Anoche, en el parque Kukulcán, no sólo hubo un buen partido sino también una petición matrimonial y hasta elegantes uniformes por el Día de la Madre
Como no lo había hecho en lo que va de esta campaña, Leones de Yucatán bateó, y en serio, a la hora oportuna, para lograr 12 indiscutibles, tres menos que Tigres de Quintana Roo, y fabricar dos letales ataques de cuatro y ocho anotaciones en la tercera y cuarta tandas para llevarse el primero de la seriae con pizarra de 13×8, en el parque Kukulcán ante unos 10 mil aficionados.
Fue un encuentro de esos que difícilmente se olvidarán, pues hubo de todo, especialmente de metralla, incluida de largo alcance, de récord de golpeados en la Liga Mexicana para los melenudos, con cinco (dos para Kevin Flores y tres consecutivos para el receptor Humberto Sosa, el último en el quinto episodio), y hasta de petición de matrimonio de un aficionado antes de comenzar el séptimo episodio. El galán, con anillo en mano, se arrodilló ante su prometida, quien no dudó, emocionada dar el “sí”.
Aunque no salió con la efectividad que había mostrado en sus anteriores salidas, el estadounidense Kramer Sneed contó con el apoyo de sus compañeros para apuntarse su quinta victoria por dos derrotas. En seis episodios permitió ocho imparables, tres carreras, ponchó a cuatro y no dio bases.
En su primer juego como abridor perdió Diosdary Castillo, castigado en 3 1/3 actos con siete indiscutibles, siete anotaciones, dio una base y engomó a dos.
Ambos cuadros ofrecieron en el arranque del partido elegantes jugadas defensivas, como en la primera entrada, cuando con dos fuera Jesús Valdez disparó una rola difícil cargada sobre la segunda colchoneta, donde el camarero Carlos Gastélum, con felinos reflejos, detuvo la pelota “a mano limpia” y se la pasó al torpedero Esteban Quiroz para poner fuera a Héctor Giménez, embasado con sencillo al izquierdo.
El inicialista Giménez hizo lo propio al capturar de manera incómoda y de espaldas una pelota en terreno de faul para el segundo aut del segundo episodio, el cual parecía que sería fácilmente liquidado por Sneed, pero Alex Liddi dijo lo contrario, pues con la cuenta de dos bolas y un stráic conectó su noveno cuadrangular de la temporada.
En la tercera, a los bengalíes les salió todo bien para ampliar la ventaja con par de registros. Alfredo Amézaga dio sencillo, Ramón Lunar fue ponchado, Gastélum bateó sencillo, Esteban Quiroz disparó jit productor. Luego Jorge “Chato” Vázquez bateó un elevado hacia el derecho que capturó José Juan Aguilar, quien no lanzó de inmediato la pelota al cuadro, pues pensó que ya habían 3 autes, lo que aprovechó “La Chispa” para que, de “pisa y corre”, anotara, y en la misma jugada Quiroz fue atrapado cuando trató de llegar a segunda.
Vestidas de elegante uniforme blanco con medias, vivos y gorra de color rosa por el “Día de la Madre”, los reyes de la selva le dieron la vuelta a la pizarra con una ofensiva de cuatro anotaciones en el tercer capítulo, donde por fin explotó el cañón de Luis Alfonso García, quien con Giménez y Valdez embasados en sendos imparables, disparó cuadrangular, apenas su segundo de la temporada, pero en qué momento. Fue un tablazo bárbaro, incluso la sacó del parque. La primera carrera fue anotada por Jaime Pedroza a batazo del “Cacao”.
Y si en la tercera rugieron, lo que hicieron en la cuarta no tuvo comparación al despedazar el pitcheo de los bengalíes con un salvaje ataque, como no se le había visto esta temporada en casa, en la que se dieron gusto con la majagua al desfilar 14 bateadores, que conectaron seis indiscutibles, incluidos tres biangulares, y anotaron ocho veces.
En esta tanda de pesadilla para los quintanarroenses, Valdez, Ricardo Serrano y Pedroza produjeron a dos anotaciones con sendos dobletes. Las demás llegaron al plato, producidas por sencillos de Pedroza y al recibir la base García con el lunetario completo.
Tras seguir el pitcheo visitante con la brújula extraviada, los melenudos anotaron una más sin batear de jit, en la quinta, tras anotar de “caballito” Giménez la carrera 13.
Tigres, sin embargo, no estaba dispuesto a ser apaleado: en la séptima anotó dos más, y en la octava, tres; dos de ellas con el segundo bambinazo de Liddi, pero ya no les alcanzó.
Fuente: Sipse