El Solar Impulse 2, el avión experimental que intenta volar alrededor del mundo sin una sola gota de combustible, está listo para despegar de China en cuanto las condiciones meteorológicas en el Océano Pacífico lo permitan, en la que hasta ahora, sería la parte más difícil y peligrosa de su viaje.
Aunque el avión despegaría este martes temprano, el despegue fue pospuesto debido al mal tiempo.
Los pilotos y su equipo incluso le han puesto un nombre a este tramo: «El momento de la verdad». Andre Borschberg, un ingeniero suizo y antiguo piloto de combate, será el único en la cabina durante el vuelo sin paradas de Nankín a Hawái.
«En realidad me siento un poco emocionado en el sentido de que por muchas semanas hemos estado trabajando duro para encontrar una oportunidad», le dijo Borschberg el lunes a CNN por teléfono desde Nankín.
«Sabía que iba a tomar tiempo… pero no fue fácil esperar».
Retrasos imprevistos
El avión ha estado en China desde finales de marzo, después de que una parada técnica en Chongqing que estaba planificada para una noche se extendiera a tres semanas, y después en Nankín desde el 21 de abril, donde el mal clima ha retrasado repetidamente el vuelo.
El equipo del proyecto ha previsto que el vuelo, a través del océano Pacífico hasta Hawái, durará seis días y seis noches, debido al clima a lo largo de la ruta.
Eso es más que las 120 horas que inicialmente el equipo había proyectado que durara el vuelo de 8.000 kilómetros, el cual por mucho era el tramo más largo del viaje.
El avión necesita condiciones climáticas casi perfectas para volar, y todavía existe la posibilidad de que el despegue pueda retrasarse.
Borschberg y su socio en el negocio, Bertrand Piccard, un psiquiatra y explorador suizo, han estado volando el avión por turnos desde que despegaron de Abu Dabi en marzo.
Planificación meticulosa
Hay mucho en juego.
Han sido 12 años los que se han ocupado para preparar su misión, la cual dicen los pilotos que va dirigida a demostrar la potencia de la energía renovable y, de esa manera, estimular la innovación.
Ambos pilotos han dejado claro que no existen garantías.
En abril, cuando CNN contactó a Piccard en China, él fue contundente acerca de los desafíos del vuelo en solitario durante días sobre el océano abierto.
«Quizá será un fracaso. Andre y yo estamos muy claros con nosotros mismos respecto a que quizá tengamos que saltar en paracaídas», dijo Piccard.
Ambos pilotos han entrenado intensamente en cuanto a la manera de abandonar el avión, cómo quitarse el paracaídas en el océano y cómo inflar un bote salvavidas que viene adherido a sus trajes de vuelo.
Su equipo de apoyo, el cual cuenta con más de 150 personas, también se ha preparado para todo, desde un problema de comunicación hasta el peor de los casos.
«Por un lado tienes una enorme emoción, aunque también una cierta sensación de nerviosismo», dijo Gregory Blatt, director general del equipo.
«Nadie más ha hecho antes lo que estamos haciendo. Es la primera vez en la historia».
Desafíos
El vuelo también presentará tremendos desafíos físicos y mentales para el piloto.
La cabina no está presurizada, lo que significa que Borschberg tendrá que usar una máscara de oxígeno cuando el avión vuele a mayores altitudes… aproximadamente la mitad del viaje de seis días.
En la noche, si el tiempo lo permite, Borschberg podrá activar el piloto automático y hacer una siesta, pero solamente en periodos de 20 minutos.
También practicará yoga y utilizará técnicas de respiración especializadas con el fin de relajarse.
Una vez que el Solar Impulse llegue a Hawái, Piccard tomará su turno en los mandos para el vuelo hacia Phoenix, Arizona.
Se espera que su viaje alrededor del mundo, el cual cubrirá unos 35.000 kilómetros, se realice por lo menos en unos cinco meses.
( FUENTE CNN ESPAÑOL)