió un comunicado en el que señaló: “Ella vino aquí para encontrar paz y seguridad, y perdió la vida de la forma más atroz… Esto pudo haberle ocurrido a cualquiera esa noche en el tren”.
El caso generó fuerte indignación en Charlotte y en sectores políticos de Estados Unidos. La fiscal general, Pam Bondi, acusó a las políticas “permisivas” de justicia criminal por permitir que Brown permaneciera libre pese a su historial. La alcaldesa de la ciudad, Vi Lyles, expresó su solidaridad con la comunidad y calificó el asesinato como “una pérdida devastadora”.
Lo que viene para el acusado
Decarlos Brown Jr. enfrenta cargos por homicidio en primer grado y se encuentra bajo evaluación psiquiátrica ordenada por la fiscalía. Su próxima comparecencia judicial está prevista para el 19 de septiembre, donde se decidirá si es apto para enfrentar juicio. Podría recibir cadena perpetua o incluso la pena de muerte.
Mientras tanto, el caso ha abierto un debate nacional sobre la falta de recursos en salud mental, las fallas del sistema judicial y la seguridad en el transporte público de ciudades como Charlotte.