Aquí, cinco trágicas historias de creadores que fueron destruidos por sus propios inventos.
Alexander Bogdanov: en 1920 este médico ruso comenzó a experimentar con transfusiones de sangre. Estaba convencido de que renovando el caudal sanguíneo era posible obtener la “juventud eterna”. Luego de realizarse exitosamente once transfusiones, se inyectó sangre de un estudiante infectado de malaria y murió.
Thomas Andrews: el ingeniero naval responsable de la construcción de monumental Titanic iba a bordo de la nave la noche del fatídico accidente. Aunque en su diseño original había propuesto la instalación de 46 botes salvavidas, los constructores sólo dispusieron 20. Murió intentando salvar la vida de la mayor cantidad posible de pasajeros.
Marie Curie: la doble ganadora del Premio Nobel, por el descubrimiento del radio y el polonio, y el desarrollo de los Rayos X; murió en 1943 a causa de los severos efectos del material radiactivo con el que experimentaba. Su trabajo ayudó a salvar millones de vidas.
Jean-François Pilâtre de Rozier: a fines del siglo XVIII, Rozier, pionero de la aviación, creó su propio globo aerostático. Durante el vuelo inaugural, un fuerte viento desinfló el vehículo, que se estrelló en el Paso de Calais, causando la muerte de su inventor.
William Bullock: en 1867 Bullock desarrolló una imprenta automática que revolucionaría la industria editorial. El inventor fue herido por la máquina durante una prueba de rutina, y murió a causa de una gangrena en su pierna.
FUENTE:YUHISTORY
