Este viernes 3 de octubre se confirmó la muerte de Eduardo Antonio dos Santos, conocido como Edú Manga, exvolante brasileño de 58 años, quien jugó en clubes como Palmeiras, América, Corinthians y Universidad Católica, además de vestir la camiseta de la Selección de Brasil en la Copa América 1987 y en las clasificatorias rumbo al Mundial de Italia 1990.
El Palmeiras, club donde se formó y se convirtió en ídolo durante la década de los 80, confirmó su fallecimiento y expresó su p esar en redes sociales:
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“Con profunda tristeza recibimos la noticia del fallecimiento, a los 58 años, de Eduardo Antonio dos Santos, Edú Manga, ídolo de nuestra afición. Marcó 44 goles en 188 partidos y tuvo convocatorias a la Selección Brasileña. Ofrecemos nuestras condolencias a su familia y amigos. ¡Descansa en paz, estrella!”,
compartieron a través de su cuenta de X.
Ídolo en México y la rabona inmortal
Edú Manga llegó a México para vestir la camiseta del Club América a finales de los 80 y rápidamente se ganó un lugar en la memoria de los aficionados.
Su nombre quedó grabado en los Clásicos Nacionales frente a Chivas gracias a momentos icónicos, como la histórica asistencia de rabona a Toninho Cerezo, quien remató de cabeza para uno de los goles más celebrados en la historia del duelo Águilas-Rojiblancos.
Con América conquistó una Liga de Campeones de Concacaf y una Copa Interamericana; el conjunto de Coapa le dedicó un post a través de sus redes sociales, lamentando la noticia y expresando sus condolencias a su familia y amigos.
El mensaje de Zague
Luis Roberto Alves ‘Zague’, su compañero en Coapa, dedicó unas emotivas palabras:
“Noticias que uno nunca quisiera recibir… hoy se nos adelantó Eduardo Antonio dos Santos, el gran Edu (QEPD). Crack, compañero de muchísimas batallas, gran ser humano. ¡Vuela alto querido ‘nenê’! Mis más sentido pésame a toda su familia”.
Una carrera de trotamundos
Nacido en Osasco, Brasil, en 1967, Edú Manga comenzó su trayectoria en Palmeiras y luego extendió su carrera por Brasil, España, México, Japón, Ecuador y Chile, defendiendo incluso a Universidad Católica en 1998.
Su talento lo llevó a representar a Brasil en torneos oficiales, consolidándose como un verdadero trotamundos del fútbol que dejó huella tanto en Sudamérica como en México.