Las altas temperaturas que se registran en buena parte del país no afectan a todos por igual. Los niños, especialmente los más pequeños, corren mayor riesgo durante las olas de calor, ya que su cuerpo no regula la temperatura de la misma manera que el de un adulto. Esto los hace más vulnerables a sufrir golpes de calor, deshidratación y otras complicaciones que pueden poner en peligro su salud.
De acuerdo con especialistas en salud infantil, los menores de cinco años son los más expuestos, en particular los bebés de 0 a 1 año, debido a que su sistema de sudoración aún no está completamente desarrollado y dependen totalmente de los adultos para mantenerse hidratados y protegidos del sol. Los niños entre 1 y 4 años también están en riesgo, sobre todo si juegan al aire libre por largos periodos de tiempo sin la protección adecuada.
“El cuerpo de un niño se calienta de tres a cinco veces más rápido que el de un adulto. Además, los niños pequeños no siempre expresan que tienen sed o calor, por lo que los adultos deben estar muy atentos”, explica la pediatra Ana Gabriela Torres. Añade que es común que los padres subestimen el efecto del calor si el niño no se queja, lo que puede llevar a situaciones graves.
Entre los principales síntomas de alerta ante un golpe de calor en niños están: piel muy caliente y seca (sin sudor), somnolencia excesiva, llanto sin lágrimas, vómito, mareo, confusión o incluso pérdida del conocimiento. Ante cualquiera de estos signos, se debe acudir de inmediato al médico o a un centro de salud.
La doctora Torres enfatiza que el calor extremo “no debe tomarse a la ligera, porque cada año se reportan casos de hospitalización por deshidratación severa en menores”. Recalca que la prevención es la mejor herramienta para cuidar a los niños durante la temporada de calor.
Afirma que, en tiempos donde el cambio climático incrementa la frecuencia e intensidad de las olas de calor, estar informados y actuar con responsabilidad puede marcar la diferencia entre una tarde segura y una emergencia médica.
PARA PREVENIR RIESGOS, LOS EXPERTOS RECOMIENDAN:
- Evitar exponer a los niños al sol directo entre las 11:00 y 16:00 horas, cuando el calor es más intenso.
- Vestirlos con ropa ligera, de colores claros y telas frescas como algodón.
- Ofrecerles agua frecuentemente, incluso si no la piden, y evitar bebidas azucaradas o muy frías.
- Nunca dejarlos dentro de un automóvil cerrado, aunque sea por unos minutos.
- Mantener las habitaciones ventiladas y, si es posible, usar ventiladores o aire acondicionado.
Además, en caso de salir al parque o a la playa, se sugiere aplicar protector solar cada dos horas y ofrecerles frutas con alto contenido de agua, como sandía, melón o pepino.