¿Qué hay detrás de la tradición del Día de Reyes entre los países de habla hispana?
El Día de Reyes, celebrado cada 6 de enero, es una de las tradiciones más mágicas entre los países de habla hispana. Desde las cabalgatas en Colombia, hasta la Rosca de Reyes en México y las festividades en Puerto Rico, esta celebración combina aspectos religiosos, culturales e históricos.
El 6 de enero es probablemente el día más mágico para muchos de los países de habla hispana, tanto del continente americano como de España. Es el Día de Reyes, en el que Melchor, Gaspar y Baltasar -los Reyes Magos que honraron al Niño Jesús según la tradición católica- recorren las casas para entregar regalos a los más pequeños, que ilusionados aguardan la llegada de Sus Majestades,
“En Colombia, siempre se hacen realizan cabalgatas por la calle, con gente disfrazada y con mucha música y baile, que no puede faltar”, explica Natalia Ramírez, una colombiana que lleva más de 12 años residiendo en Barcelona, España, otro de los lugares donde también se celebra esta festividad.
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Así se celebran los Reyes Magos en América Latina
En otros países como México, Venezuela, Argentina o Uruguay la llegada de los Reyes es una de las fiestas más importantes del año. La noche del 5 de enero, niños colocan sus zapatos junto a una carta en la que han pedido sus regalos, acompañados a menudo de pasto y agua para los camellos de los Reyes. Al día siguiente, despiertan con la emoción de encontrar juguetes y dulces.
“Siempre lo recuerdo como un día que lo vivíamos con mucha ilusión, ahora trato de traspasar ese sentimiento a mis hijos”, comenta Rubén Sarabia, un mexicano de 38 años, que vive en el sur de la Florida.
La celebración mexicana incluye también la tradicional Rosca de Reyes, un pan dulce adornado con frutas cristalizadas que simbolizan las joyas de la corona real. Es común que dentro de la rosca se esconda una pequeña figura del Niño Jesús: quien la encuentre se convierte en el anfitrión del Día de la Candelaria, celebrado el 2 de febrero.
En el Caribe, las festividades adquieren un sabor tropical. En Puerto Rico, los niños recogen pasto o hierba para los camellos y la colocan bajo sus camas. Al amanecer, encuentran sus regalos como recompensa. Mientras tanto, en la República Dominicana, desfiles y actividades culturales dan vida a las celebraciones, donde comunidades enteras se reúnen para recordar la importancia de la solidaridad y la familia.
En regiones andinas, como Perú y Bolivia, el Día de Reyes se combina con celebraciones indígenas y se convierte en una oportunidad para rendir homenaje a los ancestros y agradecer por la cosecha. Las ferias locales se llenan de música, danza y gastronomía típica, integrando elementos culturales autóctonos.
¿Cuándo se empezó a celebrar el Día de Reyes?
Francisco José Gómez, historiador y autor de varias obras sobre la Navidad y los Reyes Magos, señala que “junto a las fiestas de la Pascua, el día de Reyes es la fiesta más antigua del mundo occidental”.
Según Gómez, la figura de los Reyes Magos aparece documentada por primera vez en el siglo II Después de Cristo, reflejada en “algunos escritos de los Santos Padres que ya van contando algunas anécdotas”. Sin embargo, explica a la Voz de América que hay escasas referencias previas porque “los primeros cristianos no celebraban la Navidad porque estaban convencidos de que Cristo iba a venir”.
El origen de esta celebración se sitúa en Oriente, desde donde se extendió hacia Roma, la Galia y otras regiones de influencia cristiana, consolidándose como figuras “fundamentales para el cristianismo”.
“Los reyes magos son los gentiles que reciben la revelación de Cristo y lo reconocen como Mesías, por lo que la presencia de los magos es lo que hace que llegue a otras razas”, indica el investigador que ha desarrollado ampliamente este tema en su libro Historia de la Navidad (Editorial Nowtilus, 2019).
A pesar de las escasas menciones en los Evangelios, los Reyes Magos adquieren un papel destacado con el tiempo, en parte gracias a “la inquietud enorme del pueblo cristiano por su presencia”, detalla Gómez.
“Lo que el pueblo cristiano va añadiendo a los reyes magos es fundamental para entender quienes son ellos, cuál es su importancia, qué sentido tienen los regalos, las edades, los lugares de dónde proceden, el número, cómo van apareciendo”, agrega. Incluso hubo momentos en la historia en los que se mencionaron hasta doce Reyes Magos, “imitando a las 12 tribus de Israel, que es la nueva humanidad que sigue a Cristo”.
El historiador también destaca el simbolismo de estas figuras en las diferentes etapas de la vida: “Melchor es anciano, Gaspar es adulto y Baltasar es joven, lo que significa que cualquier edad es buena para reconocer a Jesús como el Mesías”.
La prohibición del Día de Reyes y otras festividades
La festividad de los Reyes Magos, profundamente arraigada en las culturas hispanas y traída a América Latina por los colonizadores españoles, ha sobrevivido a lo largo de los siglos, aunque no sin dificultades.
En el siglo XVII, bajo el liderazgo de Oliver Cromwell, primer ministro británico, todas las celebraciones navideñas, incluido el Día de Reyes, fueron suprimidas. “En ese entonces, estaba prohibido cantar villancicos o preparar un gran festín para conmemorar la llegada del Niño Jesús”, comenta Gómez, haciendo referencia a registros históricos de la época.
Según el investigador británico Desmond Morris, esta prohibición también afectó a tradiciones como la elaboración de los “mince pies”, pasteles navideños típicos del Reino Unido. Morris sostiene que “además, se trató ese día como un día laborable y el Parlamento incluso celebró sesiones el mismo día de Navidad entre 1644 y 1656”. Gómez añade que “ellos arrasaron con la Navidad, de manera que los países anglosajones son muy pobres a la hora de celebrar la Navidad” en términos de tradiciones.
Aunque la festividad fue restaurada posteriormente, Gómez subraya que en los países de influencia anglosajona se celebra únicamente el día de Navidad (“Christmas Day”), sin dar relevancia a otras fechas como Nochebuena o el Día de Reyes.
La influencia de España en la celebración hispana
Este contexto contribuyó a que las festividades navideñas, especialmente las dedicadas a los Reyes Magos, cobraran mayor importancia en los territorios colonizados por España. “España es el país que con mayor grandiosidad celebra las fiestas de Navidad y esto supone un gran aporte cultural a los territorios de habla hispana”, explica Gómez, quien también es autor de El día de Reyes. Cuentos españoles de Navidad I y La Noche de Navidad. Cuentos españoles de Navidad II.
En épocas pasadas, los Reyes Magos llegaron incluso a asociarse con monarcas históricos. “Los reyes se identificaban plenamente con el rey Gaspar. De hecho, Carlos V va a aparecer representado como rey Gaspar en muchas imágenes de las iglesias, al igual que Fernando el Católico”, añade.
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La identidad de los Reyes Magos
A pesar de que la Biblia no menciona los nombres Melchor, Gaspar y Baltasar, estos aparecen en el Evangelio apócrifo armenio de la infancia de Jesús. Gómez explica que “esos nombres triunfaron, vamos a decirlo así, porque en los primeros tiempos hay un proceso de unificación de todas las creencias y tradiciones”. Además, “en el Evangelio armenio de la infancia de Jesús se dice que cada uno era rey de tres países diferentes, hermanos, y que procedían de Europa, Arabia y la India”.
Además, la simbología de los regalos también es significativa para la tradición cristiana. “Oro a Cristo porque es rey, incienso porque es Dios y la mirra porque va a morir joven, según la profecía de una muerte violenta, y hay que embalsamarlo”, detalla.
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El significado de «magos»
El Evangelio de San Mateo utiliza el término griego “magoi” para referirse a los Reyes, lo que Gómez interpreta como “astrónomos, no magos en el sentido moderno de prestidigitadores”. Estos sabios, que según algunas teorías podrían haber sido astrónomos babilónicos o persas, simbolizan el reconocimiento de Cristo por parte de los no cristianos.
“Desde siempre eran magos, no en el sentido de prestidigitador que nosotros conocemos, sino de astrónomo”, apostilla Gómez.
FUENTE: VOZ DE AMERICA