Redacción Macronews por Santiago Ramírez.— Los perros, al igual que los seres humanos, son propensos a padecer cambios de clima, y la temporada de lluvias puede traer consigo algunos desafíos para su salud y bienestar. Es importante estar pendientes de nuestros animales de compañía y tomar medidas para protegerlos, así lo dio a conocer Emilio Sosa, médico veterinario de Malix Peck.
«Es importante que no se mojen y, si se mojan, secarlos, porque los cambios de temperatura, si se quedan húmedos toda la noche hasta que amanezcan, pueden generar problemas respiratorios. Esto es especialmente crucial en mascotas como los Pomeranias, chihuahuas o perros más pequeños. Es importante que no se mojen demasiado y que no les dé mucho el sol», señaló.
Sosa enfatizó la importancia de acudir de inmediato a un veterinario si se nota que la mascota empieza a presentar tos o moquillo en la nariz para poder ser atendido a tiempo.
«Si no tenemos los cuidados necesarios para mantenerlos en un lugar seco y limpio, siempre va a generar más problemas respiratorios», advirtió.
Aunque el pelaje de nuestra mascota actúa como una protección natural, los cambios drásticos de temperatura y la humedad provocada por las lluvias pueden generar hongos y bacterias que afecten la salud de su piel. Por ello, debemos estar muy atentos.
«El perro comienza a rascarse, a morderse, y bajo la piel empieza todo el problema que no vemos porque tienen mucho pelo, llegando a generar escamas, partes rojas, donde se ha estado mordiendo o rascando», explicó Emilio.
Recomendó que durante la temporada de lluvias no es recomendable sacar a las mascotas a pasear, ya que las calles inundadas pueden estar contaminadas con aguas de coladeras, que si las patas o el perro la lame, puede contraer una infección o el moquillo.
«Tenemos demasiados problemas de distemper canino (moquillo) y también problemas de parásitos, los cuales no son parásitos comunes de perro y gatos, sino de humanos, llamados amebas», indicó.
Por último, Emilio señaló que el moquillo es una enfermedad silenciosa.
«Se puede detectar cuando el perro inicia a comer poquito, y el síntoma más observado es un tic nervioso, que se nota en la boca, en la frente, en la cabeza. Es por ello que recomendó siempre tener un cuidado extra a las mascotas y mantener sus vacunas al día y en forma.»