La vida nos sorprende a todos. Muchas veces para bien, y otras tantas para mal. Por eso, algunos cambios que pueden ocurrir pueden resultar un tanto desagradable o podríamos preferir evitarlos. Sin embargo, aferrarse a una sola forma de vivir no es saludable, pues las cosas cambian y es mejor aprender a fluir con ello.
¿Te quedaste sin trabajo? ¿Tu relación terminó? ¿Acabaste de estudiar y ahora no sabes qué hacer? ¡Fluye, siempre fluye! Bueno, está bien. Se dice fácil, pero ¿cómo lograrlo? Una excelente técnica para modificar nuestros hábitos es meditar. Por eso, te compartimos una meditación diseñada específicamente para enseñarnos a fluir con los cambios de la vida.
Para empezar, necesitas sentarte cómodamente y estar solo. Recuerda que la postura que adquieras deberá ser cómoda, pues lo ideal es que te muevas lo menos posible durante varios minutos.
Cierra los ojos y empieza a relajar el cuerpo haciéndote consciente del ritmo de tu respiración. No lo modifiques, simplemente siéntelo.
Ahora es momento de usar tu imaginación. Imagina un río que pasa frente a ti. Sé consciente de su ritmo, del movimiento del agua.
Siente cómo entras en él, pero no lo nades, sólo sumérgete en él y deja que tu cuerpo flote sin hacer ningún movimiento. Déjate llevar por el río en tu imaginación.
Siente cómo el río modifica su flujo y aumenta y disminuye su intensidad. Quédate quieto aunque el ritmo del río cambie.
Siente tu respiración y procura que ésta siga siendo igual de profunda y estable aunque en tu imaginación el río pueda ir muy rápido.
Permanece así unos minutos y poco a poco recupera la consciencia sobre tu cuerpo. Empieza a mover brazos y pies y poco a poco abre los ojos. Incorpórate despacio.
Ahora ya sabes lo que se siente flotar y fluir en el río de la vida. Lleva esta sensación a todas tus acciones y pensamientos diarios.
Recuerda que en la vida va a suceder lo que tenga que suceder. Nadie tiene control sobre el total de las cosas. Claro que nuestras decisiones del día a día influyen en el rumbo del destino, pero siempre existe una parte del futuro que es totalmente desconocida y ajena a nuestras posibilidades de control. Hay una frase que dice “Mientras sigas respirando, hay más bondad que maldad en ti”. Recuérdalo, sé seguro de tus decisiones en el presente y fluye con los cambios de la vida. Los días seguirán pasando y podrás disfrutarlos mejor.