Cuando cursamos la Universidad tenemos metas y sueños que queremos cumplir a como de lugar. Nuestros planes diarios abarcaban hacer ejercicio, comer sanamente, terminar los pendientes, ir a clases y ayudar en las labores propias de la escuela. Sin embargo, conforme el tiempo avanzó, perdimos ese profundo interés, convirtiéndolo en propósitos lejanos. Desafortunadamente, la vida universitaria es mucho más complicada de lo que parece.
Al terminar la carrera, pareciera que ya hay tiempo de sobra para cumplir con todo lo que hay pendiente. Retomamos esos viajes, sueños y promesas que dejamos de lado, para comenzar a cumplirlos, pero aparece un nuevo problema: el dinero. Ahora debemos trabajar para tener el suficiente capital y cumplir las metas que nos trazamos en la escuela. Convertimos esas ambiciones y sueños en necesidades y obligaciones que no podemos postergar.
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No es una exageración, el cuerpo y los sentimientos emiten señales que nos incitan a realizar actividades o a contemplar un cambio que nos ayudará en todos los sentidos, en especial el académico. El hambre de conocimiento y la necesidad de crecer académica y personalmente puede orillarnos a querer estudiar en otro lugar, ya sea una maestría, una segunda carrera, o continuar la licenciatura, en caso de no haberla concluido aún, pero, ¿sabes cuáles son las señales?
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Plan de estudios
Quizá la escuela en la que estudias tiene un plan muy básico o no te llena. Busca en universidades extranjeras y tal vez encuentres un plan mucho más accesible, más amplio y que involucre otras disciplinas. La convergencia de actividades y materas, es una buena solución para incrementar tus conocimientos.
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No hay nada que nos ate al país
Cuando se es joven, es mucho más fácil dejar de lado el amor al país y aventurarse a conocer otros sitios. Si la familia nos apoya, si no hay alguien que dependa de nuestra estancia, ya sea una pareja o hijos y la oportunidad está abierta, hay que tomarla. Otros lugares podrían presentarnos situaciones únicas en todos los aspectos.
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Hay un campo de trabajo y de estudio más amplio
A veces el país no ofrece suficiente trabajo o la oportunidad de continuar los estudios, mientras que otros lugares brindan ambas oportunidades. Así que seguir la opción más conveniente es una gran elección de crecimiento laboral y estudiantil, aunque no olvides que regresar y emprender por tu cuenta, ampliando el campo laboral inexistente, también es una opción.
Ampliar la cultura
Viajar a otro sitio es compartir un poco de nuestra cultura y a la vez recibimos lo que ese país nos ofrece. Del mismo modo, cuando hay un programa de intercambio, podemos encontrar muchas otras formas de vida provenientes de personas de otros sitios del mundo. Todo puede ser una convergencia cultural muy enriquecedora.
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Renovación
En ocasiones, el cuerpo y la mente requieren de nuevos aires que nos permitan renovarnos. Es decir, adquirir nuevos conocimientos, experiencias y habilidades, ayudan a que conozcamos algo de lo que quizá ni siquiera sabíamos de su existencia. Un cambio es siempre un nuevo ciclo para iniciar una nueva vida.
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Explorar la identidad
A veces, podemos ser de un país y pertenecer realmente a otro. Eso no lo sabremos hasta no conocer otros sitios y aventurarnos a involucrarnos netamente en sus tradiciones. Estudiar en otros sitios, además es una oportunidad de conocer la manera en la que ese país maneja los conocimientos básicos de nuestras carreras, por lo que conocer una nueva versión, es enriquecedor y quizá terminemos convergiendo más con las ideas que vimos en nuestro país.
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Independizarse
En algún momento de la vida, debemos dejar el hogar de la familia y formar uno propio con nuestras reglas y a nuestro ritmo. No hay nada mejor que hacerlo fuera del país, estudiando lo que queremos con un apoyo económico que podemos aprovechar al máximo completándolo con un trabajo extra. El esfuerzo nos hace valorar más lo que cosechamos.
El conocimiento es un gran incentivo para moverse a otro lugar, conocer culturas y personas que harán de la experiencia de vivir algo mágico, único y enriquecedor. Estudiar en fuera de tu país natal puede ser gratificante y apasionante, es un motivo más para conocer nuevos lugares, salir de la zona de confort y cumplir metas y objetivos.
FUENTE: CULTURA COLECTIVA