La Fórmula E asegura que los autos eléctricos son el futuro, pero especialistas dicen que tienen fallas que corregir. «Si lo que la gente quiere es velocidad, pues seremos mucho más rápidos», explica el mexicano Salvador Durán, piloto de la escudería Aguri.
En Francia, Louis Daguerre le tomó la primera fotografía a la luna. Charles Darwin, en Inglaterra, se casaba con su prima Emma Wedgwood. Mientras que en Irlanda, La noche del Gran Viento le costó la vida a centenares de personas por las ráfagas de aire de 185 kilómetros por hora que azotó a dicha nación. Mientras que en ese mismo año, 1839, el escocés Robert Anderson presentó el primer vehículo eléctrico de la historia.
Casi dos siglos después, en 2014, se creó el primer serial con este tipo de automóviles: la Fórmula E, certamen descrito en su página de Internet como un campeonato que gira en tres funciones fundamentales: la energía eléctrica, el entretenimiento y el cuidado del medio ambiente.
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“La Fórmula E es el futuro del automovilismo. Me gusta porque es un campeonato diferente a lo que se vive hoy día en el mundo. Es una categoría mucho más humanitaria, se fija mucho más en la parte humana que en la deportiva o de negocio. Si lo que la gente quiere es velocidad, pues seremos mucho más rápidos, y vamos a ser mucho menos dañinos para el medio ambiente”, explica el mexicano Salvador Durán, piloto de la escudería Aguri.
Los autos eléctricos no emiten gases contaminantes. Pero eso no significa que no sean amigables con el ambiente en su totalidad.
“En los vehículos, las emisiones que generen contaminación siempre van a estar ahí. En los autos eléctricos, todo depende como se produzca la energía que va a impulsar al vehículo. Por ejemplo, si se utiliza cierto tipo de minerales como el carbón, habrá contaminación. Pero si utilizas biomasa (un combustible obtenido por un conjunto de plantas y otros productos naturales), las emisiones serán mucho menores”, señala David Bonilla, miembro de Instituto de Investigaciones Económicas y del Medio Ambiente de la UNAM.
De acuerdo a un estudio del Journal of Industrial Energy publicado por la cadena BBC, otro de los problemas son las baterías, las cuales están elaboradas por materiales tóxicos como níquel, cobre y aluminio.
“Todas las pilas de los automóviles eléctricos contaminan. Lo que se está buscando es que el peso y los materiales se construyan con base en nanotecnología. Esto reduciría el precio y aumentaría su desempeño. A la par, esto sería positivo para el medio ambiente, ya que se comprimiría su tamaño y los componentes que la conforman”, agrega Bonilla.
EL OTRO DEFECTO DE LA PILA
Desde la invención del auto eléctrico se ha tratado de mejorar la duración de la batería para que se puedan realizar viajes largos, pero esto no se ha podido dar ni en la Fórmula E. En este serial se cambia el monoplaza una vez por carrera, porque la pila no tiene carga suficiente para soportar todas las vueltas en los circuitos.
“El automóvil de Fórmula E es mucho más rápido que uno de Fórmula Uno. El motor pesa 60 kilos en total. Y aun así, con ese peso, desarrolla velocidades por arriba de los 230 km/h. El auto eléctrico es más pesado por la batería y su único problema es que ésta no aguanta todo el trayecto de la carrera”, comenta Durán.
Los vehículos eléctricos de uso cotidiano también sufren esa problemática. De acuerdo a Saúl Santillán, ingeniero automotriz de la UNAM, estos autos están pensados para cierto tipo de traslados, a diferencia de los que utilizan gasolina como combustible.
“En general los automóviles eléctricos corren por voltaje y están pensados para que no sufran ningún problema con cualquier tipo de clima o asentamiento, pero su problema es cuando se recorre más de 120 kilómetros. La carga no va a dar la suficiente energía para mover el automóvil. Pongo un ejemplo, en los viajes largos en carretera no se podrá cumplir con el recorrido. Otro aspecto a considerar es la duración de las pilas en su vida útil, la cual es relativamente corta, dura seis años”, asegura.
La Fórmula E se transmite por Fox Sports.
Fuente: El financiero