¿Qué significan las categorías de los huracanes?
Se usan cinco niveles en función de la velocidad del viento. También brindan una idea del potencial que tiene la tormenta para causar daños.
Según la velocidad de sus vientos, los huracanes se clasifican en cinco tipos en la Escala de Huracanes de Saffir-Simpson. La escala fue desarrollada por el ingeniero estructural Herb Saffir, y el meteorólogo Bob Simpson.
Los huracanes se dividen en cinco categorías en función de la velocidad del viento que producen:
Categoría 1: vientos entre 119 km/h y 153 km/h
Categoría 2: vientos entre 153 km/h y 177 km/h
Categoría 3: vientos entre 178 km/h y 208 km/h
Categoría 4: vientos entre 209 km/h y 251 km/h
Categoría 5: vientos de 252 km/h o superiores.
Para ser considerado un huracán “mayor”, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, un ciclón debe alcanzar la categoría 3 o superior.
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La fuerza de un huracán es relevante porque ayuda a los meteorólogos a brindar una idea del tipo de daños potenciales para los habitantes que están en la trayectoria.
Un huracán de categoría 2, por ejemplo, puede causar graves daños en los techos de las casas, partir o arrancar árboles poco arraigados y dejar sin electricidad a una zona durante días o semanas.
Cuando un huracán alcanza la fuerza de categoría 5, el centro puede predecir que “se producirán daños catastróficos” según la escala Saffir-Simpson. Los vientos de un huracán de categoría 5 pueden destruir casas, derribar árboles y tendidos eléctricos y, posiblemente, dejar una zona sin electricidad durante semanas o meses.
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Dado que la escala de categorías de los huracanes se basa únicamente en la velocidad del viento, hay una serie de factores que no se tienen en cuenta.
“El viento es solo uno de cuatro peligros, los cuatro peligros principales, asociados a un ciclón tropical”, dijo Michael Brennan, director del Centro Nacional de Huracanes, utilizando el término más amplio para un huracán. “También puede haber precipitaciones e inundaciones, marejadas, tornados y corrientes de resaca”.
Otros peligros relacionados con los huracanes pueden producirse después de que la tormenta haya atravesado una zona.
Cuando una zona afectada se queda sin electricidad, por ejemplo, muchas personas suelen recurrir a generadores portátiles para producir electricidad. Pero cuando se utilizan de manera inadecuada, pueden provocar intoxicaciones por monóxido de carbono.
Y un huracán débil de categoría 1, o incluso una tormenta tropical, puede causar graves daños. Una tormenta tropical puede tener vientos de entre 63 km/h y 118 km/h. Si la tormenta se fortalece y produce vientos de hasta 119 km/h, se convierte en un huracán de categoría 1.
“Hay muy poca diferencia, casi imperceptible, entre una fuerte tormenta tropical con vientos máximos sostenidos de unos 112 km/h y un huracán de categoría 1”, explicó Brennan. “Hay suficiente incertidumbre como para que esas distinciones —1,6 km/h o incluso 8 km/h— no representen una gran diferencia”.
FUENTE: NYT