En una carrera construida sobre un espectáculo deslumbrante y temas universales de amor, paz y unidad, ‘They Don’t Care About Us’ (‘No les importamos’) de Michael Jackson destaca como su obra más confrontativa e implacable.
Con sus letras que aluden al racismo, la brutalidad policial y la violencia estatal, la canción, lanzada en 1996 como el cuarto sencillo de su álbum ‘HIStory: Past, Present and Future, Book I’, era inequívocamente política. “Lo único que quiero decir es que en realidad no les importamos”, cantaba Jackson, reinterpretándose no como la superestrella mundial, sino como una víctima de la injusticia, de la traición y del abandono social.
Para amplificar el mensaje de la canción, Jackson y el cineasta Spike Lee decidieron viajar a Brasil y grabar el video musical en Pelourinho, centro histórico de Salvador de Bahía, y en la favela Santa Marta en Río de Janeiro, controlada en aquel momento por Márcio Amaro de Oliveira, alias Marcinho VP, un traficante de drogas y una figura clave de la mayor organización criminal brasileña Comando Vermelho (‘Comando Rojo’).
Conflicto con autoridades y negociaciones con narcos
Sin embargo, esto provocó un conflicto inmediato con las autoridades cariocas. Preocupadas por que las imágenes de la pobreza pudieran dañar la reputación de la ciudad, afectar al turismo e, incluso, perjudicar la candidatura de Río para los Juegos Olímpicos de 2004, los políticos intentaron detener el rodaje. Uno de ellos incluso exigió el control editorial sobre las imágenes. Mientras, un juez dictó una orden de prohibición de rodar que posteriormente fue revocada.
En esa situación, el equipo de producción tuvo que negociar entre bastidores con narcotraficantes locales para obtener permiso para filmar, lo que puso de relieve los problemas sistémicos que Jackson buscaba exponer.
Lee explicó en 2018 en una entrevista cómo lo manejaron:
“Para garantizar la seguridad de Michael, tuvimos que hablar con el narcotraficante Marcinho VP porque la Policía brasileña se negaba a subir a las colinas de la favela”
Kátia Lund, una brasileña graduada de la Universidad de Brown, que trabajaba para Lee, fue enviada a hablar con Marcinho VP y negociar la protección del rey del pop.
“Con Michael Jackson aquí, este será el lugar más seguro del mundo”
“No llegué a conocer a Marcinho. Me envió un mensaje diciendo que si decidíamos hacer el video con Michael [en la favela Santa Marta], podíamos dejar un millón de dólares en la calle y nuestro equipo de filmación, y nadie lo tocaría”, dijo. Además recordó que el criminal le aseguró: “Con Michael Jackson aquí, este será el lugar más seguro del mundo”.
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El productor afirmó que él y su equipo no pagaron “ni un centavo” al grupo criminal para grabar el video y que simplemente pidieron permiso y se les concedió un paso seguro. “El tipo era un gran fan de Michael Jackson”, añadió.
Por su parte, Lund quedó tan fascinada por la subcultura de las favelas que, 6 años después, codirigió la película ‘Ciudad de Dios’, que fue nominada a cuatro premios Óscar.
Mientras, el entonces jefe de seguridad de Río, el general Nilton Cerqueira, expresó posteriormente su frustración ante la prensa, afirmando que el equipo de Jackson había obviado la coordinación policial necesaria y, en cambio, se había apoyado en pandillas de las favelas.
Un antes y un después para la comunidad local
Por su parte, los residentes locales acogieron con entusiasmo la presencia de la estrella y su equipo. Para ellos, la llegada de Jackson fue un momento de reconocimiento: bailó con Olodum, organización cultural y social de Bahía que lucha contra el racismo y preserva la cultura afrobrasileña, abrazó a los fans que se abalanzaron sobre los guardias de seguridad y convirtió las calles de la favela en el corazón del video.
La versión final del clip ofreció un caleidoscopio de color, ritmo y orgullo popular. Más de 25 años después, la grabación cuenta con más de 1.200 millones vistas en YouTube, convirtiéndose en uno de los pocos videos musicales de la historia en sobrepasar los mil millones de reproducciones.
Un año después de la muerte de Michael Jackson, Río de Janeiro inauguró una estatua del cantante en la favela que, tras el rodaje, se convirtió de un lugar que fue tristemente célebre por el narcotráfico, aunque también se desarrollaron políticas sociales que mejoraron la situación.
Así, en diciembre de 2008, Santa Marta se convirtió en la primera favela de la ciudad en recibir una Unidad de Policía Pacificadora, dentro de un programa gubernamental para reducir la violencia, el narcotráfico y el control de grupos criminales. Aunque la criminalidad bajó, todavía persisten focos armados. Además, desde 2011, es un punto turístico oficial, que recibe cada mes unos 3.000 visitantes. Los recorridos incluyen visitas por los callejones, miradores y escalinatas, mientas los guías narran la historia de la favela y su transformación desde la llegada del rey del pop.
¿Qué pasó con Marcinho VP?
Mientras, Marcinho VP fue hallado muerto en julio de 2003 en la prisión de máxima seguridad Bangu 3, donde cumplía una condena de 25 años por narcotráfico. Su cuerpo fue encontrado por los guardias penitenciarios dentro de un contenedor de basura.
Las autoridades indicaron que el delincuente murió por asfixia. “Él no se llevaba bien dentro de la facción [Comando Vermelho]”, indicaron, añadiendo que el narcotraficante tenía problemas con la facción debido a los relatos contenidos en el libro ‘Abusado’, publicado el mismo año por el periodista Caco Barcellos, que aborda el tema del narcotráfico en la favela Santa Marta.
A su vez, el Comando Vermelho sigue representando casi medio siglo después de su surgimiento uno de los mayores desafíos para la seguridad pública de Brasil. Su influencia se extiende desde las favelas hasta las cárceles federales y las fronteras internacionales, donde sus redes operan con una mezcla de violencia, control social y poder económico.
Así, en octubre de 2025, los enfrentamientos del grupo con la policía derivaron en operativos de gran escala en los complejos de Alemão y Penha de Río de Janeiro. Las acciones, ordenadas por el Gobierno local, dejaron un saldo de 132 muertos y 81 detenidos, en lo que la prensa local calificó como “la operación más letal de la historia de Río de Janeiro”. Tras el operativo, 10 integrantes de la cúpula del Comando Vermelho fueron trasladados a prisión.
Fuente: Actualidad RT
