Tu próximo tatuaje podría ser más riesgoso de lo que se supone, según sugiere un estudio reciente. Los científicos han hallado evidencia de un potencial vínculo entre la tinta de los tatuajes y un riesgo aumentado de sufrir determinados tipos de cáncer. Los investigadores de la Universidad del sur de Dinamarca (SDU) son los responsables de este estudio que se publicó en enero en BMC Public Health. Compararon gemelos y encontraron que los que estaban tatuados tenían un riesgo mayor de sufrir cáncer de piel y linfoma. Harán falta más estudios para entender si esta conexión es causal, y si es así, cuáles son las razones, según informaron los científicos.
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Los tatuajes se han vuelto cada vez más populares. Según una encuesta de Pew de 2023, un tercio de los estadounidenses tiene un tatuaje, y el 22% tiene más de uno. Por eso es importante conocer los efectos potenciales a largo plazo que podrían tener los tatuajes, y los investigadores dicen que todavía no se han hecho suficientes estudios para entender si la tinta de los tatuajes podría ser carcinogénica.
Para su estudio analizaron datos del Cohorte de Tatuajes en Gemelos de Dinamarca (DTTC), que crearon los científicos de la SDU en 2021 para estudiar a gemelos y su historia de tatuajes, buscando voluntarios en el histórico Registro de Gemelos de Dinamarca, que también lleva adelante la SDU. Con eso, los investigadores pudieron conocer el estado del tatuaje y hacer el seguimiento de si la persona sufrió cáncer después. Específicamente buscaron casos de cáncer en parte del cuerpo donde se sabe que se deposita la tinta para tatuar, como la piel y los ganglios linfáticos.
¿Por qué con gemelos?
Los investigadores contaban con información de casi 6.000 gemelos adultos, y la usaron para llevar a cabo dos tipos de estudios distintos que comparaban los resultados relacionados con el cáncer en gemelos tatuados y no tatuados. En ambos trabajos los gemelos con tatuajes tenían posibilidades notablemente mayores de sufrir cáncer de piel y linfoma, en comparación con sus hermanos.
El riesgo añadido exacto relacionado con los tatuajes era diferente dependiendo del tipo de cáncer, las características del tatuaje y otros factores relevantes como la edad. Pero el riesgo asociado más grande se vio con los tatuajes que son de tamaño mayor al de la palma de una mano. La gente con estos tatuajes tenía un riesgo dos a tres veces mayor de sufrir estos tipos de cáncer, que la gente que no estaba tatuada. Es un dato clave porque constituye una posible señal del efecto respuesta-dosis, que fortalecería el argumento de que sí hay una relación. “Nos preocupa que la tinta para tatuar en su interacción con las células que la rodean pueda tener consecuencias graves”, escribieron los autores del trabajo.
Este tipo de estudio por sí solo no puede usarse para confirmar una relación de causa y efecto entre los tatuajes y el cáncer. Pero los estudios con gemelos en general les permiten a los científicos evitar muchas de las limitaciones que hay en estudios similares (porque los gemelos son tan iguales genética y a menudo, ambientalmente, hay menos factores añadidos en los datos). También ha habido al menos cuatro estudios más en años recientes que estudiaron este problema. Tres de ellos, con dos que estudiaron a personas que residen en EE.UU., sugieren un vínculo posible en tanto que el otro no logró hallar relación alguna.
Al mismo tiempo podría haber otras explicaciones. La gente que se tatúa puede tener más probabilidades de tener otras conductas relacionadas con el cáncer como fumar y beber. De modo que tener un tatuaje puede simplemente ser un marcador indirecto de un riesgo aumentado de sufrir cáncer, y no ser la causa. Los tatuajes también disminuyen las probabilidades de la detección temprana del cáncer de piel, que luego podría llevar a resultados peores (en esta situación los tatuajes no causarían cáncer, pero los tornarían más peligrosos).
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¿Hay relación? ¿O no?
Otra pregunta que queda pendiente, suponiendo que la relación exista, es exactamente qué es lo que la causa. Es posible que la tinta para tatuar agite nuestras células de una manera particular, causando inflamación u otros cambios que pudieran propiciar la formación de cáncer. Algunos estudios también hallaron que los ingredientes de determinados colores de tinta, como el negro o el rojo, son más perjudiciales o alergénicos que otros. Los investigadores no hallaron evidencia clara del efecto del color en su estudio, pero no descuentan que podría tener relevancia. En todo caso, el equipo dice que hay que seguir investigando para llegar al fondo de este potencial problema. “Se recomienda continuar con estudios que señalen el camino etiológico de la carcinogénesis inducida por la tinta para tatuar”, escribieron.
fuente: cambio 22