Contar las calorías no es simplemente un fastidio, sino que en realidad podría aumentar el riesgo de depresión, señala un estudio reciente.
Las personas que seguían dietas bajas en calorías puntuaron más alto en los síntomas de depresión, en comparación con las que no hacían dieta, reportaron los investigadores en la edición del 3 de junio de la revista BMJ Nutrition Prevention & Health.
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Las personas con sobrepeso y los hombres eran particularmente vulnerables a los cambios de humor que acompañan a una dieta baja en calorías, muestran los resultados.
“Las dietas restringidas en calorías se asociaron con evaluaciones más altas de síntomas depresivos, lo que contrasta con los hallazgos de estudios controlados anteriores”, concluyó un equipo dirigido por el investigador sénior, el Dr. Venkat Bhat, profesor asociado de psiquiatría de la Universidad de Toronto.
“Además, los hombres biológicos y las personas con sobrepeso parecen ser más vulnerables a los efectos negativos de la alimentación restrictiva”, añadió el equipo.
Reducir las calorías también podría robarle al cerebro los nutrientes necesarios para mantener un estado de ánimo equilibrado, especularon los investigadores.
En el estudio, los investigadores dieron seguimiento a la salud de más de 28,500 participantes en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de EE. UU. entre 2007 y 2018.
Todas estas personas habían completado un cuestionario que evaluaba los síntomas de depresión, y también se les preguntó si estaban siguiendo alguna dieta en particular.
En total, poco menos del 8 por ciento de los participantes reportaron síntomas de depresión.
Los investigadores clasificaron a todos en función de su patrón dietético, incluidas las dietas que restringían las calorías, las dietas que reducían nutrientes específicos como los carbohidratos o las grasas, o las dietas establecidas para ayudar a controlar problemas de salud como la diabetes o las enfermedades cardíacas.
Alrededor de un 87 por ciento de las personas no seguían ninguna dieta en absoluto, mientras que un 8 por ciento seguía una dieta baja en calorías, un 3 por ciento una dieta restrictiva en nutrientes y un 2 por ciento un patrón dietético por motivos de salud, apuntaron los investigadores.
Los que seguían dietas restrictivas de calorías puntuaron más alto en los síntomas de depresión que los que no seguían ninguna dieta, muestran los resultados.
Las personas con sobrepeso que seguían una dieta baja en calorías o restrictiva en nutrientes obtuvieron reducción aún más altas, encontraron los investigadores.
Y cualquier tipo de dieta afectaba el estado de ánimo de los hombres, según el estudio.
Estos hallazgos contradicen directamente estudios anteriores que encontraron que las dietas bajas en calorías aliviaban la depresión, dijeron los investigadores.
“Esta discrepancia podría surgir porque los estudios anteriores fueron principalmente ensayos controlados aleatoriamente en los que los participantes se adhirieron a dietas cuidadosamente diseñadas para garantizar una ingesta equilibrada de nutrientes”,
agregaron los investigadores.
En la vida real, las dietas restringidas en calorías con frecuencia resultan en deficiencias nutricionales y estrés que pueden empeorar los síntomas de la depresión, escribió el equipo.
Por ejemplo, la glucosa y los ácidos grasos son fundamentales para la salud del cerebro.
“Las dietas bajas en carbohidratos (glucosa) o grasas (omega-3) pueden, en teoría, empeorar la función cerebral y exacerbar los síntomas cognitivo-afectivos, especialmente en hombres con mayores necesidades nutricionales”,
escribió el equipo.
Las personas que siguen esas dietas también podrían deprimirse si no logran perder peso o si hacen un ciclo de peso, bajando de peso solo para volver a subir, apuntaron los investigadores.
El Dr. Sumantra Ray, científico jefe y director ejecutivo del Instituto Global NNEdPro para la Alimentación, la Nutrición y la Salud del Reino Unido, revisó los hallazgos.
Dijo que el nuevo estudio “se suma a las evidencias emergentes que vinculan los patrones dietéticos con la salud mental, lo que plantea preguntas importantes sobre si las dietas restrictivas que son bajas en nutrientes considerados beneficiosos para la salud cognitiva, como los ácidos grasos omega 3 y la vitamina B12, podrían precipitar síntomas depresivos”.
Sin embargo, Ray agregó que los efectos observados sobre la depresión eran relativamente pequeños.
“Se necesitan más estudios bien diseñados que capturen con precisión la ingesta dietética y minimicen el impacto del azar y la confusión para continuar con esta importante línea de investigación”,
planteó en un comunicado de prensa.
