A pesar del estremecedor testimonio de Cassie Ventura y otras presuntas víctimas, el juicio federal por tráfico sexual contra Sean “Diddy” Combs podría estar tambaleándose por una aparente debilidad en la estrategia de la fiscalía.
Así lo advirtió Jennifer Biedel, exfiscal federal del Distrito Sur de Nueva York, quien declaró a la revista PEOPLE que los fiscales “han tardado demasiado en presentar su caso”, lo que podría estar erosionando la atención y la confianza del jurado.
El rapero de 55 años, ha mantenido una actitud calmada y observadora en la sala del tribunal de Manhattan. Sin embargo, su comportamiento no ha pasado desapercibido.
El juez Arun Subramanian lo amenazó este 5 de junio con expulsarlo de la sala por supuestamente hacer gestos faciales dirigidos a los miembros del jurado.
Entre pausas, el productor ha intercambiado besos y señales de corazón con su madre, Janice, quien asiste al juicio desde la galería.
El artista enfrenta cargos que podrían significar cadena perpetua: tráfico sexual, extorsión, prostitución y crimen organizado.
No obstante, expertos legales como Jennifer Biedel ponen en duda la efectividad de la acusación. “Si el jurado tuviera que decidir hoy, no creo que condenara”, afirmó.
En su opinión, la fiscalía no ha logrado presentar pruebas suficientes para sostener los elementos esenciales de un caso por crimen organizado bajo el estatuto RICO.
“No cuentan con el resto de las pruebas en este momento. Pero para obtener una condena, la fiscalía tiene que identificar a los cómplices y probablemente llamarlos como testigos —al menos a algunos de ellos, y yo los habría mencionado antes— y comprender el alcance de lo que sucedió, cómo comenzó y por qué”, señaló.
Uno de los pilares del juicio ha sido el testimonio de Cassie Ventura, quien desde el 13 de mayo declaró durante cuatro días sobre una supuesta relación marcada por violencia, manipulación y encuentros sexuales forzados con terceros.
La cantante, quien estaba embarazada de ocho meses y medio al momento de testificar, relató abusos físicos, coerción emocional y un entorno dominado por drogas y control.
Pero para Jennifer Biedel, basarse excesivamente en Ventura sin presentar a otros cómplices o testigos clave es una debilidad.
“No basta con un solo testimonio para probar crimen organizado. Es fundamental demostrar que existía una estructura delictiva que operaba como empresa ilegal, más allá de una relación abusiva”, explicó.
Incluso, Biedel subraya que el juicio parece haber perdido el foco. “La fiscalía está tan inmersa en el caso que podría estar sobrestimando el impacto de sus pruebas. Es fácil pensar que todo es claro cuando se tiene acceso a los detalles, pero el jurado sólo ve una fracción y se está impacientando”, dijo.
Entre las pruebas presentadas por la fiscalía, se incluyen mensajes entre Combs y Ventura que muestran intercambios aparentemente consensuados sobre encuentros sexuales.
En uno de ellos, Cassie escribe: “Ojalá hubiéramos podido tener sexo casual antes de que te fueras. Se me acabó la regla”.
La defensa sostiene que estos mensajes evidencian consentimiento, mientras que la fiscalía argumenta que la coerción puede ser también psicológica y sostenida en una dinámica de poder.
La presencia de otras presuntas víctimas como “Mia” y “Jane” ha enriquecido el caso, pero la ausencia de “Víctima 3”, quien no testificará por problemas de localización legal, podría debilitar aún más la narrativa de la fiscalía. Se espera que “Víctima 5”, que testificará usando su nombre real, suba al estrado en las próximas semanas.
Una de las grandes incógnitas es si Sean “Diddy” Combs testificará en su propia defensa. Su abogado, Marc Agnifilo, ha reconocido que el artista está “muy ansioso por contar su historia”, aunque los riesgos legales son altos.
Según la analista legal Neama Rahmani, hacerlo lo expondría a contrainterrogatorios duros y abriría la puerta a que sus declaraciones sean utilizadas en más de 60 demandas civiles activas.
