Grandes pensadores han hablado de la importancia de ser buena persona y poner en práctica la bondad.
Solo sabiendo quiénes somos podremos empezar a ser mejores para nosotros mismos y para los demás
Por Jorge Bucay, escritor.

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La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas palabras bondadosas.
Sigmund Freud, médico austríaco (1856-1939).
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No conozco ningún otro signo de superioridad que la bondad
Ludvig Van Beethoven, compositor alemán (1770-1827).

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Dichosos los que están atentos a las urgencias de los demás, sin sentirse indispensables
Tomás Moro, humanista inglés (1478-1535).
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Proponerse ser bueno es serlo ya
Edme Pierre Beauchêne, médico francés (1748-1824).

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Mi religión es la bondad
Dalai Lama, líder espiritual budista (1935).

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La mejor vida no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones
Marie Curie, científica francesa (1867-1934).

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Cuando veas un hombre bueno, piensa en imitarlo; cuando veas uno malo, examina tu propio corazón
Confucio, filósofo chino (H. 551 – H. 479 A.C.).

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Si uno es bondadoso, dormirá con facilidad, la gente le querrá más, lucirá un rostro radiante y su mente estará completamente serena
Buda Gautama, fundador del budismo (560-480 A.C.).

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Si hago una buena obra, me siento bien; y si obro mal, me encuentro mal. Esta es mi religión
Abraham Lincoln, político de estadounidense (1809-1865).
11 / 13 Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro
12 / 13 A la buena gente se la conoce en que resulta mejor cuando se la conoce

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La benevolencia se encuentra más en personas de autoestima muy alta