Un hombre que le pellizcó un glúteo a una mujer pensando que ésta no se defendería, aprendió una severa lección de respeto al prójimo.
Aprovechando el bullicio de un mercado local, el agresor aprovechó que su víctima estaba distraída para tocarla.
Al percatarse que la habían agredido, la mujer de vestido amarillo se volteó inmediatamente hacia su atacante para conectar un brutal puñetazo en su rostro.
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Desorientado, el sujeto se tambaleó hasta caer de bruces sobre la mercancía de un comercio, donde permaneció tirado durante varios minutos.
(FUENTE: EXCÉLSIOR)