La búsqueda del equilibrio ha atravesado todas las áreas de la vida, en el trabajo las aspiraciones hoy no se logran de la misma forma que hace años, incluso la sobreexposición no es la fórmula de todos para tener éxito en la carrera profesional.
¿Sólo se puede destacar en una empresa quien hace más ruido?, ¿ser reflexivo, moderado, enfocado puede no ser suficiente para avanzar en la carrera profesional?, ¿el éxito siempre es igual al ascender en la estructura organizacional?
El quiet ambition o ambición silenciosa es una forma de ver la vida laboral que rompe con el paradigma de que el reconocimiento y el éxito profesional debe ser ostentoso o no es válido.
Este fenómeno se caracteriza porque los colaboradores se centran en alcanzar objetivos personales y profesionales de manera significativa y satisfactoria, sin la necesidad de la aprobación externa o el reconocimiento social.
Y va de la mano con generaciones, como los millennials y los centennials, que conciben de una manera muy distinta el éxito profesional.
Un estudio de la firma de software Visier revela que 40% de los trabajadores de la generación Z se identifica con el quiet ambition. Este porcentaje aumenta a 52% entre los millennials.
Los colaboradores con una ambición tranquila están motivados y trabajan, pero no se obsesionan con el estatus o reconocimiento externo.
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Liderazgo de las personas con quiet ambition
Pandapé indica que una de las principales características de la ambición silenciosa es su impacto en los modelos de dirección de la estructura organizacional.
“Son personas con un enfoque constante, resiliente y confiable. Priorizan la calidad, la visión y la perseverancia con gestos introvertidos, La planificación estratégica y el enfoque en el largo plazo son características clave de este liderazgo”, indica la plataforma.
De acuerdo con el test de personalidad DISC, diseñado para categorizar la personalidad de un candidato, su comportamiento y su desarrollo dentro de un equipo de trabajo, los candidatos tienen características como estabilidad, paciencia y comprensión, cumplimiento, la precisión y la metodología, lo que deriva en líderes inclusivos.
El equilibrio entre el trabajo y la tranquilidad
Gabriela Goyri, asesora de carrera, considera que los trabajadores con quiet ambition tienen una percepción muy distinta de la vida.
“Es una forma de aspiración y motivación sin ostentación. No voy a alardear, porque, aunque estoy comprometido con mi trabajo, la realidad es que también deseo estar tranquilo y en paz, quiero equilibrio”, refiere.
De hecho, el estudio, La revolución invisible, de PageGroup, indica que al menos seis de cada 10 trabajadores en nuestro país priorizan su salud mental y balance vida-trabajo por encima del éxito profesional, lo que refleja que los ascensos ya no son un atractivo de retención y atracción de talento por sí solos
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La especialista opina que los trabajadores con una ambición silenciosa están cumpliendo objetivos y motivados, lo único es que no quieren ni necesitan es estar expuestos, “no necesitan ser esas ‘estrellitas marineras’ ni los ‘embajadores’ de las empresas”, expone.
“Las personas con quiet ambition son productivas, producen en calma, logran los objetivos, cumplen con lo que les corresponde, tampoco hay que confundirlo con una renuncia silenciosa”, explica.
El estudio de Viser evidencia que antes de querer ser directivos con un mayor sueldo y responsabilidades sobre sus pares, las principales aspiraciones de las personas son pasar tiempo con la familia y los amigos (67%) y mantener su salud física y mental (64%).
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Para Gabriela Goyri, las empresas tienen el reto de hacerles saber a las personas que son valiosas, porque los logros individuales podrían pasar desapercibidos. Además de que la exhibición visible no puede ser mal interpretada, justamente como falta de motivación y compromiso.
“Las empresas deben invertir tiempo y recursos en conocer a los empleados adecuadamente, deben entender que el mundo está cambiando mucho. El desafío es conocer a tus grupos y tener una cultura organizacional acorde a esa realidad”, señala.
La especialista considera que se tienen que crear estrategias que permitan a las organizaciones transitar a culturas organizacionales diferentes, incluso capacitar y sensibilizar a todos los niveles para que entiendan y aprecien los diferentes estilos de trabajo y ambición.
Si bien, dice, no está mal que quien quiera expresar su ambición lo haga, tampoco debe de serlo a la inversa. Las políticas deben asegurar que todos los logros y grupos sean reconocidos, visibilizados, celebrados.
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Implicaciones negativas y positivas
Arleth Leal, directora ejecutiva de Red Ring, afirma que el quiet ambition tiene implicaciones tanto negativas como positivas.
Entre los impactos negativos, destaca, puede llegar un momento en que los colaboradores pueden pasar desapercibidos y eso de alguna manera afecta su avance profesional y el reconocimiento que la empresa pudiera darle. Esto también significaría perder oportunidades.
Aunque en un principio, el trabajador que se identifica con la quiet ambition, está motivado, a largo plazo pierde esa capacidad porque justamente no se siente reconocido, ni valorado, puntualiza.
Mientras que las implicaciones positivas es que son empleados leales, competentes, confiables, son los más equilibrados, porque no tienen tanto estrés, ansiedad y burnout, al no estar compitiendo con nadie, refiere.
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Incluso, de acuerdo con el estudio de PageGroup, el 36% de los empleados en México no aceptaría un ascenso si considera que esto afectará su salud física y mental.
Además, la especialista explica que estos colaboradores también buscan capacitarse por su cuenta, por lo que siempre estarán actualizándose y esta situación se reflejará en la calidad de su trabajo, aún cuando la empresa no facilite cursos, talleres, u otro tipo de aprendizaje.
Según Arleth Leal, otra de las características de las personas que coinciden con la ambición tranquila es que son muy adaptables y flexibles, la mayoría de las veces buscan salir de lo que parecería una mala situación y lo logran.
La directiva de Red Ring considera que en la actualidad el cambio de mentalidad debe ser una constante porque se han derribado muchos mitos sobre cómo se ve el trabajo desde los ojos del colaborador, hoy ya no es necesario estar en constante competencia para ser valorado, advierte.
La quiet ambition no sustituye el sueño de avanzar en la carrera profesional, lo que sí cambia es la forma de volver realidad las aspiraciones: bajo una visión de bienestar integral, equilibrada y sostenible, coinciden las especialistas.
FUENTE: EL ECONOMISTA