Es más o menos claro cuando uno está más entusiasmado que el otro; el problema es no saber de qué lado estás tú…
El síndrome del subibaja aparece en algunos momentos de la relación amorosa: es cuando uno de los dos quiere más. Este fenómeno ocurre con frecuencia y es una especie de compensación emocional; cuando uno está más enamorado que el otro, éste no siente necesitad de esforzarse en la relación porque cree tener todo seguro.
Sin embargo, el primero se cansa de estar en esa situación, por lo que eventualmente va mostrando menos interés en la relación. Paradójicamente, esto ocasiona que el otro comience a mostrarse más cariñoso y atento. Entonces ambos se hunden en un círculo vicioso donde siempre uno de los dos está arriba y el otro abajo, nunca en equilibrio.
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¿Cómo saber de qué lado estás?
Es más o menos claro cuando uno está más entusiasmado que el otro, pero si necesitas más señales para quitarte de dudas, aquí hay algunas:
1 Durante el día normal
+Tú:
Le mandas mensajes de buenos días, le preguntas si ya comió, lo etiquetas en Facebook, le marcas por las noches para ver si ya llegó a su casa y haces todo lo posible por verlo aunque sea unos minutos.
+Tu pareja:
No tiene iniciativa para saludarte así que espera a que tú lo hagas. Te deja en visto por horas y pretexta el trabajo para no contestarte. Te dice que te llama luego y después te mensajea diciéndote que se le «pasó el tiempo», además aplaza sus encuentros por días.
2. Cuando salen con amigos
+Tú:
Todos tus amigos saben de tu relación porque no te cansas de presumirles todo el amor que sientes. En todas las reuniones invitas a tu pareja para que los conozca. Lo incluyes en salidas cotidianas y hasta en viajes con tus mejores amistades.
+Tu pareja:
Apenas figuras en el conocimiento de sus amigos. Cuando te presenta evita las cursilerías y te trata como una persona más. No estás invitada ni en los planes esporádicos ni en los eventos importantes que él tiene con alguno de ellos.
3. En el sexo
+Tú:
Para ti es importante que tu pareja disfrute y se sienta cómodo. Planeas con antelación sus encuentros y te esfuerzas para que sean perfectos. Estás al tanto de sus necesidades y deseos pero tampoco insistes si ves que no tiene muchas ganas.
+Tu pareja:
Los abrazos son escasos después de tener sexo. Va al punto sin saber si realmente tú también lo quieres, sólo lo da por hecho. En sus besos y miradas puedes ver que en ese momento no existe una conexión más allá de los cuerpos.
4. Cuando están juntos
+Tú:
Tu tarde perfecta es estar abrazados en el sofá mientras ven una serie o película. Te encanta platicar con él sobre cómo te sientes y te interesa escucharlo también. Te gusta hacerle mimos y buscas tomarlo de la mano cuando van por la calle. Constantemente le haces saber lo importante que es para ti.
+Tu pareja:
Estar un par de horas juntos, comer algo rápido, platicar un poco de cómo les fue en la semana, ir al cine o ir a tomar un café es suficiente. No presta mucha atención en lo que le cuentas y tampoco es muy expresivo en cuanto a lo que siente. Te trata como si fueran viejos compañeros de escuela.
No es que esté mal. Hay personas que tienen un temperamento frío y reservado o simplemente hay a quienes les cuesta abrir sus sentimientos de par en par. El que tu pareja tenga estos comportamientos no implica que no te quiera o que esté jugando contigo. Recuerda que amar es una decisión, nunca una obligación. Si tu amas a alguien, lo haces de manera desinteresada y sin esperar que sientan lo mismo por ti. Evita encender todas tus señales de alarma y comenzar a pensar que “no te quieren” o que debes dejar esa relación. Toma en cuenta que todos tienen una forma diferente de demostrar sus afectos, lo mejor sería platicar con el otro para saber si algo está sucediendo.
Fuente: Cultura Colectiva