«Por la noche matabas o te mataban y por el día el canibalismo se extendía», cuenta el único superviviente británico del campo de concentración nazi de Bergen-Belsen (norte de Alemania).
Harold Le Druillenec, el único superviviente británico del campo de concentración de Bergen-Belsen (norte de Alemania) al final de la Segunda Guerra Mundial, revela en unos documentos recientemente publicados cómo las víctimas de las atrocidades nazis recurrieron al canibalismo para lograr sobrevivir, informa el diario ‘The Independent’. En este campo de exterminio murieron más de 70.000 personas en el período comprendido entre 1941 y 1945.
«Sobreviví a tres campos de concentración con mucha suerte y capacidad de ‘vivir fuera de mi pellejo’. Conservo este rasgo», escribe Le Druillenec en una carta publicada este jueves por el Archivo Nacional británico en la que solicita una indemnización por su discapacidad.
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«El canibalismo estaba extendido»
«La ley de la selva reinaba entre los prisioneros. Por la noche matabas o te mataban y por el día el canibalismo estaba extendido», revela el británico, que añade que en ese campo de exterminio no había comida ni agua y que el sueño era imposible. «La mayor parte de Auschwitz había sido trasladada a Belsen cuando yo llegué y fue aquí donde oí la expresión ‘solo hay una manera de salir de aquí: a través de la chimenea (de los hornos crematorios)'», explica.
«Todo mi tiempo aquí fue invertido en colocar cadáveres en fosas comunes amablemente excavadas para nosotros por ‘trabajadores externos’, porque nosotros ya no teníamos la fuerza necesaria para ese tipo de labores», relata la víctima del nazismo.
Le Druillenec fue liberado después de diez meses en el campo, durante los que perdió más de la mitad de su peso corporal y tras los que pasó casi un año recuperándose de la disentería, la sarna, la desnutrición y la septicemia que sufrió. Anteriormente, había sido detenido en Jersey, un territorio británico ubicado en el canal de la Mancha, un día antes del Día-D en 1944 por ayudar a su hermana a esconder a un prisionero de guerra ruso que había logrado escapar y por no cooperar con las fuerzas de ocupación alemanas. Después de la guerra tuvo que declarar en los juicios de Belsen, donde fueron condenados decenas de hombres y mujeres de las SS por su participación en los crímenes perpetrados en los campos de exterminio.
El de este británico es solo uno de los testimonios que han visto la luz después de que los Archivos Nacionales de Reino Unido haya publicado 900 solicitudes de ayuda económica que víctimas británicas del horror nazi hicieron llegar a las autoridades en el periodo comprendido entre los años 1964 y 1965. De las 4.000 personas que la solicitaron, solo 1.015 fueron compensadas. Le Druillenec fue una ellas: recibió 1.835 libras (unas 30.000 libras actuales).
Fuente: RT en español